En momentos en que la popularidad del Presidente de México se encuentra en los niveles más bajos de su gestión, las puertas de la Residencia Oficial de Los Pinos se abrieron al candidato presidencial Republicano, quien ha insultado y vilipendiado a los mexicanos, a quienes ha llamado violadores y criminales, y pretende construir un muro a lo largo de tres kilómetros de la frontera, lo que fue duramente criticado por analistas, políticos e historiadores, quienes calificaron el hecho como un “error histórico” del Primer Mandatario de la Nación. Consideran que en este descuido hay un responsable: Carlos Pérez Verdía Canales, coordinador de Asesores del Presidente
Shaila Rosagel
CIUDAD DE MÉXICO.- Las puertas de la residencia oficial de Los Pinos fueron abiertas para Donald Trump, el candidato del Partido Republicano a la Presidencia de Estados Unidos. El mismo que ha insultado y vilipendiado a los mexicanos a lo largo del año que lleva su campaña electoral.
“Los inmigrantes son violadores y criminales”, dijo Trump en junio de 2015. “Los mexicanos traen a Estados Unidos enfermedades contagiosas”, expresó en el mismo mes. “Sólo la gente muy estúpida piensa que Estados Unidos está haciendo buenos acuerdos comerciales con México. México nos está matando en la frontera y en el comercio”, escribió el 27 de junio de 2015 en su cuenta de Twitter.
“México deberá pagar el muro fronterizo que Trump construirá”, ofreció como propuesta de candidato el 30 de marzo de 2015.
El magnate neoyorkino tomó a México como rehén temático de su campaña. Siempre para hacer mofa y criticar su índice de migración hacia el norte y sobre todo, a los millones de hombres, mujeres y niños que han protagonizado ese drama que muchas veces se ha convertido en tragedia.
Por lo anterior, en las horas previas a su arribo a México, la Diputación Permanente de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México lo declaró persona non grata para la capital del país, cientos de mexicanos manifestaron su repudio a través de las redes sociales y unas decenas de profesionistas se manifestaron en El Ángel de la Independencia para mostrar desacuerdo. “Mas si osare un extraño enemigo, profanar con sus plantas tu suelo…”, afirmó con un cartel Rubén Banda, de 95 años.
Analistas, políticos, partidos, historiadores y ciudadanos aquí, y comunidades de mexicanos allá, calificaron como un error histórico la invitación a Trump al suelo mexicano.
Aun así, Enrique Peña Nieto, Presidente de México, lo recibió, se reunió con él en privado y luego apareció a su lado en un evento público.
En el mensaje dirigido a los medios, en Los Pinos, el Presidente sostuvo que le dijo a Trump que no serían los mexicanos los que pagaran el pretendido muro en la frontera. El escudo nacional estaba detrás de ambos. Pero, como si las palabras del Mandatario mexicano no hubieran sido dichas, el candidato republicano abordó un helicóptero, aterrizó pocas horas después en Arizona y volvió a ser el mismo. “Vamos a construir una enorme muralla en la frontera sur y México va a pagar por ese muro, ciento por ciento. No lo sabe todavía pero así será”, dijo en un mitin. Aplausos y ovaciones lo envolvieron.
El asesor del Presidente
¿Quién asesora al Primer Mandatario? ¿Quién está detrás de este tipo de decisiones que pese a la mala recepción se llevan a cabo?
De manera institucional y oficial, el Presidente Peña Nieto cuenta con un asesor principal. Se llama Carlos Pérez Verdía Canales y ocupa la Coordinación de Asesores del Presidente. Su puesto equivale al que tiene cualquier Subsecretario de Estado y su percepción mensual bruta es de 203 mil 487 pesos con 97 centavos, según los datos abiertos del Portal de Obligaciones y Transparencia (POT). A cargo tiene a otros 24 funcionarios, entre Directores y Jefes de Área.
Carlos Pérez Verdía Canales fue uno de los servidores públicos que acompañó al Presidente Enrique Peña Nieto en la reunión con Donald Trump en la residencia oficial de Los Pinos.
