Oaxaca se ha convertido en uno de los estados del país que mayor número de indocumentados ha recibido tras ser repatriados de Estados Unidos, lo que deja a nuestros paisanos indefensos y en medio de un gobierno estadounidense que pretende ultra militarizar su seguridad fronteriza y un gobierno mexicano incapaz de atender las causas que provocan su desplazamiento. Tan solo el año pasado, uno de cada 10 mexicanos devueltos por su condición migratoria irregular era originario de esta entidad, considerada una de las principales expulsoras de mano de obra
Alonso PÉREZ AVENDAÑO
En los últimos tres años Oaxaca ha recibido 54 mil personas repatriadas desde Estados Unidos, los migrantes están entre la espada y la pared, entre un gobierno estadounidense que quiere ultramilitarizar la seguridad fronteriza y un gobierno mexicano incapaz de atender los problemas que hacen forzoso el desplazamiento de sus comunidades de origen, principalmente de las más marginadas.
En esa tensión, entre la obligación de irse y las políticas xenófobas, Oaxaca continúa siendo el segundo estado del país que mayor número de mexicanos recibe repatriados desde Estados Unidos. Su condición es la de indocumentados y su estatus es el de desprotegidos. En 2018 la entidad consiguió un poco honroso récord. Uno de cada 10 mexicanos devueltos por su condición migratoria irregular era originario de esta entidad. La cifra total fue de 19 mil 926 personas repatriadas.
Oaxaca fue superado solo por Guerrero. Nuevamente el cinturón de la pobreza al frente en las cifras de marginación. El Coneval reporta que en 2015, 452 de los 570 municipios de Oaxaca mantenía a más del 70% de su población en condiciones de pobreza. De esos municipios una tercera parte ha encontrado en la migración la principal respuesta. El Consejo Nacional de Población señala en su informe 2010 que 53 municipios tienen un muy alto índice de migración y 101 tienen un nivel alto.
“Pasan los años, gobernadores van, gobernadores vienen y la situación de Oaxaca no mejora, falta preocupación por parte de las autoridades para que de verdad haya una transformación del estado, falta mucha atención, mucho amor por parte de los gobernantes para que aprovechen todos los recursos a favor del estado, no sé cuándo pudiera llegar una autoridad que de veras se preocupe por los pobres, por los indígenas”. Son las palabras de Alejandro Solalinde Guerra, un defensor de los derechos humanos que desde hace una década ha denunciado las agresiones que el Estado comete en contra de los migrantes en el país, tanto de los nacionales como de los extranjeros.
Aunque para Solalinde el gobierno de Andrés Manuel López Obrador representa una alternativa para encontrar un equilibrio entre el desarrollo impulsado por el Estado y el bienestar de las comunidades indígenas, esta aseveración resulta cuestionable para otras organizaciones de la sociedad civil.
Para Luis López, activista por los derechos de los migrantes, los proyectos que ha colocado como prioritarios el nuevo gobierno de la República tendrán el mismo efecto de despojo y expulsión de personas de comunidades marginadas.
“Aunque hay un nuevo gobierno, el de Andrés Manuel López Obrador, con una plataforma que desde lejos se mira un poco más democrática, sabemos que dentro del país se está dando una transformación neoliberal, con las trasnacionales mineras que desplazan, poco a poco expulsan a los mexicanos fuera de México. La migración no se va a detener mientras no se consulte cuando se va a privatizar un río, una montaña, es el caso del Transístmico, del Tren Maya, que van a privatizar tierras de pueblos indígenas”, expresa Luis, un joven de 25 años que desde los 12 migró junto a su familia a California, donde funge como coordinador del Frente Indígena de Organizaciones Binacional (FIOB), organización que desde 1991 brinda apoyo a migrantes en México y Estados Unidos.
50 mil repatriados
Las cifras del Instituto Nacional de Migración indican que Oaxaca es uno de los estados que mayor número de connacionales indocumentados recibe tras ser repatriados por el gobierno de Estados Unidos. Tan solo en los últimos tres años suma 54 mil 816 personas, el 9.2% de las 590 mil 680 personas devueltas por Barack Obama, en su último año de gobierno, y por Donald Trump, en la primera mitad de su mandato.
En 2016 fueron devueltas a Oaxaca 19 mil 952 personas; en 2017, 14 mil 938; y en 2018, 19 mil 926, de acuerdo con los reportes del Instituto Nacional de Migración. Oaxaca no ha dejado de nunca los tres primeros lugares entre los estados con mayor número de personas repatriadas.
Las cifras nacionales marcan una importante reducción de repatriados en 2017 respecto a 2016 y un alza importante en 2018. A nivel nacional en el primer año del periodo 2016-2018 fueron devueltos 219 mil 905 mexicanos; en 2017, 167 mil 064, 24% menos de un año a otro. El primer año del amenazante presidente republicano fue benévolo al compararlo con las cifras con las que se despidió Obama. Para el segundo año de Trump la cifra de repatriados recuperó su nivel, con 203 mil 711 mexicanos.
“Cabe destacar que aunque el gobierno de Trump tiene su propio plan de deportación, en el gobierno de Obama se deportaron a 2 millones de migrantes, entre ellos cientos, miles de mexicanos, el ataque contra los migrantes no se detiene, pero tampoco se detiene el ataque a las comunidades indígenas”, sostiene López, originario del distrito de Silacayoapan.
