El duro discurso de la joven activista sueca en la apertura de la cumbre climática para exigir acciones inmediatas en la ofensiva para salvar al planeta, sacudió las conciencias de los más de 60 presidentes y jefes de Estado del mundo reunidos en la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York; la adolescente reprochó a las generaciones mayores haber contaminado el planeta y afectar ahora a los jóvenes con el cambio climático. El secretario general de la ONU, Antonio Gutiérrez alertó que estamos perdiendo la carrera de la crisis climática
Adolfo VENEGAS
NUEVA YORK.- La activista adolescente Greta Thunberg abrió la Cumbre de Acción Climática de Naciones Unidas con una condena a los líderes mundiales por no tomar medidas decididas para combatir el cambio climático: “¿Ustedes vienen a nosotros, los jóvenes, en busca de esperanza? ¿Cómo se atreven?”.
La adolescente sueca sacudió la apertura de la cumbre del clima en las Naciones Unidas, al acusar a los líderes mundiales de omisión y traición frente al cambio climático.
Enfadada y visiblemente emocionada, afirmó:
“Yo no debería estar aquí, me habéis robado mi infancia.
“Todo está mal. Yo no debería estar aquí, debería estar en la escuela al otro lado del océano. Me habéis robado mis sueños y mi juventud con vuestras palabras vacías”, reclamó enérgica la joven activista
“Nos están fallando, pero los jóvenes están empezando a entender su traición. Si eligen fallarnos, yo les digo: nunca les perdonaremos”, sentenció.
Ante unos 60 líderes de diferentes países que han prometido profundizar sus planes contra las emisiones de gases de efecto invernadero, reunidos en Nueva York, Thunberg cuestionó que “estamos en el comienzo de una extinción masiva y todo de lo que podéis hablar es de dinero y de cuentos felices de crecimiento económico eterno ¿Cómo os atrevéis?”.
“Dicen que nos escuchan. No importa lo enfadada y triste que esté, no quiero creerlo porque si realmente entendieran la situación y no actuasen, sería algo maligno y me niego a creerlo”, remató.
Tras dar cifras sobre los efectos del calentamiento global, la joven sueca comentó que “estos datos son demasiado incómodos y ustedes no son los suficientemente maduros para decirlo tal y como es”.
“Nos están fallando, pero los jóvenes están empezando a entender su traición. Si eligen fallarnos, yo les digo: nunca les perdonaremos. El cambio viene les guste o no”, puntualizó.
Unos 16 jóvenes, incluida Thunberg, anunciaron el lunes una nueva ofensiva. Esta vez, en el terreno legal, denunciaron la inacción de los líderes como una violación de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño.
El grupo de activistas encabezado por la sueca Greta Thunberg presentó públicamente esta queja oficial en la sede de Unicef, en Nueva York, coincidiendo con el inicio de la Cumbre de Acción Climática, a la que han acudido un centenar de mandatarios de todo el mundo para decidir acciones frente a este problema acuciante.
La demanda ha sido elaborada por el bufete de abogados internacional Hausfeld LLP y ha sido posible gracias a un protocolo de la Convención sobre los Derechos del Niño que permite a menores —o adultos en su nombre— pedir ayuda directamente a Naciones Unidas si un país no pone solución a una violación de derechos. Unicef ha definido esta demanda como «histórica».
Thunberg empezó en agosto de 2018 a manifestarse sola a las puertas del Parlamento de Suecia para exigir medidas de protección del Planeta. Un año después, se ha convertido en imagen internacional de la lucha climática.
La joven, que tiene Asperger, se empezó a preocupar por la situación del planeta hace años y con 11 años entró en una depresión, dejó de comer y perdió 10 kilos. “Todo estaba tan equivocado que pensé que no tenía sentido vivir”, afirmó después.
Con 16 años está nominada al Premio Nobel de la Paz y fundó el movimiento activista ‘Fridays for future’ para motivar a los jóvenes a generar acción frente a la crisis medioambiental.
