EDITORIAL
Como el fantasma pernicioso que se deja caer sobre los más pobres, así fue la devastación que dejó a su paso la tormenta tropical “Beatriz”, que vinieron a rematar los efectos de “Calvin” y otros desastres que azotaron la entidad. Pese a que la ayuda fluyó aunque lentamente, hay comunidades ubicadas en la Sierra Sur, que aún hoy en día están aisladas, con sus caminos hechos pedazos y resintiendo el hambre y la sed. Las Fuerzas Armadas, como siempre, se volcaron en la ayuda a los damnificados, pero el esfuerzo fue insuficiente ante la magnitud de la tragedia, que acumuló al menos siete muertos. Las comunidades más afectadas se ubican en el distrito de Miahuatlán: los Ozolotepec –Santa María, San Marcial, Santo Domingo y San Francisco- además de otras comunidades como Santa Catarina Xanaguia y Santiago Lapaguia, ello sin contar con los daños en los Coatlanes. En el distrito de San Carlos Yautepec, también las afectaciones de “Beatriz” no tuvieron precedente.
Está en camino la onerosa reconstrucción, justo cuando la temporada de huracanes recién ha empezado. La cuesta arriba del gobierno de Alejandro Murat se estampa con una realidad cruda pero real: el gobierno no tiene dinero. El ejecutivo recibió una economía devastada; miles de millones de pesos en adeudos; sin obras y con una pobreza galopante inédita. Habrá que recurrir a los recursos del Fondo Nacional para Desastres Naturales (FONDEN), pues el gobierno por sí mismo no puede. Por fortuna ya la SEGOB ha emitido declaratorias de los municipios afectados. Y las lluvias continúan. Es decir, a la tragedia que hemos vivido, se anexa otra que no esperábamos: el incendio en la Refinería de PEMEX, que aún mantiene en alerta a gobierno y sociedad.
Quienes viajan del Istmo de Tehuantepec hacia diversos destinos, uno de ellos la capital oaxaqueña, viven una permanente angustia. La súper carretera al Istmo no avanza y hay que utilizar la antigua vía que pasa justamente por Magdalena Tequisistlán, cuyo puente de más de cien metros de largo, colapsó por los efectos de “Beatriz” y hay un plazo de al menos dos meses, para que la circulación fluya por esa ruta.
Las carreteras, 175 de Ciudad Alemán a Puerto Ángel o la Oaxaca-Puerto Escondido, están severamente afectadas, sin que el gobierno estatal tenga los recursos para rehabilitar las partes dañadas o tiene que distraer los recursos para otras prioridades y destinarlos a la urgencia de la normalidad, que rompió el meteoro. En fin, la emergencia por las tormentas y depresiones apenas empiezan. Y faltan al menos tres meses para que la temporada de lluvias cese. En el interín, algunos funcionarios públicos cumplen con las instrucciones del gobernador Alejandro Murat. Otros no. Han asumido la visita a las comunidades afectadas como si fuera día de campo en el mejor de los casos; en el peor, van a abonarle a sus aspiraciones políticas del 2018.
Se comenta en los pasillos palaciegos por ejemplo, que despensas, cobijas y otros materiales se etiquetan cual si fueran apoyo específico de la dependencia que representan los enviados. Hace al menos semana y media vino a Oaxaca el ex titular de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), Luis Enrique Miranda, a entregar en poblados de la costa, apoyos de poco más de 20 millones de pesos. Una minucia si se observa el tamaño de la devastación. Por fortuna, a los dos días dejó el cargo, según trascendió, para colaborar en el equipo del gobernador electo del Estado de México, Alfredo del Mazo. Esperamos que con la llegada del nuevo titular de SEDESOL, Miguel Ángel Osorio Chong, adversario político de Miranda, las cosas cambien, al menos para Oaxaca en estos momentos de crisis y devastación.