¡Pobre Oaxaca!
Abraham CRUZ GARCÍA
CIUDAD PERDIDA.-Como nunca, la bella ciudad capital, en víspera de su máxima fiesta folklórica, ofrece una imagen desastrosa; por un lado, devastada por las lluvias; y por la otra, asolada por la delincuencia. Como si eso no fuera suficiente, al “cachorro”, le “estalló”, el problema de la basura. Durante diez días, la capital fue un muladar, pestilencia e inmundicia ahogaban a la gente. Algunos llegaron a pensar que el tal Pancho-mugres, iba a culiempinar a la clase gobernante. El caricaturesco personaje, de horca y cuchillo, el que un día se fotografió con la primera magistratura, cuya imagen recorrió el orbe, a través de las redes sociales, al poco rato, se volvió el rufián más buscado por los “sabuesos” del policía Rubén Vasconcelos Méndez. Pero se les hizo “ojo de hormiga”. Ni un millón de pesos -como oferta, para quien lo entregue-, ha servido. Ingredientes activos que paralizan la economía, ahuyentan al turismo y ponen en grave predicamento el futuro de los hombres de negocios. A esos que a cada rato les dicen que va a ver seguridad y que al final del día, terminan con el Jesús en la boca ante la ola de atracos a centros comerciales. Cierto, en plena fiesta, se dio una “maquillada” a la ultrajada ciudad. El Estado tuvo que bajar la guardia para calmar -de momento- a los representantes de la industria del chantaje.
INGOBERNABILIDAD.-Según el “Diccionario al Desnudo, no ilustrado”, de Agustín Monsreal, Ingobernabilidad “es algo así como una enfermedad degenerativa. Término que se emplea, digamos, cuando un marido no puede meter en cintura a su mujer, o cuando un padre no consigue jalarle las riendas a sus hijos, o cuando el grupo político que está trepado en el poder no logra conciliar sus intereses económicos con los de la oposición”. A Murat Hinojosa, le salió bronca la yegua, rodeado de una insolente burbuja, casta privilegiada, crema y nata de la oligarquía, que no congenia con lo oaxaco, impide al mandatario domar tan cerrera comunidad. Es de reconocer que quienes hacen la talacha fuerte y sostienen al aparato gubernamental son oaxaqueños: Héctor Anuar Mafud, Vasconcelos Méndez, Celestino Alonso, por citar algunos que conocen palmo a palmo a la entidad. Lo dicen en los corrillos de palacio, toda esa cantera de juniors traídos del INFONAVIT, tienen de cabeza a Oaxaca, convertido en un verdadero polvorín, la crispación social pinta rojo diversos puntos del suelo patrio. De hecho las estructuras del orden ya no pueden controlar la inconformidad popular.
PODER JUDICIAL FEDERAL.- El Consejero de la Judicatura Federal Felipe Borrego Estrada, según periódico Reforma, ”desnudó” a la SCJN, evidenció el nepotismo de sus magistrados. Un total de 112 jueces y magistrados, haciendo uso indebido de su poder, dieron empleo a sus esposas o parejas sentimentales; 180 dieron trabajo a sus hijos; 136 a sus hermanos y 27 a sus papás. Inmoralidad peor no podía darse en otro país. Sólo en México, aquí donde las autoridades de la judicatura federal tienen los salarios más altos del orbe. Se trata de la institución más onerosa y ostentosa de los reinos existentes. Sus dignatarios viven en oropel entre la miseria de millones de compatriotas. Tanta corrupción de sus togados permite entender por qué la pésima administración de justicia, cuando familias enteras están enquistadas en puestos claves del tribunal federal, impartiendo justicia a modo.
A PROPÓSITO del trabajo del Consejero Felipe Borrego, en la SCJN, en la entidad oaxaqueña, alguno de los flamantes consejeros podría investigar y echar un vistazo cómo masca la iguana en el TSJ. Dudo que en el feudo local haya nepotismo, dondequiera los impulsores del juicio oral se llenan la boca hablando de moralidad, justicia, de valores, impensable que hombres de ese talante, abusen de su poder para beneficiar a familiares. No faltan voces que aseguran que “tal magistrado tiene a sus hijos, sobrinos, tíos, quelites y demás debilidades en importantes cargos” donde se decide el derecho. Que en una época “un magistrado benefició a más de cinco hermanas”, quienes sin méritos profesionales ingresaron a la filas del Poder Judicial. Rumores. Tocaría al consejero o algún garante de la legalidad al interior del TSJ, investigar los dimes y diretes. Y Si los hay que haga públicos los resultados del estudio para que el pueblo sepa quienes gobiernan la instancia encargada de decir la ley.
DE PROTECCIÓN CIVIL.-Ante tanta violencia que salpica sangre por doquier, que enluta familias y que gran parte de la población está indefensa, desprotegida para cualquier emergencia, resulta urgente que alguien del gobierno, implemente un programa de auxilio, pues está de manifiesto que, en esta materia, a la hora de las desgracias, nadie responde a los llamados de auxilio. El 6 de los corrientes, en Barrio Nuevo, Santa María Huatulco, a eso de 5.40 horas, aproximadamente, fue acribillada una persona que respondió al nombre de Irving Ordóñez, quien quedó gravemente lesionado con impactos de bala, hecho que ocurrió en la cancha de basquetbol, del lugar, donde a esas horas se encontraban varias personas, quienes de inmediato echaron mano a los celulares, pidiendo ayuda a gritos, la víctima aún con vida, sangraba copiosamente, según me cuentan, que el ataque sangriento ocurrió a dos cuadras del hospital regional. Pero ni la policía, ni el hospital, ni en el municipio de Santa María, respondieron al llamado de la gente. Se vivieron horas de grave angustia porque las ambulancias brillaron por su ausencia, algunos maldecían al responsable de Protección Civil porque jamás contestó a los requerimientos que se hacían a esa oficina. Finalmente, a través de un taxi, trasladaron al herido al hospital donde más tarde perdió la vida. Ahora que el gobernador entregó ambulancias, sería bueno que atendiera el caso de Santa María Huatulco, un importante polo turístico, abandonado y descuidado en materia de primeros auxilios. El caso de Irving, es sólo un botón de muestra de que en gran parte de la Costa, protección civil no existe y que instancias como el Municipio o el Hospital regional, brillan por su incapacidad y negligencia para auxiliar a la ciudadanía.
