El canciller ruso, Serguei Lavrov, consideró que las relaciones con EU tocaron fondo, luego de que Biden dijera que Putin es un asesino
AGENCIAS
Moscú, Rusia.- La relación de Rusia con Estados Unidos y sus aliados ha «tocado fondo» y no se ha fijado una fecha para enviar al embajador ruso de vuelta a Washington, indicó el jueves el Canciller ruso.
Rusia mandó llamar a su embajador en Estados Unidos después de que al Presidente estadounidense Joe Biden se le preguntó en una entrevista si pensaba que su homólogo ruso Vladimir Putin era un «asesino» y respondió, «lo creo».
Al abordar el tema el jueves, el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, catalogó las declaraciones de Biden como «terribles» y dijo que habían obligado a Moscú a repensar sus lazos con Washington.
Lavrov también lamentó que Washington haya rechazado la oferta de Putin de sostener un diálogo público pronto con Biden a fin de ayudar a reducir la tensión respecto a las declaraciones.
“La confrontación ha tocado fondo”, señaló el ministro ruso en comentarios para la televisión. “Pero por otro lado, hay esperanza de que ellos sean adultos capaces de comprender los riesgos ligados a crear más tensiones. Espero que el sentido común prevalecerá”.
Lavrov dijo que será Putin quien decida cuándo regresará el Embajador Anatoly Antonov a Washington.
Biden ha dicho que los días en que Estados Unidos «se sometía» a Putin han terminado. Y está decidido a contrastar su enfoque del que tenía el expresidente Donald Trump, quien evitó una confrontación directa con Putin y frecuentemente manifestaba su aprobación al mandatario ruso.
El Gobierno de Biden ha advertido que Rusia enfrentará sanciones pronto por los presuntos hackeos masivos a SolarWinds y los supuestos intentos por influenciar las elecciones presidenciales de Estados Unidos del año pasado a fin de ayudar a mantener a Trump en la Casa Blanca.
Las relaciones de Rusia con Estados Unidos y la Unión Europea de antemano se habían desplomado a un nivel similar al periodo posterior a la llamada Guerra Fría después de que Moscú anexara a la península ucraniana de Crimea a su territorio en 2014, la intromisión electoral, los hackeos y más recientemente el envenenamiento y encarcelamiento del líder opositor ruso Alexei Navalny.
Lavrov argumentó que la presión encabezada por Estados Unidos hacia Rusia «no tiene ninguna posibilidad de tener éxito».