EDITORIAL Desde hace poco más de un mes, la ciudadanía oaxaqueña; el comercio establecido; las empresas que distribuyen alimentos, bebidas y otros, además de los administradores de la caseta de cobro de Huitzo, han vivido un infierno. Los vándalos que de forma burda y torpe exigen plazas de maestros, se han convertido en una gavilla de delincuentes. El secuestro de …