El juicio civil en Estados Unidos en contra del gigante petrolero británico BP por el derrame en el Golfo de México en 2010 entró en su segunda fase.
El juez escucha los argumentos sobre si la compañía actuó lo suficientemente rápido para tapar el derrame de crudo tras el accidente que sufrió la plataforma Deep Horizon.
Durante cinco meses, la empresa probó varios métodos para terminar con el vertido de petróleo antes de utilizar el tradicional tapón de concreto que finalmente funcionó.
Si se demuestra que BP pudo haber evitado el derrame antes de este plazo, la compañía podría afrontar nuevas multas millonarias.
La primera parte del proceso estuvo orientada a determinar responsabilidades por el accidente entre BP y sus socios, Halliburton y Transocean.