El pulso de los independentistas catalanes ahuyentó de la región a decenas de empresas, mientras crecen los temores sobre la economía de una región que, pese a ser de las más ricas de España, está muy endeudada y depende de las exportaciones.
Cataluña aporta alrededor de un 20% del Producto Interior Bruto nacional y es la primera región exportadora de España, pero la peor crisis política en una generación está llevando a las empresas a buscar terreno más estable y trasladar sus sedes sociales
«Para volver a Cataluña has de estar absolutamente seguro de que no va a volver a repetirse alguna situación de inestabilidad política», explicó a la AFP Juan Ignacio Sanz, un jurista de la escuela de empresariales ESADE.
Si irse es fácil, volver no lo es tanto: «te vas en 24 horas y para volver tardas años».
Más de 40 grandes y medianas empresas trasladaron su sede fuera de la región, incluyendo el tercer banco de España, CaixaBank, la multinacional energética Gas Natural y el operador de autopistas Abertis.
Su valor combinado supone el 40% de las acciones de empresas catalanas que cotizan en la Bolsa de Madrid, y aunque no se anunciaron pérdidas de empleos, no está muy claro si las arcas de una Cataluña independiente acabarían ingresando algo de estas sociedades.
Según el Colegio de Registradores de España, 540 empresas en total iniciaron los trámites entre el 2 y el 11 de octubre para trasladar sus sedes fuera de Cataluña.
«Si lo que ha ocurrido en las últimas semanas continúa, el gobierno catalán debería afrontar la realidad: las grandes empresas se están yendo, y eso es catastrófico para los ingresos fiscales catalanes», dijo a la AFP Eric Dor, director de economía de la escuela de administración empresarial IESEG, de París.
Los separatistas argumentan que Cataluña impulsa la economía de España pagando más impuestos de lo que recibe en financiación, y creen que romper con el país permitiría la prosperidad de la región.
Después de todo, es el primer destino turístico, una fuerza industrial y un líder en investigación y desarrollo, en publicación de libros y en nuevas tecnologías.
Pero tiene una deuda de 76.700 millones de euros -que debe en su mayoría a Madrid- y no tiene acceso a los mercados financieros por la nota -nivel especulativo- de sus emisiones de deuda.
«Es inconcebible pensar que (el presidente Mariano) Rajoy va simplemente a perdonar esa deuda si se produjera la secesión de Cataluña de España», dijo Nathan Jones, un profesor experto en España de la Universidad británica Nottingham Trent.