Baños con regaderas inservibles, sanitarios en condiciones insalubres y destrozados, el drenaje colapsado, las literas son insuficientes y se encuentran destartaladas con colchones vencidos y plagados de chinches, la cocina es un espacio a la intemperie y los casilleros para guardar cosas personales son filas de cajas amontonadas, es parte del trato indignante que reciben los policías municipales, quienes tienen por cuartel un espacio donde no pueden comer ni descansar, en peores condiciones que un reclusorio de antaño
“Creímos que con la Cuarta Transformación iban a cambiar las cosas, pero no, todo sigue igual. La verdad este gobierno ha sido el peor en materia de seguridad. Dijeron que iba a haber un cambio, pero nada”
Armando
Oficial de la Policía Municipal
“Aquí huele a madres, re feo. Para empezar nos faltarían baños, para bañarse, no hay; para hacer nuestras necesidades sí, pero también están en malas condiciones, no crea usted que están bien”
Policía Municipal
Alonso PÉREZ AVENDAÑO
El cuartel de la policía municipal de Oaxaca de Juárez es una zona de desastre, insalubre, sucia, indigna de la labor que se encomienda a los agentes del orden de la capital que hoy comienzan a comparar al gobierno de Morena con los del PRI, con los del PAN y PRD. Muestran serias dudas de que el gobierno de la “Cuarta Transformación” que encabeza Oswaldo García Jarquín vaya a generar los cambios que requiere la corporación.
Pese a que el primer presidente municipal surgido de Morena ya visitó este lugar y se comprometió a realizar mejoras urgentes, todo sigue igual cumplidos seis meses de su gobierno. Las camas siguen siendo insuficientes, los lugares destinados al descanso de los agentes están sucios, los colchones infestados de chinches. El sistema de drenaje está colapsado, los sanitarios arrancados de las paredes, la cocina es un lugar dejado a la intemperie donde se resguarda un microondas y un refrigerador, que fueron obsequiados por el DIF de esta administración.
“Creímos que con la Cuarta Transformación iban a cambiar las cosas, pero no, todo sigue igual”, dice don Armando, uno de los oficiales presentes en el lugar que alberga a los policías municipales.
La decepción de los uniformados se renueva con cada administración municipal pese a que muchos llevan más de 25 años trabajando, viendo pasar casi a una decena de presidentes municipales.
“Vino Villacaña y no cambió nada, regresó Fraguas y nada, llegó este presidente municipal y no ha cambiado nada”, señala don Armando. “La verdad este gobierno ha sido el peor en materia de seguridad. Dijeron que iba a haber un cambio, pero nada”.
Don Armando tiene en su recuerdo el nombre de un comisario de seguridad pública que, a diferencia de todos los que le han seguido, peleó por los derechos de todos los elementos policiacos. “Exigía para nosotros, exigían cuartel, comedor, de todo, ellos proponían a los regidores”, expresa. Se refiere a Rubén Oyarvide Pedrero, capitán de fragata que ocupó la coordinación de Seguridad Pública municipal entre enero de 2011 y marzo de 2012.
“Luego luego lo quitaron. Aquí lo que les conviene es que no se haga ruido. Ahorita a las protestas nos han hecho caso porque se hizo ruido”.
ENTRE OLORES A ORINA Y CHINCHES
Las malas condiciones se extienden a los dormitorios de la Policía Municipal, ubicados a un costado del mercado IV Centenario. El malestar es evidente. “Aquí huele a madres, re feo”, expresa uno de los elementos que ingresa para guardar algunas de sus pertenencias en los casilleros apostados sobre la pared izquierda del acceso. Se refiere al olor a orina que recibe a todos los que ingresan a este lugar y a quien se le pregunta qué mejoras requiere su cuartel.
“Para empezar nos faltarían baños, para bañarse, no hay; para hacer nuestras necesidades sí, pero también están en malas condiciones, no crea usted que están bien”, señala.
Su declaración se corta de inmediato al advertir que se trata de reporteros quienes preguntan; la coacción y las amenazas pesan sobre ellos si denuncian las malas condiciones en las que laboran. “La vez pasada denunciamos que había chinches, nos mandaron a llamar a asuntos internos, nos asientan en el expediente y nosotros qué tenemos que ver si solo expresamos lo que está mal”, asegura.
En este lugar solo hay espacio para los 40 policías adscritos al cuadrante uno de la ciudad, correspondiente al Centro Histórico. Los 20 elementos por turno tienen camas insuficientes.
Los casilleros donde pueden guardar sus cosas son comprados con sus propios recursos. Son filas de cajas montadas una sobre otra, irregulares, de madera o metal, dependiendo del alcance de los recursos de cada policía.