También estaban Claudia Ruiz Massieu, Secretaria de Relaciones Exteriores; Luis Videgaray Caso, Secretario de Hacienda y Francisco Guzmán Ortiz, Jefe de la Oficina de la Presidencia. Ello fue revelado por la canciller en una entrevista transmitida por Televisa con Adela Micha la noche del miércoles.
Videgaray habría servido de intérprete, dijo la mañana del jueves el vocero de la Presidencia, Eduardo Sánchez, en una entrevista en Stereo 100, con Leonado Curzio.
En la estructura orgánica de la Presidencia de la República, este puesto de asesor depende de la Oficina de la Presidencia y la función que tiene su titular es asesorar y apoyar al Primer Mandatario, así como formular los estudios, opiniones y recomendaciones que resulten convenientes según la coyuntura nacional.
El conflicto de interés ha sido uno de los temas que ha puesto en jaque al Presidente después de las revelaciones periodísticas de que poseía bienes inmuebles millonarios otorgados por contratistas de su Gobierno. El mismo Presidente le pidió perdón a sus gobernados después de 18 meses del caso “casa blanca” que puso en evidencia la falta de reglas para obligar a los funcionarios a hacer pública la declaración patrimonial e incluir en ella hasta el último detalle.
Al llegar a Los Pinos, el asesor de Peña Nieto, suscribió en su declaración patrimonial que no estaba de acuerdo en hacer público su propio posible conflicto de interés. Ello significa que en el futuro, de llegar a un puesto de elección popular, se desconocerían los nombres con quienes no podría celebrar contratos, tal como ocurrió con el Presidente.
El asesor tampoco declaró un solo bien patrimonial. Ni casas ni departamentos ni terrenos. Tampoco joyas ni obras de arte ni cuentas bancarias. En la declaración patrimonial –el documento base de la Transparencia de los servidores públicos– Carlos Pérez Verdía Canales expone su currícula académica y laboral. En el documento puede leerse que tiene una licenciatura en Economía por la Universidad Iberoamericana y un Doctorado en la misma materia en Chicago, Illinois por University of Chicago.
En el Registro Nacional de Profesionistas de la Secretaría de Educación Pública, Pérez Verdía Canales acredita sólo la Licenciatura en Economía por la UIA con la cédula 1985521; pero no el Doctorado.
Averiada, la figura presidencial
“El Presidente tiene alrededor a muchos asesores; pero el Gobierno reconoce de manera oficial a uno. Él es el responsable de los tinos o los errores diplomáticos que cometa porque es el personaje que tiene la encomienda a nivel institucional”, expone Alfredo Paredes Zamora, director de Capitol Consoulting, una agencia de imágenes políticas con sede en Miami, Florida.
Para el especialista, más allá de Enrique Peña Nieto, la figura presidencial ha quedado averiada con decisiones que resultan incomprensibles para los gobernados y los analistas políticos.
Paredes Zamora pone como ejemplo las vísperas a la entrega del Informe de Gobierno que solían ser “los días del Presidente mexicano”. Evoca aquel tiempo cuando el Mandatario desfilaba bañado de confeti tricolor en un descapotable, una vez que rendía su mensaje. “Peña Nieto, en cambio, decide invitar a un personaje repudiado por los mexicanos justo cuando está por presentar sus resultados ante el Congreso como si deseara ser más impopular”.
El constructor de imagen pone otro ejemplo: la ratificación de Alfredo Castillo Cervantes en la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) cuando la expectativa expuesta a través de las redes sociales y los medios informativos era la destitución. No omite, el especialista, mencionar la petición de perdón a los mexicanos casi dos años después del escándalo “casa blanca”.
El politólogo Eduardo Huchim coincide en que “el peñanietismo está pasando a la historia como una serie de daños a la figura del Presidente. Las estrategias de nadie, dentro de Los Pinos, han salido bien para crear un personaje empático con sus gobernados. Hay un deterioro notable y crítico”.
