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Pepe Rueda, un artista oaxaqueño defensor de la orfebrería

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Integrante de una dinastía de joyeros, don Pepe siguió la tradición familiar y los pasos de su madre doña Catalina Cortés de Rueda, una exitosa empresaria que dio fama a la joyería oaxaqueña por la reproducción en oro de joyas prehispánicas como los tesoros encontrados en la tumba 7 de Monte Albán

 

Carlos CERVANTES

 

Desde la antigüedad, Oaxaca ha sido tierra de orfebres que nos legaron sus tesoros escondidos en diversas zonas arqueológicas, en las tumbas de sus personajes representativos, siendo las más conocidas aquellas que encontró el maestro Alfonso Caso en la tumba 7 de Monte Albán.

En el siglo pasado surgió la talentosa empresaria doña Catalina Cortés de Rueda quien con un taller artesanal inició la reproducción de esas joyas en oro, que comercializó en diversas ferias tanto en nuestro país como en el extranjero contribuyendo de esta manera a la promoción turística de Oaxaca.

Muchas de esas piezas quedaron en manos de diversos personajes, de distintas partes del mundo, pero también de presidentes de la República como fue el Lic. Adolfo López Mateos.

El heredero de esa tradición, que desde niño aprendió la confección de joyas de oro y ha continuado con esa hermosa labor de la filigrana es el amigo Pepe Rueda Cortés, quien hace todo lo posible para que la joyería no desaparezca en nuestra entidad., como ha ocurrido con otros oficios.

 

La exitosa joyería “pepe”

 

Fue en el año de 1962 cuando doña Catalina instaló la primera joyería denominada “Pepe” en avenida Hidalgo 817 donde se anunciaba el “Oro de Monte Albán”, pues se comercializaban reproducciones de las joyas prehispánicas especialmente las máscaras Mictlantecuhtli y Xipetotec, así como brazaletes, collares y otros objetos copias de las joyas encontradas en Monte Albán.

Pero no solamente elaboraban esas reproducciones, sino una variada gama de joyería especialmente para damas como collares, anillos, pulseras, los vistosos aretes o arracadas que tenían gran demanda entre las señoras de los mercados del centro de la ciudad. Había también joyas para todos los gustos por lo que puede decirse con justa razón que “Joyería Pepe” adorno con objetos de oro a diversas generaciones de damas durante varias décadas. Sin embargo, también los caballeros adquirían joyas como anillos, esclavas, relojes, mancuernillas con las figuras de Xipe Totec y Mictlantecuhtli, así como vistosos fistoles.

 

La inseguridad frena el uso de joyas

 

En los últimos años la producción de joyas ha decaído, son pocas las personas que las adquieren principalmente ante la inseguridad reinante puesto que las damas se abstienen de salir a la calle con sus aretes, anillos, torzales y otros objetos que despiertan la ambición de los delincuentes.

Pepe Rueda Cortés no deja el oficio heredado por su familia, especialmente por su señora madre, doña Catalina (q.e.p.d.), por ello continúa en el difícil, pero agradable, trabajo de confeccionar piezas de filigrana, puesto que no solo las comercializa, sino que las elabora con el mismo cariño y dedicación de siempre. Pepe es un personaje de ayer y de hoy, a sus 75 años de edad mantiene viva la tradición de la joyería, sigue elaborando reproducciones de las joyas de Monte Albán.

Al visitarlo en su sala de exhibición ubicada en la segunda calle de Armenta y López, denominada Centro de Filigrana y Plata “Pepe”, nos mostró una hermosa reproducción de Xipetotec de oro puro con un peso de 110 gramos; para tomar la pieza hay que utilizar toda la mano, es una joya de las que ya no se confeccionan tanto por la cantidad del metal precioso que se requiere, como porque es difícil comercializarlo.

 

Testimonios de un ayer más agradable

 

Ese espacio de exhibición de joyería es al mismo tiempo una exposición de testimonios que demuestran la importancia que tuvo en años idos la actividad joyera, especialmente las piezas salidas del taller de doña Catalina quien logró que sus cinco hijos aprendieran el oficio convirtiéndose en notables joyeros. Su hija Aída también continuó en el negocio de las joyas y relojes. Ahí se aprecian fotografías con personajes de la política y de otros sectores sociales, recortes periodísticos, reconocimientos diversos y trofeos. Ahí observamos una foto de Pepe Rueda a sus 18 años de edad, pero ya era un experto joyero. Nos comenta que le perjudicó muchísimo cuando durante más de tres años estuvo cerrada la segunda calle de Armenta y López donde se encuentra el edificio sindical de la sección 22 del SNTE y ahora se le ocurre a la autoridad municipal cerrar la séptima de Hidalgo y la primera de Valdivieso lo cual viene a ser otra estocada cruel contra los comerciantes que tienen sus negocios en esas calles, que sin carros se miran desiertas y acaso hay gente en determinadas temporadas del año, cuando vienen visitantes. Se espera que la nueva administración municipal tome cartas en el asunto y se abran nuevamente esas calles en beneficio de todos.

