El 2 de diciembre de 2019, un día después de cumplir un año como Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador convocó a una reunión a los delegados de los programas federales en las 32 entidades del país.
También acudieron 10 secretarios del gabinete, incluido el de la Defensa Nacional (Sedena).
Fue en esa reunión donde López Obrador expuso que el Banco del Bienestar, antes Bansefi, tendría como misión economizar los gastos que realizaban los beneficiarios de programas sociales para poder acceder a los apoyos y, por tanto, se tendrían que construir sucursales en todo el país, sobre todo en aquellos lugares que no contaban con infraestructura bancaria.
“El Presidente hizo una suma y detectó que nuestros beneficiarios gastan de 500 y hasta mil pesos en traslados y comida, además del riesgo que corren personas con discapacidad y adultos mayores para cobrar los apoyos. Esa fue la base para decidir acercar la infraestructura a las comunidades”, explica Nancy Ortiz Cabrera, la delegada de los programas del gobierno federal en Oaxaca.
Sólo un mes después, el 3 de enero, el Presidente anunció que en total se construirían 2 mil 700 sucursales del Banco del Bienestar en todo el país, que los ingenieros militares de la Sedena serían los encargados y que se contaba con 10 mil millones de pesos para comenzar de inmediato los trabajos.
En el caso de Oaxaca, una de las entidades con más beneficiarios, aunque en un inicio se determinó construir 580 sucursales, finalmente la cifra quedó en 255 en una primera etapa, de las cuales 25 se consideran prioritarias.
En entrevista la delegada federal explica que a menos de tres meses de la instrucción presidencial, en la entidad ya se cuenta con la totalidad de terrenos y espacios donde se proyecta construir estas sucursales, lo que ha requerido de entablar acuerdos con autoridades comunales, agrarias y municipales.
“Sedena ya está en el estado y junto con nuestros servidores de la Nación están visitando los predios para ver si son factibles”, asegura.
Ortiz Cabrera explica que la construcción de estas sucursales se coordina de manera conjunta entre la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano (Sedatu), Bienestar delegación y Sedena.
“Ellos [Sedena] son los que van a construir, pero quien hizo el trabajo en tierra, lo social, las asambleas y la gestión fue la delegación en Oaxaca”, puntualiza.
De acuerdo con lo programado, las 25 sucursales prioritarias se construirán en comunidades de la Sierra Norte, de la Mixteca, como Tlaxiaco y Huajuapan, y de los Valles Centrales, como Tlacolula.
Red de soporte.
Los terrenos que la delegación federal tuvo que conseguir para levantar las 255 sucursales tienen que cumplir con características específicas, como el tamaño. Estos deben contar con un espacio mínimo de 400 metros y máximo de una hectárea.
La delegada detalla que, de aprobar la Sedena los predios, las sucursales del Banco el Bienestar compartirán, en muchos casos, espacios con dependencias federales como el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI), la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), instalaciones de IMSS-Bienestar e incluso de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
En las comunidades donde no se cuenta con esta infraestructura previa se trabajó en espacios propuestos por autoridades municipales y se dialogó con ejidatarios y comuneros para tomar acuerdos.
Mientras que en donde aún no está contemplado que llegue una sucursal, Ortiz Cabrera adelanta que se echará mano de los mil 360 centros integradores con los que cuenta el gobierno federal en la entidad. Ahí se instalarán cajeros que funcionarán como una red de soporte: “Se está apostando [en el Banco del Bienestar] la ingeniera e infraestructura federal porque ahí se concentrarán todos los programas sociales”, abunda.
“Somos prioridad”. La prisa por tener listos los terrenos donde habrán de construirse las sucursales no es gratuita. Oaxaca figura entre las tres entidades con <strong>más beneficiarios de programas sociales junto con Chiapas y Veracruz, y sobre todo, dice la delegada, “somos prioridad para el Presidente”.
Según cifras de la delegación, para finales de 2019 los beneficiarios de ocho programas sociales en Oaxaca sumaban 511 mil 855, de los cuales la mayoría recibe el Programa de Bienestar para Adultos Mayores que entrega apoyo a 336 mil 394 personas cada dos meses.
Nancy Ortiz asegura que si a esa cantidad se suman quienes reciben otros apoyos de dependencias como Sedatu, para la reconstrucción tras los sismos, la cifra supera el millón de personas.
Estos números se deben a una razón simple: en la entidad viven 418 mil los oaxaqueños en pobreza y 170 mil en pobreza extrema. Ese fue el argumento para que Oaxaca fuera la sede de la Secretaría de Bienestar federal, mudanza que no se ha concretado y de la que la delegada dice no tener información.
Lo que sí asegura es que las sucursales del Banco del Bienestar serán atendidas por becarios de Jóvenes Construyendo el Futuro que hayan terminado su capacitación, y éstas deberán estar listas dentro de tres o cuatro meses.