Pese a la aprobación a su gestión en crisis –con el 27 por ciento según promedian las encuestadoras de los diarios El Universal, Reforma, Expansión y GEA-ISA, el Presidente de la República mantuvo acéfala la Coordinación de Asesores durante casi ocho meses después de que Francisco Guzmán –quien la ocupó desde 2012– fue designado Jefe de la Oficina de la Presidencia, en sustitución de Aurelio Nuño Mayer.
El nombramiento de Pérez Verdía Canales fue anunciado mediante un comunicado de la Oficina de la Presidencia en el que se expuso: “…
Tiene la nueva labor de apoyar y asesorar al Presidente y al Jefe de la Oficina de la Presidencia en los asuntos que le encomienden”.
El boletín dio a conocer que el asesor de Peña Nieto fue Director en el Fondo Monetario Internacional con la responsabilidad de representar a México, América Central, España y Venezuela. También participó en varias misiones de asistencia técnica en países africanos y latinoamericanos. En el Banco de México fungió como Gerente de Operaciones Nacionales; Gerente de Información y Análisis de las Operaciones de Banca Central; e Investigador, en la Dirección de Análisis y Evaluación de Mercados. En el ámbito académico, fue profesor de Macroeconomía en la Universidad de Chicago.
Los negros de Peña Nieto
Entre los 24 funcionarios a cargo del asesor del Presidente está el responsable de las palabras.
Enrique Peña Nieto dijo en el mensaje a medios posterior a la reunión privada con Donald Trump: “Siempre debemos estar abiertos a discutir lo que ha funcionado y lo que no; cómo podemos mejorar las cosas en ambos lados de la frontera; cómo podemos aclarar y superar malos entendidos y llegar a conocernos mejor. Con ese espíritu, en días pasados envié una carta a ambos candidatos presidenciales, a la señora Hillary Clinton y al señor Donald Trump, proponiéndoles tener un encuentro y conversar de manera constructiva sobre el futuro compartido de nuestros países”.
Detrás de ese discurso se encuentra Ilhuicamina Díaz Méndez, quien ocupa la Dirección General del Discurso y percibe al mes un sueldo bruto de 192 mil 529 pesos con 51 centavos.
El hombre detrás de los
discursos de Peña Nieto
Carlos Pérez Verdía Canales, quien desde mayo de este año ocupa la Coordinación de Asesores del Presidente, e Ilhuicamina Díaz Méndez, quien desde los tiempos del Gobierno del Estado de México, le escribe los discursos a Peña Nieto, son hombres detrás del Hombre. Pocas veces aparecen en eventos públicos o tienen fotos al lado del Primer Mandatario. Pero su encomienda es esencial en cada decisión y aparición del Presidente que ha tenido la más baja aceptación de sus gobernados desde 1994, cuando se empezaron a hacer encuestas al respecto.
Enrique Peña Nieto empezó a caracterizarse como poco hábil en la improvisación por una cascada de enredos y errores iniciada en la Feria del Libro de Guadalajara, en campaña, cuando no supo responder sobre los tres libros que le habían marcado la vida (diciembre de 2011). Como Presidente, olvidó el significado de las siglas del IFAI (enero 2013) e intentó salir del mal paso con la invención de otro instituto; equivocó el apellido del coordinador tricolor en el Senado de la República, Emilio Gamboa Patrón, a quien le puso el del homólogo en San Lázaro, Manlio Fabio Beltrones (enero 2013); y mencionó que Boca del Río era la capital de Veracruz. En este último evento, fue la primera vez que se defendió: “El Presidente también se equivoca”, dijo al enmendar el dato (abril 2013).
La vorágine de acontecimientos relacionados con la falta de transparencia ha dejado atrás esos episodios. Peña Nieto fue señalado en reportajes periodísticos de haber adquirido bienes inmuebles de parte de contratistas de su Gobierno. Los escándalos fueron en cascada. También tomó decisiones que para algunos observadores resultan incomprensibles. (Este artículo fue publicado en el portal sinembargo.com)