ALFREDO ARENAS CASAS
PORQUÉ TANTO ODIO HACÍA LAS MUJERES.- Sin duda a todos nos debería preocupar el aumento inusitado en cuanto a crímenes por odio o feminicidios como se les conoce y agresiones físicas hacía las mujeres, Oaxaca queriendo y no, ocupa uno de los primeros lugares en ambos delitos, pareciera que aquí odiamos a las mujeres, y lógico esto no es cierto. El problema es que cuando se agrede a una mujer y esta se anima a denunciar la agresión, normalmente son ignoradas por quienes tienen la obligación de atenderlas y darles protección. Muchos funcionarios públicos que debieran proporcionarles todo tipo de apoyo, no solo las ignoran sino hasta se burlan de ellas, y en muchas ocasiones hasta las culpan de lo sucedido para no atenderlas, esto es clásico en las agencias del Ministerio Público, por una razón muy sencilla, los servidores públicos de estas áreas no están capacitados para atender este tipo de agresiones, desde policías, hasta agentes del MP y sin duda alguna, muchos jueces, muchos creen que es por razón de género, para muchos hombres la mujer siempre tiene la culpa y debe ser castigada.
La protección de la justicia, se da no a la víctima que es mujer, sino a sus victimarios, por ser hombres. Es muy notorio este asunto en los ministerios públicos, y en los juzgados pareciéramos talibanes y no oaxaqueños amantes de la Ley y la Justicia.
Casos hay muchos, demasiados diríamos nosotros, pero uno de los más deleznables fue el de la saxofonista María Elena Ríos Ortiz a quien por razones pasionales, ahora se sabe, fue quemada con ácido en el rostro, pecho, brazos y piernas presuntamente por dos albañiles, contratados presuntamente por un gasolinero de Huajuapan de León por puro despecho. La agresión se dio desde el 29 de septiembre del 2019, tuvieron que pasar tres meses y que el hecho fuera dado a conocer en los medios de comunicación para que la Fiscalía General del Estado iniciara las investigaciones, o al menos le dieran importancia, dándole tiempo suficiente al autor intelectual para que se fugara una vez que creció el escándalo, algo que sin duda hubiera quedado impune si no hubiera sido por los medios de comunicación que apoyaron a la víctima. Desde el primer día de la agresión la familia de la víctima y la misma víctima, dijeron quien para ellos era el autor intelectual del atentado dando a conocer su nombre, pero fueron los autores materiales de la agresión, padre e hijo de nombres Ponciano y Ruviel respectivamente ya detenidos, quienes denunciaron al autor intelectual del atentado de quien dijeron haber sido quien les pago 30 mil pesos por cometer la agresión. Días antes hubo necesidad de que el mismo Gobernador del Estado le pidiera al presunto agresor, plenamente identificado por sus cómplices, que diera la cara para enfrentar las acusaciones en su contra, pero en lugar de darla, prefirió huir y desde hace ya un mes, nadie sabe dónde se encuentra, supuestamente la Interpol lo busca según anunció el Fiscal General, pero todos suponen que la autoridad le dio tiempo suficiente para desaparecer mientras su víctima se debatía entre la vida y la muerte. Hoy que ya se sabe parte de la verdad, las autoridades tienen la obligación de detener al presunto culpable y entregarlo a las autoridades judiciales para que dispongan su castigo. Muchos nos preguntamos por qué las autoridades protegieron tanto tiempo al agresor, ¿por ser diputado del PRI? La verdad puede ser ocultada, sepultada, ignorada, tergiversada, manoseada, pero al final brota a la luz pública y siempre se llega a conocer con todas sus consecuencias. La víctima fue dada de alta en el Centro Nacional de Investigaciones y atención de Quemados en la ciudad de México el pasado 21 de enero del 2020, casi cuatro meses después del atentado que le dejaran cicatrices para siempre. Y todo por despecho. Priistas y Verde ecologistas, durante los casi cuatro meses, defendieron a rabiar al agresor, lógico, son hombres.
RECTORES SE ACABARON EL PRESUPUESTO DE LA UABJO.- Desde la Primera Mujer que fue Rectora de la UABJO, hasta el que está por irse, se acabaron el presupuesto de la UABJO, dejando en la indefensión a los miles de trabajadores y académicos de esa máxima Casa de Estudios, al menos así lo planteó conocido catedrático de esa universidad pública ante periodistas integrados en la APO. Todos se fueron ricos, muchos se quedaron para seguir cobrando, otros de plano se fueron a administrar su riqueza mal habida. No hace falta mencionarlos, todos los conocen. Hoy al borde de la quiebra, otros que tampoco cantan mal las rancheras, o sea los líderes sindicales de los muchos sindicatos universitarios que existen, buscan tomar las migajas que quedan en base a exageradas peticiones económicas para los trabajadores y académicos que dirigen, lógico ya no hay, y no hay huelga que obligue al Gobierno Federal o estatal a que les den todo lo que piden, esa canonjía solo la tiene la Sección XXII de la CNTE.
Y vaya que no piden poco, solo el STEUABJO quiere 18 millones de pesos en efectivo para supuestas recategorizaciones y reconocimientos por antigüedad, y no quitan el dedo del renglón en las negociaciones con las autoridades universitarias, y para quedar bien con la gente que metieron a trabajar sin estar contemplados sus sueldos en el presupuesto, o sea a sus 436 trabajadores eventuales están pidiendo el mismo número de bases de trabajo, lógico, no aceptan el 1.8 por ciento de aumento fijado por la SEP, quieren por lo menos el triple. En eso están, ni las autoridades universitarias ni los sindicatos se sonrojan por todo lo que le han hecho a la UABJO que está a una rayita de desaparecer de la escena educativa.
De entrada, ya hay quienes están solicitando que la UABJO se cierre temporalmente al menos un año en el que podrían sanearla, o sea liquidar a los administrativos y académicos y reformar la Ley Orgánica. Otros opinan que desaparezca para siempre para evitar tanta corrupción que se da en su interior y esperar a que funcionen las Universidades Bienestar que está construyendo López Obrador en varias regiones del estado de Oaxaca, y en otras entidades de la República. Ahí no habrá sindicatos que cobren un sobresueldo del 2 por ciento para “no accionar”, ni familias reales ni ficticias que las controlen y exploten.