Apenas comienzan a salir los primeros rayos del sol en la Verde Antequera, los artesanos que se alistan para participar en la Noche de Rábanos recorren con sus carritos y diablitos las calles de la ciudad de Oaxaca.
Algunos llegan con sus figuras ya elaboradas con rábanos, flor inmortal y totomoxtle, otros se apresuran para empezar a formar sus primeras obras de arte.
Las manos de los hortelanos parecen estar sincronizadas con las tradiciones y costumbres de Oaxaca. Después de tallar los rábanos aparecen los danzantes, templos y la recopilación de las festividades que se llevan a cabo en las diferentes regiones.
Las obras de arte llaman la atención de los visitantes, quienes se acercan a los stands para ser testigos de esta tradición, que este año cumple 119 años, y que ha dado la vuelta al mundo por las extraordinarias figuras que adornan el zócalo capitalino.
Las futuras generaciones también alistan sus manos mágicas para heredar las tradiciones de sus antepasados, niñas y niños de la categoría infantil se suman para tallar sus primeras figuras.
«Me emociona saber que ya formo parte de las festividades que se llevan a cabo en Oaxaca, soy la tercera generación porque mis abuelos participaban desde hace más de 100 años, después siguieron mis padres y ahora nosotros», expresó Marlene, de la categoría de 12 años de edad.
¡Qué rabanote!
Los visitantes deleitan las figuras que representan la cultura de los oaxaqueños, a través de enormes rábanos cosechados especialmente para la noche el 23 de diciembre.
«Qué rabanote, cómo le harán para elaborar estas figuras, están impresionantes, nunca dejen de hacer este trabajo que hace lucir a su lindo Oaxaca», señalan los turistas que se sorprenden por las impresionantes obras que muestran los artesanos.
En la categoría de flor inmortal se pueden encontrar desde la figura de don Porfirio Díaz hasta la imagen de la Virgen de la Soledad, patrona de los oaxaqueños.
Don Israel participa desde hace 40 años en la categoría de flor inmortal, señala con tristeza que esta flor que le ha dado tantas bondades y premios, está en riesgo de desaparecer debido a los impactos del cambio climático.
«Cada año se cosecha menos, el clima le hace mucho daño, la blanca y la amarilla ya no florea como antes», afirma el artesano, quien esta edición concursará con una imagen de don Porfirio Díaz.
Explica que a través del concurso se ha dado a conocer por todo el mundo. «Cuando termina el concurso los turistas nos compran algunas de nuestras obras y se las llevan lejos, a otros países, esa es la satisfacción de uno, de dar a conocer lo que tenemos en nuestro estado», comenta don Israel Francisco que en otros años ya ha obtenido segundos y terceros lugares.
Conforme pasan las horas, el zócalo de la ciudad de Oaxaca recobra vida, como en los buenos tiempos en el sector turístico, miles de visitantes abarrotan poco a poco el primer cuadro del Centro Histórico para vivir una de las tradiciones más importantes para los oaxaqueños, la Noche de Rábanos 2016.
Las tradicionales calendas de los barrios de Oaxaca realizadas por Damián Francisco Muñoz Velasco.