La marca argentina Rapsodia utiliza en su Colección Invierno 2016 patrones de la blusa tradicional de San Antonino Castillo Velasco
El año pasado marcas francesas copiaron diseños de blusas elaboradas en Santa María Tlahuitoltepec, Mixes
Jazmín GÓMEZ
A casi un año de que las diseñadoras Isabel Marant y Gabriela Cortese, de reconocidas marcas francesas, se plagiaran diseños de blusas elaboradas en Santa María Tlahuitoxtepec, Mixe, un nuevo caso de plagio ha causado la indignación entre los artesanos oaxaqueños. Esta vez, la marca argentina Rapsodia copió diseños de iconografía y patrones tradicionales de las blusas tradicionales de San Antonino Castillo Velasco.
Santa María Tlahuitoltepec es un municipio que se localiza en la Sierra Mixe, en el Norte de Oaxaca. San Antonino Castillo Velasco se ubica en el distrito de Ocotlán y pertenece a la región de los Valles Centrales.
En enero del año pasado la cantante oaxaqueña, Susana Harp acusó a través de su cuenta oficial de Twitter a Isabel Marant de plagiar el bordado de la blusa de Tlahuitoltepec en la colección primavera verano 2015 de la línea Étoile
Las prendas copiadas están valuadas en más de 4 mil 500 pesos, mientras que una original hecha en Tlahuitoltepec tiene un costo menor a los mil pesos. El mismo diseño se usó para una falda, un vestido y una chamarra.
A partir de que se hiciera público el plagio, autoridades y pobladores de Santa María Tlahuitoltepec iniciaron una lucha en defensa de sus diseños que hasta ese momento no estaban protegidos en una marca.
“Para Tlahuitoltepec y para las comunidades indígenas del país, el plagio de la blusa de Tlahuitoltepec por las empresas francesas Isabel Marant y Antik Batik, constituyen hechos denigrante, humillantes y de profundo racismo.
Constatamos una y otra vez más que las comunidades seguimos en grave situación de vulnerabilidad y que no existen garantías y mecanismos que protejan la propiedad colectiva de los bienes tangibles e intangibles”, denunciaron apenas el pasado primero de julio en su último pronunciamiento.
Revelaron que ante la Corte de París, en 2015, la diseñadora Isabel Marant reconoció que el diseño original de sus prendas pertenecía a la comunidad de Tlahuitoltepec y que no plagió, sino “se inspiró”.
Ratificaron que la acción de Marant representa un plagio, porque la colección Eoile Primavera- Verano 2015 tiene el patrón propio de la blusa de Tlahuitoltepec.
Denunciaron también el plagio de la empresa Antik Batik en una serie de productos en su línea “Barta” fabricados en la India y que argumentan son creaciones originales de su directora Gabriela Cortese.
A través de un escrito, las autoridades municipales exigieron a Isabel Marant y Gabriela Cortese, “se presenten personalmente en la comunidad de Tlahuitoltepec para que se den cuenta de la vida de la comunidad y el uso de la blusa típica”.
Además, les exigen exponer las razones por las que plagiaron el diseño y que ofrezcan una disculpa pública y se pronuncien a favor de la instrumentación de mecanismos de protección a nivel nacional e internacional a la propiedad colectiva de los bienes tangibles e intangibles de comunidades y pueblos indígenas.
El oficio fue suscrito por el presidente municipal, Alejandro Vásquez García; el síndico municipal, Alejandro Gómez Pérez; el presidente del comisariado de Bienes Comunales, Diógenes Díaz Gallardo; el secretario de bienes comunales, Gualterio Martínez Martínez, y el regidor de Educación, Rafael Cardoso Jiménez.
Las autoridades municipales, respaldadas por la población de Tlahuitoltepec, señalaron que aceptar la propuesta de los gobiernos estatal y federal respecto de la disposición de Isabel Marant de apoyar un proyecto que tenga como finalidad impulsar y desarrollar la confección de la prenda tradicional comunitaria o cualquier otro proyecto que contribuya al desarrollo económico y social de su población, significaría legitimar el acto del plagio no solamente de la blusa de Tlahuitoltepec, sino de todos los bienes colectivos de las comunidades indígenas del país.
Expresaron que hay indignación por lo que a dicho la directora de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), Nubia Mayorga Delgado, que “en los caso en los que se ha acusado a marcas o diseñadores extranjeros de copiar íconos de prendas típicas, las etnias han sido las que han otorgado el permiso para hacerlo… y que la comunidad de Oaxaca autorizó reproducirlos y obtuvo un beneficio económico”.
Exigieron a la Cámara de Diputados se abstenga de analizar y aprobar cualquier ley que haya sido presentada en lo referente a la protección colectiva de los bienes tangibles e intangibles de las comunidades y pueblos indígenas, en tanto no se presente una iniciativa elaborada desde las comunidades y los pueblos indígenas.
Actualmente hay dos iniciativas, una presentada por la diputada Karina Barón y la otra por la directora general de la CDI, en ambas participan funcionarios y dependencias de gobierno, pero no comunidades indígenas.
Por ello, invitaron a las comunidades y pueblos indígenas, a las organizaciones comunitarias y civiles, a los académicos e intelectuales a sumarse a la reivindicación de los derechos fundamentales de los pueblos indígenas, a la protección de la propiedad colectiva de los bienes tangibles e intangibles de los pueblos y a manifestarse para que se detenga la producción de la blusa típica de Tlahuitoltepec bajo la firma de las empresas Isabel Marant y Antik Batik.
Nuevo caso de plagio
En días pasados se dio a conocer un nuevo caso de plagio por parte de la empresa argentina Rapsodia, que está usando la iconografía y patrones tradicionales de la blusa tradicional de San Antonino Castillo Velasco, Ocotlán.
Claudia Muñoz, de la empresa chiapaneca Chamuchic, inició una petición a través de la plataforma con mayor difusión de peticiones a nivel mundial, Change.org, que actúa como blog y lugar de acogida libre y pública de peticiones por internet de carácter cívico, reformista, social y, en general reivindicativo del cumplimiento de los derechos humanos.
La petición es a la empresa Rapsodia para que: “Dejen las prácticas de apropiación o plagio iconográfico y de diseños tradicionales de comunidades indígenas que ha caracterizado la marca; que reconozcan y remuneren a la comunidad de San Antonino Castillo Velasco, a la que plagiaron su blusa tradicional en su colección de invierno 2016 con el nombre de ‘Marion Missy’; que a partir de ahora reproduzcan la pieza de indumentaria tradicional en dicha comunidad, pagando el precio justo por el trabajo de bordados de mujeres zapotecas, dueñas del bordado tradicional”.
En la carta, Claudia Muñoz expone que artesanos y artesanas en México “sufren la falta de oportunidades y mercados para comercializar a un precio justo los productos del oficio tradicional que han aprendido y practicado por años”.
“Desde hace algunos años hemos visto con preocupación cómo Rapsodia plagia diseños de iconografía y patrones tradicionales que son propiedad intelectual de pueblos indígenas, y sin el consentimiento de los pueblos, sin acuerdos de colaboración, sin remuneración ni reconocimiento, esta marca reproduce esta iconografía y patrones tradicionales en India y otros países en donde la mano de obra es injustamente barata”.
Asegura que las malas prácticas de Rapsodia afectan directamente a artesanos textiles del país, al hacerles una competencia desleal y abusiva en mercados nacionales e internacionales. La petición hasta el 22 de julio llevaba 15 mil 483 firmas.
