Sólo tiene como bandera insigne la evaluación, todo lo demás se dejó para mejor momento, sostiene el investigador Carlos Sorroza Polo
Se tiene que hacer un nuevo proyecto educativo de largo aliento, bajo otras modalidades y con el consenso de la sociedad, señala
El gobierno federal debe reconocer que la actual reforma tiene errores de origen y aceptar lo que quiere la sociedad
José HANNAN ROBLES
Fotos: Jairo ARAGÓN
La reforma educativa tiene que “reiniciarse” bajo otras modalidades, con todas las enmiendas y las cosas que haya que hacer de nuevo, dice tajante el profesor invitado del Instituto de Sociología de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), Carlos Sorroza Polo.
En realidad, agrega, la reforma educativa solamente tiene como bandera insigne la evaluación, todo lo demás que debe acompañarla como planes de estudios, nuevas escuelas, nuevas formas de administración, nuevas maneras de formación del profesorado, actualización del profesorado, entre otros puntos, se quedó para mejor momento.
El sociólogo considera que lo primero que hay que atender es la crisis de la reforma educativa. “Hay que reiniciar la reforma educativa, con un tipo de medida que atienda un proyecto educativo de largo aliento, que tenga como componentes una regionalización del país, un equilibrio entre el centro y la descentralización que se dejó de lado, entre la participación y el consenso hasta donde es posible, no hay unanimidades hay mayorías”.
Las fallas son fundamentalmente las siguientes, explica:
*Toda la experiencia de reformas educativas tiene como referencia la descentralización que en este caso se fue para atrás.
*Se requiere la descentralización, la participación y el consenso, y no hubo ni participación ni consenso en la descentralización.
*Se tiene que rehacer el camino y hacer los equilibrios necesarios.
Se tiene que reconocer que había situaciones de corrupción y fallas enormes en una administración totalmente descentralizada, “pareciera que fue un ensayo la cuestión de la entrega del IEEPO a la Sección22, pareciera que se quiso hacer un ensayo desde el tiempo del presidente Carlos Salinas, y resultó un ensayo fracasado así como se llevó a cabo”, sostiene.
Insiste en que la reforma educativa debe ser integral, no debe ser de una sola parte, tiene que abarcar todos sus componentes aunque sea gradualista, poco a poco. Querer en un año o en un sexenio hacer todo vamos a llegar a la misma situación a que llegaron las anteriores autoridades, son ocho sexenios de fracaso de la reforma educativa, desde Luis Echeverría hasta la actualidad.
Una nueva reforma educativa
Pensemos con más visión, pero con más prudencia, ese es el punto, machaca. Se debe hacer un proyecto o una nueva reforma educativa tomando las fallas y “bondades” que la actual puede tener, es decir tomar lo bueno y lo malo de cada parte.
Lamentablemente, añade Sorroza Polo, esto va más allá de la reforma educativa, porque realmente se está incendiando el estado con la participación de grupos muy radicalizados que están llevando las cosas a una situación de ingobernabilidad y a un vacío legal insostenible, con saqueos y bloqueos que afectan brutalmente a la población que ya tiene a bordo situaciones de desabasto, dañan a la población, a la sociedad civil que simplemente es espectador y víctima de este conflicto.
En la actualidad se dice que se revivió el 2006, en realidad no solamente se revivió sino se extendió y se profundizó el 2006, porque antes fue solamente en la ciudad de Oaxaca y Valles Centrales el movimiento, actualmente se extendió a todo el estado con lamentables consecuencias por la tragedia de Nochixtlán, asevera.
De no resolverse y atenderse la situación educativa, Oaxaca tiene una situación propiamente ominosa, que da pie a que se cuestione la viabilidad del futuro, el desarrollo y la posibilidad de mejorar y atenuar las situaciones de pobreza y desigualdad que la agobian.
Esto tiene que hacerse junto con negociación política y tiene que ver con salarios, atención de demandas y presos políticos. Realmente no se puede adivinar hacía dónde y en qué medida el Estado puede resolver y atender esta situación.
Sugiere que en la negociación deben estar los tres Poderes del Estado: el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial, si hay autonomía de poderes entonces la cosa se dificulta más, hay una especie como de saturación de demanda que el Estado federal no se sabe si está en posibilidades y con la capacidad de resolver.
Considera que hay disposición inicial de resolver la problemática ante las entrevistas que las partes han tenido en la Secretaría de Gobernación, pero también se ha dado algún tipo de declaraciones que perturban esta disposición, declaraciones muy ortodoxas del secretario (Aurelio) Nuño, que en lugar de mejorar empeoran las cosas, estas declaraciones y también las de la CNTE no abonan a una solución negociada porque se ponen en una situación del todo o nada.
Errores de origen
“Pareciera haber voluntad, pero de la voluntad tenemos que pasar a la construcción de una negociación, y un nuevo proyecto educativo de hecho”, puntualiza Sorroza Polo.
