Agencias.- El astronauta Scott Kelly se está preparando para regresar a la Tierra el martes 1 de marzo, tras pasar un año en la Estación Espacial Internacional, todo un récord. Aunque el hombre de 51 años (celebró su cumpleaños en el espacio hace poco) ansía regresar, extrañará el pequeño rincón suspendido que se ha vuelto su hogar.
«Va a ser duro dejar este complejo asombroso porque probablemente nunca lo vuelva a ver y no espero hacerlo», dijo Kelly a Sanjay Gupta, de CNN, en su ronda final de entrevistas desde el espacio. «He volado en el espacio cuatro veces, así que va a ser difícil en ese sentido; pero ciertamente ansío regresar a la Tierra. He estado acá arriba por mucho tiempo y a veces, cuando lo pienso, siento que he vivido aquí arriba toda mi vida».
Kelly ha estado terminando el proceso de recolección de muestras y algunas de ellas regresarán con él en la cápsula Soyuz cuando aterrice cerca de Kazajistán la próxima semana. También ha estado empacando porque a pesar de que la cápsula tiene poco espacio (mide casi siete metros de largo y casi tres de diámetro), los astronautas pueden llevar consigo un kilo y medio de artículos. La mayoría de las cosas de Kelly serán objetos personales que le dieron antes de que se fuera, el 27 de marzo de 2015. Los astronautas también pueden enviar cosas a la tierra en la nave espacial de carga Space X.
Una de las cosas sorprendentes que regresarán a la Tierra es la basura.
«De hecho también regresamos la basura en la nave Space X», dijo Kelly. «De alguna forma nos deshacemos de las cosas en la estación espacial, así que tenemos una capacidad realmente considerable de devolver cosas que tal vez no imaginan en la Space X».
Revisiones finales y vistazos de último minuto
Aunque Kelly ha participado en varias misiones espaciales, la preparación para el aterrizaje en la Tierra es la clave. Kelly y sus compañeros de tripulación, los cosmonautas Mikhail Kornienko y Sergei Volkov, hicieron pruebas de ajuste de sus trajes presurizados en la cápsula Soyuz. Los asientos tienen cubiertas hechas a la medida de cada astronauta.
«Los revisamos para asegurarnos de que nos protejan si los necesitamos», dijo Kelly. «Hacemos una especie de entrenamiento en órbita para los procedimientos de descenso, así que esos los tenemos frescos. Hablamos con los especialistas en Tierra sobre todas las operaciones, desde el momento en el que cerramos la escotilla hasta el momento en el que nos sacarán de la Soyuz. Así que será un periodo bastante ajetreado. Está claro que es importante que cuando regresemos del espacio lo hagamos todo bien».
No cabe duda de que los seguidores de Kelly en Twitter (hasta el momento son más de 900,000) extrañarán sus paisajes diarios desde el espacio que dejan ver diferentes partes de la Tierra. Kelly ha capturado eventos espectaculares tales como tormentas de nueve e incluso el Super Bowl desde el espacio, pero también ha sido testigo de la fragilidad de la Tierra.
«Este verano que pasó se podía ver claramente la sequía en California y los incendios», dijo Kelly cuando le preguntaron sobre el nivel del agua en nuestro planeta. «Hoy hicimos un tránsito increíble sobre los Himalaya y vimos que toda esa contaminación está acumulándose contra esas montañas procedente del sur, es un poco doloroso verlo».
Continúan las investigaciones
Durante el año que ha pasado en la estación espacial, Kelly participó en un estudio de salud de gemelos, en el que se compara su estado y las consecuencias físicas y mentales de la ausencia de gravedad con las de su hermano gemelo, el astronauta retirado Mark Kelly, quien se encuentra en la Tierra.
La recopilación de datos para el estudio abarca tres años, de acuerdo con Julie Robinson, jefa de científicos de la NASA para la EEI. Los exámenes médicos miden el efecto de la ausencia de gravedad en la densidad ósea, en la vista, en el microbioma, la sangre, el corazón y las células, así como el impacto psicológico en el estado de ánimo, el estrés y las funciones cognitivas.
