Trump vs Biden: El triunfo de la democracia
JORGE ALBERTO GUILLÉN ALCALÁ
Año 2020, cuando pensábamos que lo habíamos visto todo, aún quedaba una decisión inesperada en materia electoral, me refiero a las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, el país más poderoso del mundo, por lo menos la fama la tiene todavía.
Dos contendientes. Por un lado, nada menos que el presidente en funciones, Donald Trump. Millonario, poderosísimo magnate inmobiliario, dueño de rascacielos, casinos, clubs de golf, entre su incalculable fortuna. Astuto como un zorro y con el aparato de gobierno a su favor. Su futuro inmediato no se veía nada mal para aspirar a la reelección que, en Estados Unidos, está permitida legalmente.
Por otro lado, se apuntaba de nuevo un político de carrera, Joseph Biden. Estudió Historia y Ciencias Políticas para después ingresar a la Facultad de Derecho en Syracuse (1968), experimentado político, recién terminado su ciclo como vicepresidente y mancuerna del primer presidente afrodescendiente de ese país, Barack Obama; larga trayectoria la de Biden y para quien no la conozca solo basta mencionar que fue senador de la República, por primera de cinco veces, en 1972, con tan solo 29 años. Se destacó en la creación de leyes importantes como la Ley sobre Control de Delitos Violentos y Aplicación de la Ley y la Ley de Violencia contra las Mujeres.
Influyó para que Bill Clinton utilizara la fuerza militar en el conflicto de los Balcanes en contra del presidente serbio Slobodan Milosevic por violar derechos humanos en aquel país.
Apoyó a George Bush para proceder contra Afganistán después de los atentados de 2001, también en la invasión militar a Irak en 2002.
Desde 1987 tuvo la aspiración de ser presidente de su país, en 2007 buscó ser presidente de nuevo. En 2009, el presidente Obama le propone la vicepresidencia, el 4 de noviembre de ese año la fórmula Obama-Biden derrota a la pareja compuesta por John Mc Cain y Sarah Palin.
En 2009 sustituye en el encargo a Dick Cheney. Siempre ha sostenido una postura moderada ante temas como el aborto, el matrimonio homosexual y la pena de muerte.
Su vida personal ha sido sumamente complicada al morir su esposa e hija menor en un accidente automovilístico, justo en ese 1972 cuando gana el escaño como senador. En 2015, muere su hijo Beau a causa de cáncer cerebral.
Llega la candidatura en 2019 y última llamada para Biden a intentar lo que parecía difícil, arrebatar a Trump la Casa Blanca con toda la popularidad del personaje en el trono, se especulaba una victoria por lo menos clara del presidente en funciones.
Los pueblos de países desarrollados nos demuestran a menudo que están atentos de lo que sus mandatarios hacen o dejan de hacer, en el caso de Trump la agresividad mostrada una y otra vez en contra de minorías como la hispana o la musulmana, la política exterior del american first (o primero americano), su muy tardía reacción ante la pandemia del Covid-19, además de constantes escándalos personales, no fueron perdonados por ese pueblo que se formó precisamente por inmigrantes de otros países. El casi octogenario opositor Biden ganó 290 distritos electorales y sacó una ventaja al aún presidente por más de 5 millones de sufragios, en la participación más elevada de votantes de la historia de los Estados Unidos. En México tenemos mucho que aprender de este ejercicio. La conclusión clara es que al margen del destino que Estados Unidos tenga como nación, ganó quien decidió la mayoría. Triunfó la democracia.
¡Saludos a todos!
