Ana PAULA ORDORICA/Excélsior
Suena muy bien. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público anunció esta semana que para el presupuesto 2016 se buscará que sea del tipo base cero.
Este concepto implica una metodología de planeación y presupuesto que hace una evaluación de los programas y gastos que ya tiene el gobierno y se asignan recursos de acuerdo al rendimiento de cada programa.
La atención se enfoca hacia el capital necesario para los programas, en lugar de hacerlo hacia el porcentaje de aumento o reducción del año anterior, generalmente, tomando en cuenta la inflación.
Ahora que han caído los precios del barril de petróleo, sabemos que el presupuesto debe ajustarse, en un primer momento, en 124 mil millones de pesos. Posteriormente, se espera otro ajuste de 135 mil millones de pesos.
Por ello suena muy bien que no se hagan ajustes solamente contemplando la inflación y mejor se tome en cuenta el rendimiento de los programas.
Sobre todo en un país como el nuestro, donde nos enteramos a diario de la cantidad de abusos en los que incurre la clase política. Y ello, claro, con cargo al erario. Además, muchos de estos abusos se restriegan en la cara de los miles de mexicanos que trabajan día con día para ver cómo estiran el ingreso mensual para darle lo mínimo indispensable a sus familias.
En lo que Hacienda define qué programas se quedan y cuáles se recortan, ¿qué cree sería bueno ver en este nuevo presupuesto?
Primero que nada estaría bien ver un recorte a las partidas de reparto discrecional que han dado lugar a manejos corruptos en el Legislativo. A los famosos (tristemente) moches.
Si ya logramos que el Ejecutivo deje de tener ese monstruo de la corrupción, que era la partida secreta, ¿por qué los legisladores siguen contando con un símil?
En segundo lugar sería genial que este presupuesto base cero otorgara los mismos recursos que ahora da a la Secretaría de Educación Pública… pero no para gasto corriente o para sueldos de maestros que no se presentan en las aulas. Si el presupuesto base cero busca evaluar y otorgar recursos de acuerdo al desempeño, mejor sería etiquetarlo para renovar las aulas.
Y tomando en cuenta los serios rezagos sociales, este presupuesto debe voltear a ver a las zonas marginadas y a sus comunidades para mejorar su infraestructura y acceso a lo básico, comenzando por recursos como el agua.
Es frustrante ver un país que es tan generoso como para lograr que las cuentas de unos cuantos servidores públicos acumulen filas de ceros al mismo tiempo que la mitad de la población batalla para salir adelante con su quincena.
Bienvenido este nuevo enfoque para aplicar los recursos de todos los mexicanos. Esperemos que la evaluación de lo que sirve y de lo que no sea la adecuada.
APOSTILLA: ¿Por qué renuncia a su salario de 436 mil 433 pesos quincenales que recibe José Isabel Trejo del PAN? Él es legislador y, además, secretario general del partido. Cada puesto le hace acreedor a un sueldo. Entonces no entiendo por qué renuncia al generosísimo sueldo del PAN. Menos aun cuando la decisión la toma sólo una vez que el doble salario es ventilado en los medios de comunicación. El que nada debe, nada teme, ¿o no?
Twitter: @AnaPOrdorica