«Por ejemplo: tus huesos tardan un buen rato en recuperar su densidad. No sabemos si Scott habrá perdido hueso o no», dijo Robinson.
Muchas de las muestras de Kelly permanecerán en la EEI hasta abril, cuando las regresarán en un vuelo de la Space X. Luego comenzará la verdadera tarea para los asistentes del laboratorio, quienes dedicarán un año al análisis de los datos.
Otra parte de la misión de Kelly ha servido como preparación para los planes de la NASA de llevar humanos a Marte. Kelly incluso vio Operación Rescate en el espacio.
«Hubo muchas similitudes con esa película respecto a vivir mucho tiempo en el espacio, incluido lo de cultivar cosas en un entorno extremo, cosa que terminamos de hacer recientemente», dijo Kelly.
La vida después del aterrizaje
Una vez que Kelly aterrice, la próxima semana, el equipo de búsqueda y rescate de las fuerzas armadas de Kazajistán los sacarán rápidamente de la cápsula de reentrada. Se someterán inmediatamente a una revisión médica por parte de un cirujano de vuelo y luego ejecutarán una serie de pruebas de campo para emular el aterrizaje en Marte, de acuerdo con Robinson. Es algo como recorrer una pista de obstáculos contrarreloj.
«Un aterrizaje en Marte hará que un aterrizaje espacial parezca cosa de niños», dijo Robinson. «Caes como piedra en Marte en comparación a cómo aterrizas en la Tierra. Queremos simular y entender qué pasaría si acabaran de pasar nueve meses en Marte».
Kelly tendrá que readaptarse a la gravedad de la Tierra mientras conecta válvulas y mangueras, practicar levantarse luego de caer y evaluar sus propios mareos. La mayoría de los astronautas presenta déficits en las capacidades sensoriales y motoras mientras su oído interno se adapta a la gravedad de la Tierra y eso puede provocar desorientación, de acuerdo con Robinson. La NASA quiere asegurarse de que los astronautas pueden llevar a cabo todo el procedimiento posterior al aterrizaje con seguridad.
Kelly también se someterá a pruebas biomédicas adicionales y continuará con la recopilación de datos posteriores al vuelo tras volar de Kazajistán a Houston. Allá se llevarán a cabo las pruebas finales, 30 días después del aterrizaje.
El regreso de Kelly a la Tierra, el martes, tomará menos de tres horas y media. La cápsula Soyuz está diseñada para emitir calor en su paso por la atmósfera y para haber perdido dos tercios de su masa al llegar a 122 kilómetros sobre la Tierra. La cápsula trazará una línea en el cielo en su viaje de 230 metros por segundo. Quince minutos antes de aterrizar, se desplegarán cuatro paracaídas en un esfuerzo por reducir drásticamente la velocidad y luego se desplegará un paracaídas principal que desacelerará el descenso hasta 7.3 metros por segundo y luego a 1.5 metros por segundo justo antes del aterrizaje. Un segundo antes, dos juegos de tres motores se encenderán para suavizar el aterrizaje.
«En este momento estoy mirando la Tierra, que se encuentra 400 kilómetros debajo de mí y solo una pequeña parte es la atmósfera», dijo Kelly cuando le preguntaron sobre la preparación para el regreso. «Cuando la Soyuz entre en contacto con la atmósfera a 28,000 kilómetros por hora, muchas cosas tienen que ocurrir correctamente para asegurarnos de que toquemos tierra a salvo. Así que cuando miras ese gran espacio que hay entre nosotros y la velocidad involucrada, es algo bastante serio. Es algo que definitivamente piensas y analizas. Pero es la segunda vez que vuelo en la Soyuz y mi cuarto vuelo espacial. Es algo para lo que me ofrecí y estaremos listos para ello el próximo martes».