La pérdida de liderazgo y de ambición contra el cambio climático desde los Estados ha sido evidente desde que hace casi cuatro años se firmó el Acuerdo de París. Pero, paralelamente, han surgido unas movilizaciones que han llenado las calles de jóvenes que claman contra la inacción. Y sus protestas, que culminaron el viernes con una gran huelga mundial, han tenido un papel importante en la cumbre. De hecho, la cara más visible de estas protestas, ha sido la activista sueca Greta Thunberg.
INESPERADA ASISTENCIA
Días después de que millones de jóvenes salieron a las calles de todo el mundo para exigir medidas de emergencia contra el calentamiento global, los líderes reunidos para la Asamblea General anual de Naciones Unidas trataron de inyectar un nuevo impulso a los esfuerzos para frenar las emisiones de carbono.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien convocó a la cumbre, advirtió a los gobiernos antes del evento que tendrían que ofrecer planes de acción para poder hablar en la cumbre, cuyo objetivo es impulsar el Acuerdo de París de 2015 para combatir el calentamiento global.
No se esperaba que asistieran a la cumbre ni el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ni el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ambos escépticos sobre el cambio climático, pero Trump fue visto en la audiencia mientras algunos líderes hablaban después de los comentarios de activistas juveniles.
Por cierto, el presidente estadounidense puso el vídeo de Greta Thunberg en su Twitter, unas imágenes en las que la sueca llegó a enfadarse por la pasividad de las grandes potencias en la crisis climática. Trump incluso le dedico unas palabras a Greta: “Parece una niña muy feliz que espera un futuro brillante y maravilloso. ¡Es muy agradable de ver!”.
El comentario de Trump fue visto en la red como un ataque irónico y más de uno le contestó con las capturas de pantalla de la mueca que Greta le dedicó o su cara de enfado durante el discurso.
La mirada que le dedicó Greta Thunberg a Donald Trump, horas después, al cruzarse en la sede de las Naciones Unidas (ONU) se convirtió en una de las imágenes del día.
La joven activista no pudo evitar hacer una mueca al ver al presidente estadounidense en el mismo lugar donde pronunció su intenso discurso.
El Acuerdo de París entrará en una fase clave de implementación el próximo año, después de otra ronda de negociaciones en Chile en diciembre. Las promesas hechas hasta ahora no alcanzan para evitar un calentamiento catastrófico, dicen científicos, y el año pasado las emisiones de carbono alcanzaron un récord.
El objetivo más ambicioso es evitar que el aumento de la temperatura global por esas emisiones sea menor a 1,5 grados respecto a los registros previos a la era industrial, para lo cual la ONU advirtió que se precisa un compromiso global mucho mayor.
“VAMOS PERDIENDO LA CARRERA»
La ONU estima que el mundo necesitaría aumentar sus esfuerzos entre tres y cinco veces para contener el cambio climático, frenar el aumento del calentamiento a 1,5 grados como máximo respecto al inicio de la era industrial.
59 naciones han manifestado su intención de presentar un plan de acción climática mejorado y otras nueve han comenzado un proyecto interno para impulsar la ambición y hacer que esto se refleje en sus planes nacionales.
En términos del denominado «grupo 2050″, la ONU ha informado de que son 66 los gobiernos comprometidos a avanzar en la reducción de emisiones respecto al acuerdo alcanzado en París.
Durante su intervención en la sesión plenaria, el secretario general, António Guterres, dijo que ésta no es una cumbre para hablar, porque los líderes mundiales ya han hablado “bastante”, ni para negociar», porque «no se negocia con la naturaleza». «Se trata de una cumbre climática para la acción», ha subrayado.
Gutiérrez insistió en el reclamo de los jóvenes a los gobiernos ante el hecho de que la generación de los líderes mundiales actuales, en su opinión, no ha asumido “la responsabilidad de proteger el planeta”. “La emergencia climática es una carrera que vamos perdiendo, pero la podemos ganar”, ha defendido el secretario general, que asegura que existen las herramientas y la tecnología para solucionar más del 70 por ciento de las emisiones globales.
En este contexto, recordó la ciencia “innegable e irrefutable” del cambio climático e instó a una transformación mundial de las finanzas que sean compatibles con la neutralidad de carbono.