El experto en temas educativos refiere que lo deseable es que se pare la represión, y que se inicien negociaciones que permitan que realmente Oaxaca y los estados del sur de México ya no tener las dificultades que han tenido en los últimos meses por intransigencia de ambas partes, pero fundamentalmente del gobierno federal que no acepta que la reforma educativa presenta desde su origen algún tipo de fallas que tienen que ser enmendadas.
Detalla que entre los temas urgentes a atender se encuentran la ingobernabilidad que se vive, y de alguna manera, aplicar la ley donde se tenga que aplicar, tampoco se puede decir que aquí no pasó nada cuando se han dados saqueos, el asesinato de un periodista, y también, obviamente, lo que pasó en Nochixtlan.
Se tiene que establecer quién disparo, por qué lo hicieron, por qué los policías iban armados, por qué hay tantos muertos y tantos heridos todos de la sociedad civil.
Se debe poner en claro a quien no tocaron, a quien decidieron intimidar, a quién decidieron reprimir y a quién no reprimir, pasó lo mismo que en 2006 al final de cuentas quien pagó los platos rotos fue la sociedad civil, hay que recordar que la Sección 22 se salió antes del movimiento indemne y con sus demandas cubiertas. Son cuestiones que no se pueden pasar por alto, refiere.
El tercer punto, añade, corresponde a la forma de retomar y cómo iniciar realmente una nueva senda para Oaxaca, una senda de pacificación, de conciliación y de desarrollo, temas que son fundamentales.
Divorcio Estado-sociedad
Quien fuera en dos ocasiones director del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la UABJO, asegura que Oaxaca tiene una travesía sumamente difícil porque “tiene una especie, que yo llamo fallas tectónicas, porque son muy profundas y difíciles de reconstruir”.
La primera gran falla tectónica que tiene Oaxaca es la gran separación entre Estado y sociedad, el Estado y la sociedad marcha cada una por su lado pareciera no hay puntos, no hay amarres, no hay conciliación, no hay acuerdos entre lo que quiere hacer el estado y lo que quiere hacer la sociedad.
Lo primero que se tiene que armar es cómo armonizar lo que quiere la sociedad y lo que quiere el Estado, y esto requiere un proyecto de largo aliento donde se vayan subsanando las grandes fallas que tiene el Estado.
En realidad el Estado tiene la mayor responsabilidad, la responsabilidad de saber escuchar a la sociedad, saber atraer a la sociedad, saber organizar a la sociedad y seguir de alguna manera los pasos del desarrollo y del cambio social que pide la sociedad, y puede de alguna manera sugerir al Estado.
El sociólogo Carlos Sorroza Polo puntualiza que no se pueden imponer cosas porque hay rupturas, se tienen que hacer paso a paso por medio de modalidades, “que yo más o menos he planteado en mis escritos, y uno de estos medios es la cuestión sociocultural, esta postura debe tomar el Estado para conocer qué es realmente lo que quiere la sociedad”.
El Estado debe de tomar en cuenta que tenemos una diversidad no solo de pueblos indígenas sino de situaciones, subraya.
A su consideración, Oaxaca tiene una sociedad más o menos desarrollada a nivel promedio del país, que es la más pequeña, se tiene un amplio aspecto social que está a mitad de siglo de acuerdo a los promedios nacionales en cuestiones de productividad, en materia de desarrollo, en temas de naturalidad; tiene otra sociedad que es prácticamente la de subsistencia, la de pobreza extrema que está a principios de siglo, está como estaba México a principio de siglo.
Ésta sociedades tienen de alguna manera que conocerse de forma muy clara y después ver realmente qué proyectos y qué opciones hay que darles a cada una para su integración entre ellas.
“Hay que modernizar el Estado, no podemos seguir teniendo el Estado ineficiente, ineficaz, que no tiene legitimidad y se mueve simplemente para el beneficio de una cuantas familias, personas y grupos que se lo apropian cada seis años”.
El investigador de la UABJO y mediador de conflictos como asesor del Comité de Planeación para el Desarrollo del Estado (Coplade) (1992-1994), afirma que se necesita cambiar a un Estado moderno, con transparencia, legalidad, derecho, eficiente y eficaz, un Estado que realmente reconozca a la sociedad, que tenga la capacidad de tener un proyecto de desarrollo que sea afín, que se adecúe a las condiciones de lo que es Oaxaca, por ejemplo hay que alinear las distintas instancias de gobierno a las regiones de Oaxaca lo cual sería una salida administrativa adecuada, se tienen que ordenar también las delegaciones de gobierno para que haya una salida política a los problemas de Oaxaca.
Hay que armonizar las distintas sociedades que existen en cada región y los distintos niveles de gobierno, que a veces cada una actúa por su lado, todo esto para ser más eficiente, concluye.