Fue claro que en la elección pasada el voto se definió como castigo. Los partidos que gobernaron estados y alcaldías salieron de aquellos lugares alcanzados por los escándalos de corrupción unos, y de nexos con el narco, otros. O ambos. El PRI salió de Michoacán, llega Silvano Aureoles de la mano del PRD. A su vez, el PRD sale de Guerrero, llega Héctor Astudillo, abanderado por el PRI. El PAN abandona Sonora, entra el PRI con Claudia Pavlovich. Y el PRI deja Nuevo León para abrirle paso a El Bronco, el independiente. Lo mismo ocurrió hace unos años en la elección que cambió al gobernador de Tabasco. En aquel entonces salió el priista Andrés Graniery, con ello, le abrió la puerta a Arturo Núñez, llevado ahí de la mano del PRD. Y bueno, aunque este último no corrió con buena suerte, pues se sabe que no ha cumplido una sola promesa de campaña. Quisiéramos que aquellos nombrados al inicio corrieran con la misma suerte de Granier, aunque no del todo. Me explico.
Hace un par de días, Carlos Loret de Mola escribía en sus Historias de Reportero sobre la posibilidad de que Andrés Granier salga de prisión (al igual que Elba Esther Gordillo, ¡ay, nanita!): “El pasado 20 de mayo, un tribunal federal revocó el auto de formal prisión que se le había dictado por la acusación federal de haber realizado operaciones con recursos de procedencia ilícita por 35 millones de pesos. La presunta defraudación fiscal por 2 millones 156 mil pesos es parte de otro proceso federal impulsado por la PGR. En cuanto al peculado y el ejercicio indebido de la función pública son procesos del fuero común, vinculados a los casos federales que enfrenta…”. En la columna de ayer, también escribe sobre otro personaje que está a punto de convertirse en exgobernador: Guillermo Padrés, a quien yo he denominado el #HidroGóber. El mismo que se mandó construir una presa y una playa. El gobernador de Sonora tiene un largo historial de sospechas, pero es hora de que inicien las investigaciones sobre el origen de su fortuna y del uso del ejercicio público que ha realizado. Mismo que le valió al PAN quedarse sin aquella gubernatura.
Desafortunadamente no sólo es él, también está otro aún gobernador: Rodrigo Medina, el de Nuevo León. Y no es que sea secreto para nadie que Medina tiene una larga cola, pero está a punto de dejar el despacho estatal regio. Ciudadanos contra la Corrupción ha solicitado a las autoridades que se retire del cargo a Medina por los señalamientos que hay sobre él y su familia por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero. Lo que se ha investigado es que la familia del mandatario posee una fortuna de cerca de mil millones de pesos, en la que se incluye el valor de 110 propiedades inmobiliarias en el estado de Texas, así como empresas en Islas Caimán y algunos ejidos en el estado que todavía gobierna. ¿Será que una vez terminada su gubernatura, la PGR tomará acciones? Se necesita ser tajante en temas de corrupción. ¿Será también que Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, de manera contundente combatirá cualquier sospecha de corrupción, así como lo dijo en su campaña?
Y también están los que ya salieron: Ángel Aguirre (Guerrero) y Fausto Vallejo (Michoacán) están muy tranquilos en sus casas y sin hacerse responsables de nada de lo ocurrido en los estados que gobernaron. Sobre Vallejo no hay un sola acusación, a pesar de Los Caballeros Templarios y de los videos que involucran a su hijo con el líder de éstos, Servando Gómez, La Tuta. Sobre Aguirre tampoco hay nada, a pesar de José Luis Abarca y Ayotzinapa. En los dos estados que gobernaron llegan nuevas cabezas, ¿será que están dispuestas a poner orden? Viene así una oportunidad en dos bandas: tanto para los gobiernos estatales que llegan, pues tienen una ventana abierta para sustentar aquel voto de castigo que los llevó a la victoria en las urnas, como para el gobierno federal, para que no vuelva a pasar lo sucedido con Montiel, Yarrington, Moreira…
Addendum. Lucero Guadalupe Sánchez López, diputada del PAN en el Congreso de Sinaloa, y Francisca Elena Corrales, diputada federal del PRI, se echan la bolita. La primera dice que es falso que haya visitado a Joaquín El Chapo Guzmán, como reportó Joaquín López-Dóriga en Milenio. Que se trata de una calumnia de parte de la segunda, dijo. Eso sí, ninguna salió a medios a dar detalles. Busqué a Sánchez López, pero nos dijeron en su oficina que no saldría. Y en el PAN estatal, que nos atendían hasta después de las 7 de la noche. Vaya horarios de trabajo. Vaya silencio.