Las movilizaciones de transportistas, maestros, estudiantes y grupos sociales, han ido acompañadas en muchos casos de actos vandálicos, debido a que sus simpatizantes portan piedras, palos, machetes o hasta armas de fuego. Ante la inacción del gobierno, estos grupos no sólo alteran la paz social, sino que han llegado a atacar a la población que manifiesta su repudio ante sus acciones; incluso, los propios policías son amedrentados por los manifestantes, quienes han llegado a golpear, insultar y obligar a los «guardianes del orden» a liberar detenidos y entregar vehículos decomisados
Jazmín GÓMEZ
A cuatro meses de iniciada la presente administración gubernamental, el estado de Oaxaca se encuentra secuestrado por marchas, bloqueos y tomas de oficinas de organizaciones sociales, comunidades envueltas en conflictos y grupos que ven en las acciones radicales la vía para obtener respuestas a sus demandas.
Del 1 de diciembre al 31 de marzo, se registraron un total de 210 bloqueos, 94 marchas, 151 tomas de oficinas, 43 tomas de casetas de cobro y 10 acciones de boteo, de acuerdo con datos proporcionados por la Policía Vial Estatal.
Las movilizaciones de transportistas, maestros, estudiantes y grupos sociales, van acompañadas en muchos casos de actos vandálicos, debido a que sus simpatizantes portan piedras, palos, machetes o hasta armas de fuego. Otras, ante la mínima expresión de inconformidad de terceras personas, hostigan y atacan en grupo cubiertos del rostro; otras más, al paso de sus marchas, realizan pintas en edificios o viviendas particulares, destruyen edificios históricos o realizan la quema de llantas.
Estudiantes de la Coordinadora Estudiantil Normalista del Estado de Oaxaca (CENEO), integrantes de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), el Frente Popular Revolucionario (FPR), el Frente Popular 14 de Junio, Corriente del Pueblo “Sol Rojo”, al menos cuatro organizaciones de Desplazados de San Juan Copala, la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” (FNERRR) de la organización Antorcha Campesina, la Coalición Obrero Campesino Estudiantil del Istmo de Tehuantepec (COCEI), son algunas de las organizaciones que se han manifestado y han bloqueado en diversos puntos del estado.
Asimismo, se encuentran la Coordinadora Democrática de Pueblos (CDP); la Unión Campesina Democrática (UCD) y Alternativa Democrática Nacional (ADN), el Movimiento de Unificación de Lucha Triqui (MULT), agencias y municipios que tienen conflictos postelectorales, que han exigido a las autoridades estatales atiendan sus demandas.
En el gobierno de Alejandro Murat Hinojosa no se ha visto ningún cambio en el manejo efectivo de la política interna respecto a la administración de Gabino Cué. Sólo este año del 1 de enero y hasta el 10 de marzo se habían tenido en promedio dos bloqueos diarios, principalmente en la capital del estado.
Conflictos electorales, falta de recursos, demanda de obras sociales y de infraestructura, adeudos dejados por pasadas administraciones municipales, exigencia de justicia por personas muertas en accidentes automovilísticos o hasta el reclamo de regalos y bonos con motivo del fin de año son las causas más comunes de bloqueos y protestas.
Los incrementos a precios de combustibles autorizados por el Gobierno Federal fueron la razón principal por la que iniciaron las movilizaciones y los bloqueos este año, pero también se ha visto a estudiantes normalistas tomando casetas de cobro, carreteras federales y secuestrando camiones del servicio de transporte urbano para exigir que una vez egresados, se les entreguen en automático y sin exámenes o condicionantes, plazas de maestros y maestras.
Algunos bloqueos, principalmente en la región del Istmo de Tehuantepec, en la Sierra Norte y en la Mixteca, han tardado hasta 6 días en disiparse, por la falta de eficacia de funcionarios estatales que dejan pasar el tiempo sin tener una estrategia que permita inhibir o controlar las manifestaciones.
En el caso de la Sección 22, la organización más beligerante de la última década, aunque en un primer momento la relación entre Gobierno del Estado parecía ir por buen camino, pues, incluso, las autoridades se comprometieron a la regularización de más de 3 mil plazas, sus actos se protesta se han radicalizado tal y como ocurrió durante el sexenio pasado.
En la actualidad, el magisterio enarbola la consigna de boicotear cualquier evento en el que participe el gobernador, Alejandro Murat, después del enfrentamiento sostenido entre maestros y policías estatales el pasado 21 de marzo, a un costado del Palacio de Gobierno.
Marchas y bloqueos, fuera de la ley
De acuerdo con el director general de la Policía Vial Estatal, José Guzmán Santos, muchas de las manifestaciones que se realizan en Oaxaca y que implican el secuestro de unidades del servicio de transporte público, el cierre de calles o carreteras, evitando la libre circulación de ambulancias o de personas que trasladan en vehículos particulares a gente enferma con rumbo al hospital, se encuentran fuera de la ley.
Sin embargo, el funcionario lamentó que, en diversas ocasiones, la propia sociedad apoya a esas organizaciones, que a través de la presión buscan provocar al gobierno para después asumir el papel de mártires de la represión.
El funcionario señaló que se tiene que aplicar la ley pero esto, cuando la sociedad lo entienda, «pues no se trata de respaldar o no a un gobierno, de venganzas o de temas de otro tipo, sino de ver a Oaxaca como un hogar, que necesita tranquilidad, paz e ir hacia el desarrollo».