 

Doña catalina, gran mujer empresaria

 

Por lo que respecta a doña Catalina fue no sólo jefa de familia sino una de las pocas empresarias de Oaxaca que no solamente incursionó en el ramo de la joyería y relojería fina, sino en otros negocios, fue la pionera de las farmacias homeopáticas, como la denominada “Santo Tomás de Aquino”, tuvo en propiedad el hotel Santo Tomás en la calle de Abasolo, asimismo construyó el edificio “Catalina” en la esquina de Avenida Juárez y Morelos y otros giros comerciales contando siempre con el concurso de sus descendientes, personas muy conocidas y estimadas en Oaxaca. La empresaria tuvo oportunidad de estar cerca de diversos personajes que acudían a las ferias donde ella exponía el oro de Monte Albán. El presidente Adolfo López Mateos le dio un importante impulso adquiriendo lotes de esas piezas del metal precioso.

 

Las arracadas de doña Casilda

 

Nosotros recordamos a manera de anécdota que en uno de sus viajes a esta ciudad el presidente López Mateos acudió al puesto de doña Casilda Flores a saborear sus famosas aguas frescas. Iba acompañado de su esposa doña Eva Sámano, del gobernador Rodolfo Brena Torres y la esposa de éste doña María Luisa de la Peña. Casilda lucia unas hermosas arracadas de oro con pedrería roja y sartas de perlas que llamaron la atención de la maestra Eva Sámano quien se lo hizo saber a la samaritana oaxaqueña, ésta de inmediato se las quitó y le contestó a la primera dama del país que se las regalaba. Al resistirse a recibirlas “porque eran muy caras”, doña Casilda le indicó que si no se las aceptaba sentiría que era un desprecio y se las entregó. Después nos contó que las había adquirido en la joyería “Pepe”.

 

Grandes marcas de relojes suizos

 

Los anuncios de la joyería aparecían en revistas especializadas donde se podía leer: “Catalina Joyeros y Relojeros. Doña Cata, nuestra fundadora, dama empresaria, joyera de prestigio y promotora de cultura, blasona el lema de casa con una larga tradición de confianza en la joyería de Oaxaca. Las grandes marcas de relojes suizos, reconocidos mundialmente y otras marcas con garantía y servicio nos han hecho sus concesionarios. Certificación profesional de diamantes y gemas, avalúos de joyería y relojería. No duden en visitarnos, estamos más cerca que Beverly Hills, Hong Kong o París, dispuestos a darles servicio y garantías al mismo precio. No tendrán que hacer viajes especiales”.

 

“El importador de ilusiones y decepciones”

 

Doña Lidia Gómez García, española de nacimiento, en su libro “El Importador de Ilusiones y Decepciones”, editado por el maestro Manuel Esparza, dice que una de sus verdaderas amigas fue doña Catalina Cortés de Rueda, quien rentaba dos habitaciones que dan hacia la calle en la primera de Reforma, donde ella habita actualmente, doña Cata instaló la farmacia homeopática que después pasó a Independencia 904. “Ahí crecieron sus cinco hijos, solo viven Pepe y Beto. Doña Catalina era extraordinaria, mujer de mucha imaginación e incansable como comerciante. Ella misma diseñaba las joyas que luego salía a vender en el interior del país, Su negocio se llamaba “Joyas de Oaxaca, Oro de Monte Albán”. En 1972 se llevó a cabo la “Gran Feria Hogar” en México. Doña Cata llegó ahí donde colocó una modesta tabla y exhibió sus joyas. Era como competir un puesto en el mercado con una tienda establecida, pero dio resultado, la gente le compró todo, varios clientes fueron políticos y así pronto la joyería de Oaxaca se apreció en todas partes. Después sus hijos pusieron sus propios negocios…”

Sin embargo, Pepe Rueda sigue la hermosa tradición de la joyería filigrana y réplicas de las joyas de Monte Albán pese a que otros joyeros quisieron imitar esta labor, pero pronto desistieron. Por ello se le reconoce a la familia Rueda Cortés la gran promoción que han hecho de Oaxaca a través de la joyería con diseños tan especiales. Ahora Pepe realiza trabajos mayoritariamente en plata con el mismo esmero y estilo de siempre.

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