Cada vez hay más niñas menores de cinco años y menores de un año asesinadas por razón de género, hasta porque lloraron y molestaron al hombre; hay más mujeres muertas por golpes a diferencia de los hombres, advierte el investigador Carlos Javier Echarri
Ernestina Gaitán Cruz
En la construcción social de lo femenino y lo masculino radica el problema del feminicidio – asesinato por razón de género-, ya que implica hablar de los roles impuestos a las mujeres como cuidadoras, sumisas, asexuadas, dependientes y necesitadas de un hombre, señaló Carlos Javier Echarri Cánovas, investigador y autor de obras sobre feminicidio, violencia contra las mujeres y violencia de género en las parejas, entre otras.
En entrevista explicó que en contraparte, a los hombres se les ha hecho creer que son dueños de la mujer, que la pueden controlar, golpear y hasta matar; que tienen el monopolio del enojo, pueden ser violentos, tener relaciones sexuales con varias y que no deben demostrar sus sentimientos, a menos que sea en ambientes estrictamente masculinos como la cantina y en el futbol, por ejemplo, donde se pueden abrazar, llorar y acercarse al otro.
Entonces cuando se habla de feminicidio, dijo, también se debe señalar que la sociedad ha impuesto que la mujer sea responsable del hogar y los hijos, lo cual limita sus derechos, sus actividades, sus contactos sociales, sus desplazamientos. Ella es de su hogar, la cuidadora.
Esos roles sociales son reproducidos en las familias, donde si no está el marido, las suegras son las vigilantes de que se cumplan; los hombres siguen maltratando y ejerciendo control sobre las mujeres, a quienes pueden golpear hasta por percepción, por creer que se portaron mal y ante los maltratos, ellas agachan la cabeza, siguen siendo las abnegadas madres que aguantan su aniquilación, por los hijos y por el qué dirán.
Echarri Cánovas, miembro del Comité Científico Asesor del Diagnóstico Nacional sobre violencia contra las mujeres CRIM-UNAM-CONAVIM, también se refirió a la doble moral sexual que existe en la sociedad, donde las mujeres han sido convertidas en objetos, con sexualidad reprimida, restringida a la reproducción porque les han hecho saber que están para complacer.
Sin embargo a los hombres, en condiciones similares no se les dice nada. Citó el caso de los migrantes, grupo en el que las mujeres saben de las relaciones de sus esposos con otra mujer, pero “se hacen de la vista gorda” porque lo justifica el hecho de que son hombres, y su naturaleza se lo exige, no pueden vivir sin relaciones sexuales.
El autor de “Feminicidio en México. Aproximación, tendencias y cambios: 1985-2009”, recalcó que el problema radica en cómo construimos la feminidad y la masculinidad, y que el cambio se puede dar en la educación en los hogares y en las escuelas, donde los libros de texto gratuitos son una buena herramienta para enseñar educación cívica y derechos sociales igualitarios, porque los hombres lo único que no pueden hacer como las mujeres es dar a luz.
Añadió que también hace falta tipificar el feminicidio en los procesos judiciales, atenderlo de manera integral y cumplir la “NOM-046-SSA2-2005. Violencia familiar, sexual y contra las mujeres. Criterios para la prevención y atención”, que obliga al personal de salud, a identificar oportunamente a las personas que viven en esa situación y brindarles una atención integral y de calidad, con el propósito de evitar o minimizar las consecuencias de la violencia vivida en su salud, integridad y desarrollo, lo cual no se hace.
Y las mujeres deben atreverse a romper las cadenas del maltrato, parar la violencia, pero es un proceso a largo plazo, reconoció, aunque dijo que hay avances, hay mujeres concientizadas e interesadas como las que acuden a cursos y diplomados sobre estos temas.
Más asesinatos de niñas
menores de cinco años
También habló de aspectos alarmantes encontrados en los registros recientes de feminicidios.
Informó que cada vez hay más niñas menores de cinco años y hasta menores de un año asesinadas por razón de género, hasta porque lloraron y molestaron al hombre; hay más mujeres muertas por golpes y que a diferencia de los hombres, a ellas se les mata con las manos, viéndolas a la cara, y que para establecer las cifras estadísticas de feminicidios usan los certificados médicos, aunque en éstos no se consigna si fue feminicidio porque los médicos no indagan.
Al respecto hay que recordar en agosto del 2011, se entregó a la LXI Legislatura del Estado de Oaxaca, la iniciativa que propone adicionar el artículo 407 del Código Penal del Estado, para que quede estipulado el delito de feminicidio, como el que se comete por razones de género cuando ocurran cualquiera de las nueve circunstancias estipuladas en la propuesta de reforma, entre las que destaca que exista o haya existido entre el victimario y la víctima una relación laboral, docente, o cualquier otra que implique confianza.
Asimismo, propusieron adicionar el artículo 408 para que a quien cometa el delito de feminicidio, se le imponga una sanción de 30 a 40 años de prisión, multa de quinientos a mil salarios mínimos y no se le conceda ningún tipo de beneficio.