EDITORIAL
Para tantear la realidad oaxaqueña, los primeros cien días, deben haber sido más que suficientes. Lo que se privilegió en el arranque, como aquello de echarle la culpa al de atrás, ya no cuaja en este momento. El equipo que encabeza Alejandro Murat Hinojosa, debe ver hacia delante. Ya no vale estar echando la cinta atrás. Nadie ignora que recibió una entidad devastada política, social y económicamente. Que el erario público fue saqueado; que el anterior gobierno no le dejó ni para las necesidades más elementales de la administración pública, etc. El reto es hacer que esa economía devastada se levante, para la cual el gobierno debe instrumentar medidas enérgicas y de cabildeo para lograr adelantos de las participaciones o préstamos con la banca privada u otros, pues el argumento de que el gobierno no tiene dinero, ya no cuaja en el ánimo colectivo.
Existe en el imaginario colectivo la certeza de que en el gabinete legal y ampliado, hay quienes no están funcionando; que debe haber cambios y enroques; que son varios los que no han hecho su labor, pues están más empeñados en ser tomados en cuenta para las candidaturas del año que viene que en cumplir con la responsabilidad que les otorgó el gobernador. Hay otros más que insisten en visitar los mismos sitios cada vez, porque aspiran a postularse por esos distritos. Todo ello se ha convertido en un círculo vicioso que mucho tiene que ver con los codazos y patadas debajo de la mesa entre el mismo equipo muratista. Es ya comentario jocoso, que el Secretario General de Gobierno, Alejandro Avilés, se mastica pero no se traga con el Coordinador de COPLADE, Celestino Alonso Álvarez y que éste, tampoco ha hecho buenas migas con el titular de la Secretaría de Desarrollo Social y Humano (SEDESOH) Raúl Bolaños Cacho Cué. Los jaloneos anticipados por lo que viene, se han vuelto cotidianos.
Una revisión exhaustiva de lo que ha hecho cada uno en sus cargos públicos, daría muchas sorpresas. Se entiende hoy que la mayoría de los cargos se otorgaron al vapor, sin un análisis de la experiencia en áreas como la educación media superior; en cuestiones del campo o de la economía. Pareciera que en algunos casos se privilegió el simple capricho de quienes hoy detentan las principales carteras. Ahí están por ejemplo los casos de los Secretarios de Economía o Turismo, que no saben ni en dónde están parados. Más patético resulta el caso de la titular de la Secretaría de la Mujer, que al parecer no tiene ni remota idea de su encargo. Ha confundido su responsabilidad con andar de dama de compañía de la presidenta honoraria del Sistema DIF.
He ahí el porqué el gabinete se advierte variopinto. Es decir, jóvenes inexpertos, que ni conocen Oaxaca menos la realidad en la que vive el estado, contrastan con la vieja guardia que se formó con el ex gobernador José Murat. En ciertos casos no son ya los viejos sino los hijos. Sin embargo, hay que reconocer que la mayoría carece de experiencia y ha llegado a las oficinas públicas a experimentar en algo que desconoce totalmente. Ante esta situación, el ejecutivo estatal debe realizar los cambios necesarios para que el gabinete legal y ampliado pueda caminar al ritmo de los tiempos, tal cual demanda la sociedad oaxaqueña y como lo prometió el gobernador Alejandro Murat en su campaña política. Si la meta es dar resultados, habrá que aceitar la maquinaria y no dejar que los rechinidos de la ineficacia, continúen.