Debido a la conflictividad social que prevalece y a la falta de políticas eficientes que maximicen las cualidades de la entidad, el turismo nacional y extranjero ha dejado de ver a Oaxaca como un lugar atractivo para vacacionar. Puebla, Querétaro y Aguascalientes, ciudades que durante los últimos años han reportado un crecimiento económico acelerado, han ganado terreno
David Méndez
Durante los dos primeros años del gobierno de Alejandro Murat, la industria turística en Oaxaca ha permanecido prácticamente paralizada, con las mismas tasas de ocupación que las registradas al término de la administración de Gabino Cué Monteagudo, considerada por activistas y politólogos como el peor sexenio en la historia de la entidad.
Durante el primer cuatrimestre de 2018, Bahías Huatulco, el destino de playa más importante de la entidad, reportó una disminución de .3 por ciento en su ocupación hotelera, en comparación con el mismo periodo de 2017.
De acuerdo con información proporcionada por la Secretaría de Turismo federal (Sectur), entre enero y abril del año pasado, Huatulco tuvo una ocupación hotelera promedio de 74.1 por ciento, mientras que este año una de 73.8.
Aquel balneario oaxaqueño fue desplazado por Los Cabos, Baja California Sur, con una ocupación de 82.1 por ciento, y por Cancún, Quintana Roo, con el 81.1 por ciento de sus habitaciones reservadas, como los destinos de playa preferidos por los visitantes nacionales y extranjeros.
En lo que respecta a la ciudad de Oaxaca, considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad, la ocupación permaneció en 48.7 por ciento; es decir, más de la mitad de los 5 mil 701 cuartos de hotel con que dispone esta capital permanecieron vacíos.
Si bien las últimas estadísticas publicados por Sectur presentaron una mejora en comparación con 2017, cuando el promedio de ocupación en Oaxaca de Juárez fue de 44.4 por ciento, es de resaltar que, en 2016, durante el último año del gobierno de Gabino Cué, la tasa de ocupación fue de 47.4 por ciento (tres puntos mayor).
Además, hasta octubre de 2017, esta capital era una de las dos ciudades Patrimonio de la Humanidad con los índices de reservación más bajos del país, a pesar de su riqueza cultural y gastronómica.
La dependencia federal precisó que, en aquel periodo, la otrora Verde Antequera tuvo un promedio de 43.2 por ciento de ocupación hotelera, cifra sólo por arriba de Guanajuato, que reportó 41.4 por ciento.
Oaxaca, sumido en crisis
En una comparación directa entre 2016 y los primeros cuatro meses de 2018, el crecimiento turístico de Oaxaca, medido a partir de la reservación de cuartos de hotel, fue de 1.3 por ciento.
Es de resaltar, sin embargo, que durante 2016 esta entidad vivió una nueva crisis social derivada de un nuevo choque entre el gobierno del estado y la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y organizaciones afines; tales disturbios fueron considerados, incluso, más graves que los registrados en 2006, durante la administración de Ulises Ruiz, debido a que repercutieron en toda la entidad y no sólo en la zona metropolitana.
Según organismos empresariales, la pugna de 2016 arrojó pérdidas económicas superiores a los 3 mil millones de pesos, luego de que el magisterio disidente mantuvo 38 bloqueos carreteros durante casi un mes en las ocho regiones del estado.
Las acciones de los docentes, que protestaban por segundo año consecutivo en contra de la reforma educativa y por la encarcelación de sus líderes Rubén Núñez Ginez y Francisco Villalobos Ricárdez, provocaron el 19 de junio un operativo coordinado entre las policías Estatal y Federal, con el objetivo de liberar los bloqueos que se mantenían en los municipios de Juchitán de Zaragoza y Salina Cruz, en la región del Istmo de Tehuantepec, y sobre la carretera de cuota Oaxaca-México, a la altura de Asunción Nochixtlán, que se tradujo en la muerte de nueve personas y más de 300 lesionados. El sector turístico entró en crisis.
Falla Secretaría
Durante 2016, uno de los personajes más críticos con el actuar del gobierno estatal, entonces encabezado por Gabino Cué, fue Juan Carlos Rivera Castellanos, en su rol de presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles de Oaxaca.
Tras el arribo del priista Alejandro Murat a la gubernatura del estado, en diciembre de ese mismo año, el líder empresarial fue designado Secretario de Turismo, con el compromiso de revitalizar el sector y posicionar a la entidad como uno de los principales destinos del país.
No obstante, las cifras reportadas en 2017 y durante el primer cuatrimestre de 2018, hablan de un estancamiento durante dos años y medio, a pesar de que la entidad ha permanecido en relativa calma, sin las revueltas de 2006 y 2016, durante el actual régimen priista.
Multimillonario presupuesto
Tales resultados se dan, a pesar de que en 2017, durante el primer año de la administración, la Secretaría de Turismo gastó un total de 201 millones 231 mil pesos en operación y elaboración de proyectos y acciones para impulsar al sector.
De acuerdo con la Secretaría de Finanzas, el presupuesto fue ejercido de la siguiente forma: 82 millones 887 mil pesos en el pago de remuneración al personal; 79 millones 443 mil pesos en Servicios Generales, que incluyó el pago de renta de oficinas, servicios básicos, mantenimiento y 35 millones 567 mil pesos en el área de Comunicación Social y Publicidad.
Asimismo, 33 millones 573 mil pesos en “obra pública” y “Proyectos Productivos y Acciones de Fomento”; 3 millones 383 mil pesos en muebles y, finalmente, un millón 945 mil pesos en materiales y suministros (gasolina, refacciones automotrices, ropa y artículos de oficina).
Desplantes
Un grupo de empresarios oaxaqueños revelaron a este medio que, en diversas ocasiones, Rivera ha incurrido en “múltiples desplantes” –como los calificaron—en agravio del sector que representa.
El último, dijeron, se suscitó el fin de semana del seis al ocho de julio, cuando se llevó a cabo, en Santa María Huatulco, el Encuentro Nacional de Playas Limpias.
Tras el evento, toda la comitiva del gobierno del estado, encabezada por el mandatario, Alejandro Murat, decidió regresar a la capital una vez concluido el evento con el objetivo de no interrumpir su agenda. Juan Carlos Rivera Castellanos, sin embargo, optó por vacacionar en el balneario durante todo el fin de semana, en plena organización de las festividades de la Guelaguetza 2018.
Desde hace dos semanas, Real Politik solicitó una entrevista con Juan Carlos Rivera Castellanos a través de su departamento de Comunicación Social, que se comprometió a concertar un encuentro en los días subsecuentes; sin embargo, los funcionarios nunca más volvieron a comunicarse como habían prometido y tampoco respondieron a las llamadas telefónicas realizadas por el reportero.