El fundador de la APPO fracasó en su intento de apoderarse totalmente del control de la Defensoría de Derechos del Pueblo de Oaxaca, pues en una embestida política orquestada por el PRI, gobierno del estado y el Grupo de los 10 de Morena, fue impuesto como titular de aquel organismo autónomo José Bernardo Rodríguez Alamilla
David Méndez
En la culminación de una maniobra política entre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el grupo de 10 diputados de Morena que encabeza Ericel Gómez Nucamendi, José Bernardo Rodríguez Alamilla fue designado el viernes 12 de abril nuevo titular de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), cargo que asumirá a partir del próximo nueve de mayo.
La red tejida entre el PRI, el gobierno del estado y la fracción minoritaria de Morena, conocida como el Grupo de los 10 –en alusión al número de sus integrantes—terminó por convertirse en una carambola de tres bandas, pues no sólo llevo al fracaso la ambición de Flavio Sosa Villavicencio de asumir el control total de aquel organismo autónomo por medio de su operador César Mateos Benítez, sino que también sepultó las aspiraciones de la feminista Yésica Sánchez Maya –antagónica al actual gobierno– por convertirse en la primera mujer defensora y permitió la unción de un ombudsman a modo, que no jugará en contra de los intereses del grupo de Alejandro Murat.
A la operación política también se sumaron, de última hora, algunos diputados de Morena identificados con la corriente de Salomón Jara, como Alejandro López Bravo, quien con su voto (tres favor y dos en contra) fue pieza clave para que el dictamen con la propuesta de Bernardo Rodríguez Alamilla incluido, fuera aprobado por la Comisión de Derechos Humanos y, por ende, sometido al Pleno.
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Como lo documentó Real Politik en sus últimos dos números, la maniobra orquestada en contra del líderes de Morena Flavio Sosa (quien supuestamente tenía el respaldo de Salomón Jara) se dibujó desde hace un mes, cuando se dio a conocer el 15 de marzo la lista de 42 aspirantes que habían sido aceptados para contender por la presidencia del organismo.
Entre los perfiles resaltaban al menos 10 que mantenían nexos directos o indirectos con Sosa Villavicencio, encabezados por César Mateos, ex vocero de la APPO y miembro de Comuna, quien llegó a ser percibido como virtual presidente de la Defensoría.
En ese momento, también quedó establecido que José Bernardo Rodríguez Alamilla era el candidato que impulsaban el actual ombudsman, Arturo Peimbert, y el gobierno del estado, por medio de la bancada del PRI. A lo lejos, sin embargo, esa postulación parecía vulnerable, poco probable, pues sólo contaba con ocho votos a su favor, seis del PRI y dos del Partido Verde.
El Grupo de los 10 de Morena, dirigido por Ericel Gómez Nucamendi, intentó, por su parte, subirse a la contienda por medio de Juan Rodríguez Ramos, actual visitador de la DDHPO, postulado por el obispo emérito de Tehuantepec, Arturo Lona Reyes.
Sin embargo, Rodríguez fue rechazado e impugnado por el grupo de Sosa Villavicencio –que alegó que era inelegible por desempeñar actualmente un alto mando en la propia Defensoría (Coordinador)–, por lo que quedó fuera de la contienda a los pocos días.
Morena inexistente
Comenzó así el pataleo entre el PRI, el Grupo de los 10 de Morena y la fracción morenista afín a Flavio Sosa y al senador Salomón Jara, que cuenta –o contaba– con una representación de 16 diputados, a los que, en veces anteriores, se habían sumado los tres del Partido del Trabajo (PT) y dos de Encuentro Social (21 en total).
Pulverizada y servil al PRI
De aquella aplanadora legislativa a favor de Morena que en Oaxaca configuró el proceso electoral de 2018, hoy no queda nada.
La votación histórica que llevó a la presidencia de México a Andrés Manuel López Obrador, le dio a la coalición PT-Morena-PES, 32 de las 42 curules que conforman el Poder Legislativo de Oaxaca, los sufragios suficientes para haber elegido al nuevo ombudsman, sin necesidad de consultar al PRI ni a sus aliados.
No sólo eso, pues aquella alianza tenía en sus manos la posibilidad de reconfigurar políticamente al estado, realizar las reformas constitucionales que creyera pertinentes e, incluso, someter al propio Poder Ejecutivo.
Pero nada de ello sucedió; los compromisos políticos de los líderes a los que López Obrador cobijó en Oaxaca, provocó una ruptura desde la primera sesión ordinaria del Congreso: nueve diputados decidieron seguir a su delegado especial Ericel Gómez Nucamendi –impuesto por la líder nacional Yeidckol Polevnsky–, 16 se fueron con el grupo de Salomón Jara y Flavio Sosa Villavicencio y una más, Aleida Tonelly Serrano Rosado, renunció al PES y se alió con la perredista Elim Aquino para conformar el grupo parlamentario de Mujeres Independientes, aliado al PRI.
Se conformaron, entonces, dos bancadas de Morena –una de 10 integrantes y otra de 16 –más cinco coaligados— que desde entonces han permanecido confrontadas.
Ahora para fraguar acuerdos, ambos grupos de Morena deben, primero negociar y obtener la venia del PRI, quien, a raíz de ello, manipula según su conveniencia a los legisladores de la Cuarta Transformación.
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Fue eso lo que sucedió en la elección del nuevo defensor: Una vez que el Grupo de los 10 se quedó sin candidato, éstos arremetieron en contra de Flavio Sosa Villavicencio y sus candidatos.
La orden era clara, según narraron fuentes fidedignas a esta revista, no dejar pasar a nadie que pudiera aliarse con Sosa Villavicencio una vez asumido el cargo de defensor, lo que, además de Mateos, incluía a Yésica Sánchez Maya.
En esa tónica, el Grupo de los 10 se alió con los ocho diputados del PRI-Verde y las dos diputadas de Mujeres Independientes y la única del Partido Acción Nacional, en torno a la figura de Bernardo Rodríguez Alamilla.
La elección se decantó durante la semana pasada, cuando el PRIMOR, de acuerdo con testimonios, ofreció “premios económicos” a algunos diputados del grupo de Salomón Jara, con el objetivo de obtener los 28 votos necesarios.
La elección estaba programada para el miércoles 10 de abril; sin embargo, tras una primera votación, el número de apoyos fue insuficiente para ungir a Rodríguez, pues sólo recibió 24 sufragios, cuatro menos de los requeridos.
Tuvo que suspenderse la sesión y reanudarse dos días después, el viernes 12, hasta que los grupos lograron “consensos” y el PRI obtuvo el respaldo de 30 legisladores: seis de su bancada, dos del Partido Verde, dos de Mujeres Independientes, uno del PAN, 10 del Grupo de los 10, y nueve de la alianza Morena-PT-PES, que lideran Salomón Jara y Benjamín Robles, que dejaron sólo a Flavio Sosa y su camarilla.
Yésica Sánchez quedó relegada con tres votos y nueve más, fueron anulados.
“José Bernardo Rodríguez representa impunidad para Arturo Peimbert ante cualquier investigación que se quiera hacer en su contra y también para el gobierno del estado, que no tendrá presión sobre sí, pese a las múltiples violaciones de derechos humanos que se registran en Oaxaca”, opinó un abogado, especialista en el tema, consultado por Real Politik, días antes de la votación