Julio Castillo López*
@JulioCastilloL
El domingo pasado fue la primera elección de un presidente del PAN por toda su militancia. La jornada transcurrió sin incidentes mayores, Madero ganó con un margen superior a los 10 puntos y Cordero reconoció su derrota y renunció públicamente a su derecho de impugnar.
El hecho fue contundente y ahora sólo se espera que el jueves tome protesta, pero una elección no debe acabarse con la votación… en sí, con la votación sólo empieza el camino:
•No sólo fue la primera elección abierta a la militancia para votar por un presidente, también lo fue para secretario general y para 7 miembros más de una planilla que se convertirán en integrantes del Comité Ejecutivo Nacional. Esto quiere decir que las posiciones que se usaron algunas veces para dar contrapesos y espacios a otras corrientes dentro del mismo Partido están previamente entregadas. Los equilibrios, al igual que la votación, se van a tener que federalizar.
•Ganar una elección tan grande involucra muchas personas y hoy Madero está donde todas las caras de la vida se amontonaron en la misma habitación -como diría Kerouac-. Todos hoy son amigos, todos hoy contribuyeron a su triunfo, todos se adjudican lo que hicieron y lo que no hicieron pero si se analiza de fondo, aunque la victoria fue contundente, hay varios focos rojos que enfrentar; en primer lugar Madero tuvo menos votos que firmas (para registrar su candidatura presentó casi 100 mil firmas); en segundo lugar hubo un giro extraño en muchos estados de la República tanto para Cordero como para Madero y si se analiza por municipio es todavía más contradictorio. Dicho en otras palabras: ambos equipos están repletos de personas que dejaron de hacer su trabajo o que de plano traicionaron su causa. Los rivales se miran de frente sabiendo que discrepan pero que pueden trabajar en un terreno común pero los que apuestan a todos los números, los que se venden con hipérboles de su propio liderazgo y los que se cuelgan medallas que no ganaron son mucho más peligrosos que los rivales. La verdadera sabiduría de un líder es distinguir a los unos de los otros.
•Madero es empresario, ya fue diputado, senador, candidato a alcalde y presidente del PAN; en su carrera política después del 2015 (cuando salga de la presidencia del PAN) sólo podría restar ser candidato a gobernador y/o a presidente de la República. Tiene la oportunidad de presidir al PAN sin cuidar ni cuidarse de nadie. Puede atreverse a en realidad conformar el mejor PAN de la historia, dejando atrás los rencores y rivalidades para que sean los mejores panistas los que dirijan a la institución en cada una de sus trincheras. Puede hacer del consenso la fuerza de la transformación para todo México (como ya ha logrado) puede hacer que en cada una de las nueve gubernaturas, los 1000 municipios, las 300 diputaciones federales y todas las locales que se jugarán el año que entra el PAN apueste con sus mejores cuadros. Hoy es todo para el PAN y hoy es todo para Madero.
Lo que viene es interesante y puede ser la época más prometedora del PAN y aquí hay que recalcar que el PAN es el único partido en México y en la historia de México que ha podido elegir de manera democrática y civilizada a su dirigente nacional. Una vez más el PAN es ejemplo de democracia en un país donde el autoritarismo sigue tocando la puerta.
**Cuenta con estudios en filosofía y Doctrina Social de la Iglesia. Ha sido colaborador de diversos medios como Diario Monitor, las revistas Bien Común y La Nación.Actualmente es director de Discurso y Vinculación de la Fundación Humanismo Político del Senado de la República y columnista de Antena Radio en el IMER.
