Durante los dos días que Oaxaca padeció con mayor intensidad los efectos de la depresión tropical 2-E, que luego evolucionó a la tormenta tropical Beatriz, se registró la caída acumulada de 200 litros de agua por metro cuadrado, reportó el gobierno federal.
Tal cantidad de precipitación ocasionó deslaves de cerros y desbordamientos de ríos, lo que a su vez se tradujo en la muerte dos personas, la desaparición de dos más y el cierre total de tres tramos carreteros federales que hasta el momento de este reporte mantenían parcialmente incomunicada a la región del Istmo de Tehuantepec.
La presa de Jalapa del Marqués, que debido a la sequía que de manera oficial aún afecta al Istmo mantenía su nivel en 14 por ciento, subió su almacenaje a 56 por ciento; es decir, en 24 horas ingresaron alrededor de 300 millones de metros cúbicos de agua, detalló la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
En otro comparativo, si un ciudadano hubiera captado la lluvia en un depósito de 66 metros cuadrados –tamaño promedio de una casa de interés social–, la acumulación hubiera ascendido a 13 mil 200 litros, igual a 12 tinacos de mil 100 litros de capacidad.
Con 30 días de lluvia con una magnitud similar a la de los pasados miércoles y jueves, una familia de cinco integrantes obtendría el agua suficiente para vivir durante un año.
La madrugada del viernes, la tormenta tropical Beatriz, cinco horas después de haber tocado tierra en Oaxaca, se degrado a Baja Remanente.
Aun así, las autoridades advirtieron que las tormentas continuarían durante la tarde y noche del viernes.
A las 10 horas, el meteoro se localizaba en tierra a 65 kilómetros al este-noreste de Oaxaca y a 95 kilómetros al sur de Tuxtepec, con vientos máximo sostenidos de 35 kilómetros por hora y rachas de 55 kilómetros por hora.
Sus desprendimientos nubosos, sin embargo, favorecían el potencial de tormentas intensas con puntuales torrenciales en Oaxaca, Chiapas, Veracruz y Tabasco.