México tendrá en 2017 un crecimiento económico estimado del 1.9 por ciento, ligeramente inferior al año anterior, debido a una menor inversión y gasto público, así como a una perspectiva poco favorable en la demanda externa por la llegada al poder de Donald Trump, según un informe de economistas de la ONU.
La toma de posesión del nuevo presidente estadunidense el próximo viernes podría abrir tres canales sobre la relación entre México y su vecino del norte que desembocarían en una menor demanda externa que, a su vez, impactaría en el desarrollo económico.
Las perspectivas de México se verían perjudicadas si se diera un menor flujo de remesas, en el caso de que se materialice una política migratoria más restrictiva en Estados Unidos, afirmó en una rueda de prensa el jefe de la Unidad de Desarrollo Económico, Ramón Padilla.
También influiría un descenso del comercio internacional o una menor inversión extranjera directa, por las amenazas de Trump de imponer aranceles a las empresas que decidan llevar sus fábricas a México para exportar a Estados Unidos.
La economía de México, que pasaría de un crecimiento del 2 por ciento en 2016 a uno de 1.9 por ciento en 2017, se ha configurado con una «perspectiva a la baja», marcada por la incertidumbre que se está dando por las futuras políticas de Trump que tendrían impacto negativo en el país.
Para 2018, la ONU tiene una proyección un crecimiento del 2 por ciento para México.
El informe de las Naciones Unidas «Situación y Perspectivas de la Economía Mundial en 2017″subraya que cerca del 80 por ciento de las exportaciones mexicanas están destinadas a Estados Unidos, por lo que «cualquier medida proteccionista de la nueva administración estadunidense tendrá un impacto severo en el crecimiento».
Por ello, Padilla consideró que México debería emprender algunas acciones para protegerse ante este riesgo, como «diversificar las exportaciones», y buscar otros mercados, lo cual podría verse facilitado por una mayor integración regional.
Otra medida para mitigar el impacto podría ser el fortalecimiento del mercado interno, y que este sea un motor económico que compense la caída de la demanda externa.
En cuanto a las remesas, que son la segunda fuente de divisas de México después de las exportaciones automotrices, todavía es pronto para estimar el impacto real que tendría un hipotético bloqueo de Trump.
«Ahora es muy difícil tener números hasta que no haya anuncios y no se concreten las medidas del nuevo gobierno», indicó Padilla.
El economista valoró que en México, en su conjunto, debería permanecer un mensaje de «cautela», dado que el entorno económico estimado, aunque no es «óptimo» para lograr objetivos como la creación de empleos o logros sociales, «está lejos de crisis que México ha tenido» en otras décadas.
La economía mundial crecerá un 2.7 por ciento este año y un 2.9 por ciento en 2018, mientras que a nivel regional se espera que América Latina y Caribe vuelva a experimentar un crecimiento positivo, de 1.3 por ciento y 2.1 por ciento, respectivamente, después de dos años de contracción.
México y Centroamérica tendrán un crecimiento de 2.3 por ciento para este año y de 2.2 por ciento para el siguiente, con un desempeño valorado por Padilla como «positivo», pese al funcionamiento de la economía de la región en su conjunto en los años posteriores.
Esta subregión, que se había sustentado en el comercio neto y las exportaciones, se ha visto favorecida por el impulso al consumo privado.
Por otra parte, el reporte alerta de que, si se llega a observar un periodo prolongado de bajo crecimiento en la región, «se podría comprometer el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS)».