Guzmán Santos destacó que las manifestaciones por parte de transportistas y organizaciones sociales han rebasado todo tipo de límites, pues agreden a la ciudadanía que exige su derecho al libre tránsito, pero también a los elementos de vialidad, como ocurrió hace poco en la zona Mazateca, donde una organización que ampara a taxistas que se encuentran en la ilegalidad, amenazaron a un comandante que operaba una grúa; bajaron dos taxis que minutos antes habían sido asegurados y, además, dañaron el medallón de la unidad oficial.
“Lamentablemente a veces todas esas organizaciones que protestan de forma violenta pareciera que buscan ser mártires y no queremos caer en la provocación. Hemos sido tolerantes y lo vamos a seguir haciendo, pero todos tenemos una responsabilidad y hay que cumplirla”, insistió.
De acuerdo con el funcionario estatal, un sector de la ciudadanía ha mostrado «gran molestia», principalmente, con los estudiantes normalistas, quienes no han cesado con sus bloqueos, en demanda de que sean admitidos en el servicio profesional docente de manera automática, sin presentar las evaluaciones contempladas en la reforma educativa.
“Esto de los normalistas es respetable que se manifiesten como lo señala la ley. En lo que no estamos de acuerdo como sociedad y gobierno es el daño a terceros, que se nieguen a presentar cualquier examen y que crean que pidiendo una disculpa a la sociedad se resuelve todo”, dijo.
Consideró que los manifestantes deben «entender» que Oaxaca vive en gran parte del turismo y que ha existido mucha tolerancia por parte de las autoridades: «Esto es como nuestra gran casa; es mejor si está limpio, en orden y en paz.
“Los normalistas saben que Oaxaca vive del comercio, del turismo, que no es justo que en aras de esa supuesta justicia que claman se dé una mala imagen. Bajar a la gente de autobuses hace daño, nadie va a simpatizar con ellos, solamente su familia”, insistió.
Guzmán mencionó que las regiones que más padecen de bloqueos y manifestaciones son Valles Centrales, específicamente la capital del estado; el Istmo de Tehuantepec y la Cuenca del Papaloapan.
En todas esas zonas, apuntó, pareciera que no logra entenderse que “Oaxaca es de todos” y que «cuando se daña (al estado) sale perjudicada toda la sociedad».
Finalmente, explicó que las múltiples manifestaciones implican que se tenga un «movimiento fuerte» de elementos de aquella corporación, lo que ocasiona que, «hasta cierto punto», los agentes se distraigan de brindar atención eficiente en temas de accidentes y de coadyuvar en la mejora del flujo vehicular en lugares que lo ameritan aunque no haya bloqueos.
Caos y malestar
En enero de este año se registraron bloqueos y manifestaciones en 27 de sus 31 días, principalmente en la región del Istmo de Tehuantepec.
Los objetivos fueron detener el alza de los precios de los combustibles, exigir plazas automáticas en el servicio profesional docente para normalistas, la solución de conflictos postelectorales y, en el caso del magisterio, cancelar la reforma educativa en Oaxaca y suspender la orden de aprehensión que permanecen activas en contra de sus líderes.
Además de maestros y normalistas, en las protestas participaron grupos de abogados, de particos políticos, pobladores de Mazatlán Villa de Flores, Santiago Xiacui, San Juan Mixtepec, Las Ánimas Nejapa de Madero, San Pedro Quiatoni, Ciudad Ixtepec, Tehuantepec, Tequisistlán, Nochixtlán; la Coordinadora Estatal de los Pueblos de Oaxaca (CEPO), militantes de la Organización Campesina Independiente de Oaxaca (OCIO), sindicalizados de la UABJO, empresarios gasolineros, el Frente Popular 14 de Junio, la Confederación de Trabajadores de México (CTM), por mencionar algunas.
En febrero se manifestaron y bloquearon estudiantes de Enfermería de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), estudiantes de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, habitantes de San Juan Mazatlán Mixe, comuneros de Santiago Ixtayutla y simpatizantes de Morena; pobladores de San Juan Chilateca; ciudadanos de Atzompa; trabajadores del Sindicato Independiente de Trabajadores y Profesionales de la Salud (SITYPS); pobladores de Ánimas Trujano; militantes del Partido del Trabajo; pobladores simpatizantes del Partido Verde Ecologista de México, así como militantes de Antorcha Campesina.
También hubo acciones por el Sindicato de Trabajadores y Académicos de la Universidad de Oaxaca (STAUO); taxistas foráneos de Etla pertenecientes a la CTM, profesores de la Sección 22, habitantes de San Pedro Telixtlahuaca, pobladores de la Ciénega, Zimatlán de Álvarez; habitantes de Tulixtlahuaca y profesores jubilados.
En marzo realizaron bloqueos, primeramente, estudiantes de la CENEO, profesores de la Sección 22, pepenadores del basurero intermunicipal de Oaxaca de Juárez y habitantes de Santa María Magdalena. Hubo, incluso, marchas con motivo del cierre de campaña del candidato a dirigente de la Sección 35 del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud, Mario Félix Pacheco.
Otras protestas y bloqueos las realizaron habitantes de San Baltazar Guelavila; trabajadores afiliados a la CTM; integrantes del Frente Popular Revolucionario (FPR); trabajadores de la Dirección Estatal de Educación Física; trabajadores sindicalizados del municipio de Oaxaca de Juárez; habitantes de Atlatahuca; pobladores de San Antonio Nanahuatipam; habitantes de San Juan Chilateca; ciudadanos de Santiago Matatlán; simpatizantes de la COCEI; gente de San Martín Mexicapan; pobladores de Jalpan y la Coordinadora Democrática de Pueblos (CDP).