El papa Francisco expresó hoy su solidaridad con los padres de Charlie, el bebé británico que sufre un daño cerebral irreparable y al que le retirarán en los próximos días, por orden de la Justicia, la asistencia médica que lo mantiene todavía con vida, pese al deseo de su familia.
«El Santo Padre sigue con afecto y emoción el caso del bebé Charlie Gard», dijo el portavoz del Vaticano Greg Burke.
«Reza por (los padres de Charlie), esperando que su deseo de acompañar a su propio hijo hasta el final sea respetado», agregó.
A comienzos de la semana, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos rechazó el último intento de los padres de mantener con vida a su bebé, que padece una rara enfermedad genética que, según el criterio médico, es incurable.
Los padres querían probar una terapia experimental en Estados Unidos. Pero los médicos británicos que atendieron hasta ahora al niño de diez meses en el Hospital Great Ormond Street en Londres están convencidos de que esa terapia no ayudaría, dado que el pequeño ya sufre daño cerebral irreparable y abogaron por desconectarlo para que no siga sufriendo.
El viernes el bebé debía ser desconectado pero la madre publicó en su perfil de Facebook que, tras conversaciones con el hospital, les fue concedido un poco más de tiempo para despedirse de su hijo.