HACINAMIENTO Y SUCIEDAD, DESDE SIEMPRE
Mientras el gobierno de García Jarquín intenta obligarlos a promocionar al partido Morena, en la corporación las cosas no avanzan. No solo son las armas obsoletas que portan, la mala alimentación que les otorgan, el autoritarismo por el que han señalado constantemente a sus mandos, particularmente al capitán Alejandro Almazán, al final del día, cuando intentan reposar llegan a un cuartel desvencijado, sucio, un lugar indeseable en el que no se puede comer ni dormir.
Fotografías compartidas por los elementos municipales a Real Politik dan cuenta del estado en el que se encuentra el cuartel de la Policía Municipal, anexo al Palacio de Gobierno.
Los baños se encuentran en condiciones insalubres; de tres mingitorios uno está desprendido por completo de la pared, tirado en el suelo.
En los dormitorios de mujeres hay cuatro camas para alrededor de 80 elementos; hay cuatro literas, de las cuales solo una está completa; los colchones están vencidos.
La cocina es una habitación al aire libre donde no hay mesas ni sillas, hay un refrigerador nuevo y un microondas que fueron regalados por la presidenta honoraria del DIF.
–¿Desde cuándo está en estas condiciones el cuartel de la policía? – se le pregunta a uno de los elementos que ha mostrado su inconformidad por las condiciones en las que laboran en el municipio.
–Desde siempre, cuando llegó Villacaña dijo que lo iba a arreglar, nunca se arregló. Llegó Fraguas, dijo que lo iba a componer y pues todo el tiempo estuvo igual. Ahora que llegó éste los primeros días también fue y dijo que iban a arreglarlo para que se viera mejor.
Los lockers siguen amontonados, nada más hay cuatro camitas para todas las mujeres.
–¿Oswaldo García Jarquín ya entró al cuartel?
–Ya entró, dijo que iba a hacer modificaciones, todo sigue igual. Hay tres regaderas, dos de las cuales no sirven. El comedor está al aire libre, la única mesa que está ahí es donde se pone el horno de microondas, no hay sillas, para sentarse los compañeros agarran tambos o lo que encuentren.
NUEVO CUARTEL, SIETE AÑOS EN EL LIMBO
La promesa de construir un cuartel digno para la Policía Municipal lleva siete años estancada. La pronunció el entonces presidente municipal de Oaxaca de Juárez, Luis Ugartechea Begué, a mediados de 2012, en su segundo año de gobierno. Prometió no solo un cuartel digno, sino con instalaciones suficientes, zonas de descanso óptimas, áreas deportivas y de esparcimiento.
La construcción inició en el último año de su gobierno, en 2013, en un terreno de unos 200 metros cuadrados en una zona cercana a las riberas del Atoyac, colindante con el área de Plaza del Valle. Se construyeron dos edificios, uno de dos pisos y otro de tres. En el primero se observan las áreas que se destinarían a los vestidores; en el segundo, la zona de dormitorios. Hoy ambos cuentan con un importante grado de deterioro causado por las filtraciones del agua, principalmente.
“El cuartel quedó en obra negra. Está abandonado, ya no hay nada. Nosotros entramos en marzo, fuimos a cubrir un concierto cerca del lugar, se ve que le quitaron toda la instalación eléctrica. Ese proyecto de cuartel quedó en nada. Todo lo que metieron, tazas, loseta, instalaciones eléctricas, le quitaron todo y está desierto, abandonado”, relata un oficial de policía.
“Es solo cuestión de que se decidan a hacer la inversión, un edificio está en obra negra y otro en obra gris, de destinarse los recursos esa obra puede concluirse fácilmente”, señala un exmando de la policía municipal.
Policías consultados aseguran que el martes 2 de julio, cuando se realizó la primera protesta en el palacio municipal para exigir mejoras laborales, el edil García Jarquín se comprometió a reiniciar la obra, sin embargo, en las reuniones posteriores no ha explicado cuál sería el monto de inversión ni el tiempo de ejecución proyectado para la obra.
“Ya nos dijo que sí, pero no hemos sabido nada de un nuevo proyecto, hasta ahora, aunque las negociaciones han avanzado aún falta por concretar diversos proyectos, creemos que si seguimos apretando las tuercas podemos obtener resultados”, señala otro de los policías entrevistados.
COLOFÓN
El pasado martes 16 de julio, una nueva protesta de la Policía Municipal estalló en el palacio municipal capitalino por las restricciones que el edil pretendía imponer a la entrega de un bono del Programa para el Fortalecimiento de la Seguridad (Fortaseg) de 7 mil pesos.
Mostrando un claro desconocimiento de las reglas de operación del fondo federal, la administración del morenista pretendía exigir a los uniformados que utilizaran ese dinero únicamente en dos conceptos: el fondo para vivienda o para compra de uniformes escolares. Ante la amenaza de un nuevo paro de la policía, el edil debió recular en su decisión y liberar los recursos para que fueran usados libremente.