Fallas de origen
El Estado mexicano ha mostrado una grave incapacidad para defender a sus ciudadanos en Estados Unidos. Desde los consulados, la comunicación que se establece con los mexicanos se da en inglés, situación que se agrava cuando las personas que piden apoyo para evitar ser deportadas hablan una lengua indígena.
“Una de las constantes violaciones que hemos visto es cómo se les niega a los indígenas el debido proceso en su lengua, no hay capacitación para los pueblos indígenas en los consulados, en sus lenguas originarias. Estamos hablando de 68 lenguas que se hablan en México, cada una con su propia variante y el consulado mexicano no provee información a esos 68 pueblos”, señala el representante del FIOB, que brinda asesoría y apoyo legal con traductores en lengua mixteca, español e inglés a personas en riesgo de repatriación.
En Oaxaca, agrega, hay 16 lenguas indígenas, cada una con su propia variante, “el consulado no las reconoce aquí en Estados Unidos, es my difícil, si uno viene a pedir apoyo al consulado es muy difícil porque no se habla español”.
¿AMLO es neoliberal?
Los proyectos de inversión prioritaria del gobierno de Andrés Manuel López Obrador generan posturas a favor y advertencias. Mientras que para diversas organizaciones de la sociedad civil defensoras de derechos de los pueblos indígenas y el medio ambiente la construcción del Corredor Interoceánico y del Tren Maya implican una visión neoliberal que perpetuará el despojo a las comunidades, partidarios de la Cuarta Transformación afirman que se logrará un equilibrio entre el desarrollo nacional y el respeto a los pueblos originarios.
“Para unos pueblos podría parecer una oportunidad de trabajo, de ingreso, de crecimiento económico, pero para otros pueblos significaría un desastre, natural, cultural, lingüístico, porque al momento que llegan las transnacionales a privatizar el agua y la tierra, se puede generar un desastre. Nosotros vemos que el Tren Transístmico va a ser un desastre para el Istmo, que va a provocar dificultades en acceso al agua y migración forzada”, asegura.
Estos planes, apunta, no generarán la prosperidad ofrecida si no se realiza un verdadero proceso de consulta a las comunidades, en el que se respete a la asamblea comunitaria y se informe realmente de las consecuencias que podría generar.
“Trump quiere impulsar una frontera súper militarizada, que hace imposible el cruce de los migrantes, cada vez las condiciones para llegar a Estados Unidos son más peligrosas y en México se impulsa un proyecto neoliberal que busca expulsar migrantes, nos ponen entre la espada y la pared, estamos en un camino que te puede llevar a la muerte”, advierte el representante del FIOB, una organización con presencia en prácticamente en las ocho regiones del estado, en Puebla Baja California y en California, EU.
Para Solalinde, sin embargo, el proyecto de López Obrador representa un viraje de las políticas públicas depredadoras. “Se están impulsando con la Secretaría de Bienestar mucho los temas de desarrollo, de economía solidaria, proyectos productivos. A la vez, se está preocupando mucho de que el Instituto de Mexicanos en el Exterior, los consulados estén bien atentos a las necesidades de las personas migrantes”.
-¿Se puede lograr un equilibrio entre el desarrollo de los grandes proyectos de infraestructura como el Transístmico y los pueblos indígenas?
-Del Transístmico, del Tren Maya, no se está en contra de esos proyectos, pero deben estar al servicio de la vida, de la ecología, de la comunidad y no al revés.
El equilibrio se tiene que lograr. Muchos contratos se van a revisar.
Nuestro presidente, Andrés Manuel, entre las mineras abusivas y el pueblo optó por el pueblo, lo más importante son los campesinos, nada de fracking, nada de contratos abusivos que dio el PRIAN, se tiene que priorizar la vida del campo, de las comunidades, de los indígenas.
-¿Usted ve posibilidades de que en este sexenio Oaxaca, Guerrero, Guanajuato, dejen de ser estados expulsores de mano de obra a Estados Unidos?
-Sí lo veo, cuando México vuelva sobre sí, cuando sea autosuficiente, cuando vuelva a producir granos básicos. La gente podrá ir a donde quiera pero ya no forzadamente, ese es el punto, que no se vaya forzadamente.
Colofón: Los que se van son hombres
El reporte 2018 del INM revela que el 90.97% de las personas repatriadas desde Estados Unidos fueron hombres y el 9.02%, mujeres.
Los estados que mayor número de mujeres repatriadas recibieron fueron Guerrero, con 3 mil 364; Oaxaca, 3 mil 198; Michoacán, mil 453; Puebla, mil 130; y Veracruz, mil 59.
En cuanto a hombres, Oaxaca fue también el segundo estado con mayor número de repatriados, con 16 mil 728; el primer sitio lo ocupa también Guerrero, con 19 mil 587.
Las repatriaciones reportadas por el INM en 2018 representan un alza de 21.54% respecto a 2017, cuando fueron repatriados 167 mil 64 connacionales. Ese año, el número de migrantes oaxaqueños devueltos por las autoridades norteamericanas fue de 14 mil 728. En 2016 fueron repatriados a nivel nacional 209 mil 217 mexicanos desde Estados Unidos.
