Trump había prometido desde su campaña abandonar el pacto firmado por más de 190 países, en nombre de la defensa del empleo en Estados Unidos;
Donald Trump, mandatario estadounidense, anunció este jueves que Estados Unidos dejará el Acuerdo de París sobre el cambio climático, que tiene por objetivo limitar el ascenso de la temperatura mundial reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero.
En su discurso en la Casa Blanca, Trump dijo que el acuerdo ponía en desventaja económica a Estados Unidos, provocándole pérdida de empleos, menores salarios, y cierre de fábricas.
“En el día de hoy, Estados Unidos cesará toda implementación del acuerdo de París y las pesadas cargas financieras y económicas impuestas a nuestro país”, mencionó.
“Fui elegido por los votantes de Pittsburgh, no por París. Prometí salir o renegociar cualquier acuerdo que no sirva a los intereses de Estados Unidos”, agregó.
“Estamos saliendo pero vamos a comenzar a negociar y veremos si podemos alcanzar un acuerdo justo. Si podemos, será excelente. Si no podemos, también. Como presidente, no puedo poner otra consideración por delante del bienestar de los estadounidenses”.
Como reacción, el expresidente Barack Obama dijo que Trump “rechaza el futuro” al abandonar el Acuerdo de París.
Durante su campaña, Trump había prometido abandonar el pacto firmado por más de 190 países, en nombre de la defensa del empleo en Estados Unidos.
Pero numerosas voces en todo el mundo, inclusive en los sectores empresarios o en la misma administración estadounidense, le pidieron revisar su posición, recordando la urgencia de actuar ante el calentamiento global.
El acuerdo es considerado “esencial” por la canciller alemana Angela Merkel.
Después de que Trump se negara a comprometerse con el acuerdo climático de París de 2015 en la cumbre del G7, ella dijo que Europa ya no puede “confiar completamente” en otros países, como Estados Unidos con Trump al mando.
En un artículo de opinión publicado el miércoles por el Wall Street Journal, dos de los principales asesores del presidente, el general H.R. McMaster y Gary Cohn, aseguraron, en referencia al eslogan de campaña, que “Estados Unidos primero” no quiere decir “Estados Unidos solo”.
Salir del pacto de París colocaría por mucho tiempo a Estados Unidos en una posición poco confortable a nivel internacional.
Para Mitt Romney, candidato republicano a la Casa Blanca en 2012, la decisión de Trump tendrá consecuencias a largo plazo: “Se trata también del lugar de Estados Unidos como líder mundial”.
Rusia, uno de los países que más contaminan, firmante del pacto, consideró que la ausencia de “actores esenciales” podría complicar su aplicación.
“La aplicación de esta convención en ausencia de actores esenciales será más complicada, pero por el momento no hay alternativa”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
El tema dividió profundamente en la cumbre del G7 de la semana pasada en Italia. Todos sus participantes, con la excepción de Trump, reafirmaron su compromiso con el texto de París.
Trump podría invocar el artículo 28 del acuerdo, que permite a las partes firmantes salir del pacto, pero dado el procedimiento previsto la salida sería efectiva únicamente en 2020.
Otra solución, aún más radical, podría ser la salida de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
Los compromisos del acuerdo, la meta
El acuerdo sobre cambio climático adoptado por 195 países en diciembre de 2015 en París trazó el camino hacia un mundo sostenible mediante cambios drásticos en la economía global.
El objetivo del acuerdo es contener el aumento de la temperatura “muy por debajo de los 2ºC” respecto a la era preindustrial y “de seguir esforzándose por limitar este aumento a 1.5ºC”, aunque muchos expertos dudan de que se pueda lograr.
2 o 1.5°C son objetivos muy ambiciosos, dado el nivel actual de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Los expertos del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) estiman que es necesario reducir las emisiones entre 40% y 70% entre 2010 y 2050, para permanecer por debajo de los 2°C.
El acuerdo no especifica metas obligatorias a cada país, como sí lo hace el protocolo de Kioto. Cada cual se fija a sí mismo sus propios objetivos de reducción de emisiones para 2025 o 2030.
Estados Unidos se había comprometido a reducir sus emisiones entre un 26% y un 28% de aquí a 2025, respecto a los niveles de 2005.