Francisco GARFIAS/Excélsior
A los del Partido Verde nomás les faltó decir que Arturo Escobar es la reencarnación del Santo Niño de Atocha. A coro se pusieron a declarar que el funcionario de más alto nivel que le quedaba a ese partido-rémora del PRI en el gobierno federal es inocente de los delitos electorales que se le imputan.
Sin tener más asidero que la misma filiación política con el llamado “hombre de las maletas con dinero” (¿se acuerdan del millón 100 mil en Chiapas que Escobar nunca supo explicar?), el senador Carlos Puente, vocero de la agrupación política, descalificó el trabajo de la Fiscalía Especializada de Atención de Delitos Electorales.
No sólo eso. Le ofreció el “respaldo total y absoluto” de PVEM y hasta dijo que se violó la “presunción de inocencia” consagrada por el artículo 20 de la Constitución.
La pregunta en el affaire Escobar es si la Fepade, organismo autónomo, actuó con independencia al pedirle a un juez la orden de aprehensión o si recibió línea de la PGR. En otras palabras, si la instrucción llegó de Los Pinos.
En el análisis no se puede soslayar que al titular de la Fepade, Santiago Nieto, lo eligió el Senado y no el Ejecutivo. Eso refuerza la idea de que actuó con independencia en este asunto. Escobar, además, es incondicional del régimen. Su partido, el Verde, es apéndice electoral del PRI.
Le sirve para alcanzar más votos en el Congreso y para colocar en escaños y curules a “legisladores sandía” (verdes por fuera, rojos por dentro).
El asunto es todo un enigma. ¿Por qué golpear al aliado incondicional? ¿Acaso hay algo que hizo Escobar que no se haya hecho público?
Nos topamos en el estacionamiento de San Lázaro con los diputados panistas Marko Cortés, coordinador del grupo, y con Federico Döring, vicecoordinador. Los dos iban muy sonrientes. Gustosos comentaron con este reportero el tema político del día: Arturo Escobar.
Ambos hicieron una buena pregunta: ¿Por qué Osorio hizo al político del Verde subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana? ¿No hay coordinación con la PGR?
“¡Es ofensivo, cabrón; esto es ofensivo!”, soltó, fuera de sí, Miguel Barbosa, coordinador de los senadores del PRD. Sus palabras iban dirigidas al panista Roberto Gil, presidente de la mesa directiva de la Cámara alta, a quien los amarillos acusaron, una y otra vez, de intentar un albazo para meter una iniciativa, incluida de último minuto en el orden del día, para favorecer al “monopolio televisivo”.
La mencionada iniciativa propone suspender el llamado apagón analógico a estaciones de baja potencia y dar un año de gracia a las televisoras que no están en condiciones de transitar al sistema digital.
Barbosa se disculpó “por la exaltación que tuve”, ya casi al final de la más ríspida sesión que haya tenido la Comisión de Comunicaciones y Transportes, desde que se instaló, en el 2012.
A lo largo de hora y media prevaleció el desorden. El choque comenzó por una cuestión de procedimiento. Cuestionaban al presidente de la mesa directiva por dar turno a la comisión sin leerla ante el Pleno (algo que es común), pero también por no mandarla a la Comisión de Radio y Televisión, que preside el perredista Zoé Robledo.
Los senadores tomaban por asalto la palabra sin esperar turno. Hubo tensos intercambios. Acusaciones graves. Insinuaciones de corrupción. Hasta un “¡Ah, que la chingada!”, se escuchó por allí.
Javier Lozano, presidente de la Comisión de Comunicaciones y Transportes, se la pasó como aquel personaje de Eugenio Derbez que repetía una y otra vez: “¡No me interrumpa!”
El panista Javier Corral fue el que afirmó, tajante, que detrás de las prisas por dictaminar la iniciativa Gil está la intención de condonar una millonaria multa al monopolio de televisión, de 300 a 400 millones de pesos.
No hubo modo de ordenar la discusión. Los senadores se lanzaban gritos con señalamientos hirientes. El priista Arturo Zamora esperó pacientemente su turno para protestar por el tono de las intervenciones de los perredistas y de Corral.
“No admito que aquí se diga que hay dinero de por medio, que hay intereses de por medio. Hay que revisar lo que se dice. No hay ningún interés de ninguna naturaleza”, aseguro el jalisciense.
Fueron tantos los desfiguros y desencuentros, que se trató de impedir que el video de la sesión fuera entregado a los medios electrónicos. La bronca es que los gritos y sombrerazos –debate no hubo— pasaron en directo por el Canal del Congreso.
Al final se decretó un receso. La Comisión se volverá a reunir el lunes por la tarde.
Va textual el mensaje que anoche nos mandó la experredista Lorena Villavicencio, hoy militante del PRI, en su afán de alertar contra el reempoderamiento del llamado Príncipe de la basura, Cuauhtémoc Gutiérrez, vía la colocación de sus incondicionales en los puestos de mando del partido en el DF.
Dice textual:
“Pancho, mañana se registra Tonatiuh González o (Edgar) Mereles para (presidir) el PRI en el DF. Nos da la impresión que Cuauhtémoc sigue pesando.
“¿Y la renovación qué? ¿Y la violencia contra las mujeres, tan enfática el día de ayer, ¿dónde quedó? A Mereles lo denunciaron por violencia vs las mujeres. Sus mujeres…”
Los priistas capitalinos nomás no aprenden. Llevan 18 años borrados del mapa en la Ciudad de México y siguen reciclando caras que sólo contribuyen a su desprestigio.
¿Y Manlio?