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Miles de millones se han gastado y la pobreza sigue igual

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Antropólogo, impulsor de un cambio en las relaciones entre el Estado y los pueblos indígenas, Salomón Nahmad Sitton observa cómo a pesar de que los gobiernos han entregado grandes cantidades de dinero al combate a la pobreza los resultados positivos no llegan; el gobierno de López Obrador, apunta, más que redoblar la apuesta por el asistencialismo, deberá encontrar el camino para que megaproyectos como el del Tren Interoceánico sean aceptados por las comunidades y se concrete una verdadera alternativa de desarrollo

 

Alonso PÉREZ AVENDAÑO

 

“No se ha movido la pobreza”, dice el antropólogo Salomón Nahmad Sitton, académico del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) e integrante de la comisión ejecutiva del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que el pasado lunes 5 de agosto presentó la medición de la pobreza para la década 2008-2018, con un resultado previsible aunque contradictorio: pese a los miles de millones de pesos que se han gastado en el país en el “combate a la pobreza”, en la última década el número de personas en condiciones de marginación aumentó 5.6%.

Ante los resultados, respondió Andrés Manuel López Obrador, que ha hecho del apoyo a los pobres una bandera política y electoral desde que inició la búsqueda por la Presidencia de la República en 2006. Los resultados de la pobreza, dice, son consecuencia del factor al que responsabiliza también por la inseguridad y el bajo crecimiento económico, la corrupción.

“Esto no lo entienden los tecnócratas, pero el principal problema de México es la corrupción y eso nos ha llevado a la desigualdad monstruosa que se padece, a la pobreza, a la inseguridad y a la violencia”, expresó el presidente tras preguntársele sobre el informe del Coneval. Independientemente de lo cuantitativo, prosiguió, “el objetivo del gobierno, el objetivo principal es combatir la pobreza. Son dos cosas como estrategia del gobierno: primero, acabar con la corrupción y al mismo tiempo sacar de la pobreza a nuestro pueblo”.

-¿Puede López Obrador terminar con la corrupción?

-Él tiene la ilusión de acabar con la corrupción, yo soy antropólogo y es como decir ‘yo quiero acabar de una vez por todas con el pensamiento mágico de la gente’, a ver acábalo –responde Nahmad Sitton, académico que ha asesorado desde hace una década al Coneval en la realización de los estudios de la pobreza. En sus empeños, dice, todos los gobiernos dicen que darán resultados, que ya encontraron la fórmula, “ya este programa, este otro le va a pegar a la pobreza y a la hora de medir pues no”, enfatiza.

Sobre la apuesta del gobierno federal de multiplicar los apoyos asistencialistas considera que se trata de “los mismos proyectos, ampliados, que benefician a más gente”, pero que tienen un límite, “es lo que tenga en caja el gobierno”.  Desde su perspectiva, “para salir de la pobreza tenemos que luchar individualmente cada ser humano, no se puede salir porque el gobierno te dé tus pastillas regaladas para cuando tengas diarrea”.

 

¿Y LA POBREZA?

 

-¿Puede entonces el presidente acabar con la pobreza? Para responder esta pregunta Nahmad, que se dice sorprendido por los resultados de los comicios de 2018, retrocede hasta el momento en el que era director del Instituto Nacional Indigenista, a mediados de la década de 1970, y el hoy presidente era su subordinado, como delegado del Centro Coordinador Indigenista de la Chontalpa, en Tabasco. De esa faceta como trabajador en comunidades indígenas, destaca una característica que ha marcado la trayectoria de Obrador.

“Él conoce. El pinche Peña Nieto nunca se ha dormido en una casa indígena, ni el anterior presidente, ni el anterior del anterior. Iban a pueblos, veían el folclor, ‘qué bonito’, idílico, los pueblos mágicos, inventos pendejos, que no le hacen daño a la comunidad, quizás traigan algunos cuantos miles de pesos, pero no es la solución. López Obrador por lo que yo lo conozco, se ha fletado tratando de ayudar. Ha cometido errores también. Yo me peleaba con él”, expresa.

De una de las anécdotas vividas entre ambos, se revela la condición de terquedad del tabasqueño. “Se le ocurrió que los cubanos hacían casas muy buenas porque la revolución, Fidel Castro, ‘yo estoy de acuerdo con la revolución, pero no me vengas con esas casas de cemento en la zona chontal’. Él insistía y yo insistía en que había que acondicionar esas casas de cemento porque serían un horno de pan, y dicho y hecho, las casas no sirvieron pa’maldita la cosa. Son bodeguitas para meter a las gallinas en la noche. Pero eso yo lo apruebo, que la gente experimente”.

 

POBREZA E INDIGENISMO

 

Para Nahmad, Premio Nacional de Artes y Literatura categoría Ciencias Sociales 2018, la atención a la pobreza y al desarrollo de México es una tarea que involucra fuertemente la atención a los pueblos indígenas del país, un tema en el que reconoce avances en la dirección correcta.

“Todos los presidentes han tocado el tema, pero muy sesgadamente, Peña Nieto debió haber participado más porque él nació en una región muy indígena, otomí mazahua, del Estado de México, pero no lo hizo, nombró a una directora que era contadora o algo así. En este caso (López Obrador) fue indigenista y participó en el trabajo indigenista, ahora ha nombrado a un joven abogado indígena, no se puede decir que sea un sujeto a ser manipulado”.

Entre los cambios que ha observado en las políticas de atención a los pueblos originarios, desde 1975, cuando se realizó el Primer Congreso Indigenista, hasta hoy, que se busca nuevamente una reforma constitucional para reconocer plenamente los derechos de los indígenas, el antropólogo señala que hay mayor conciencia por parte de las comunidades sobre la forma en la que quieren participar políticamente y, además, hay liderazgos con un mayor nivel educativo y con experiencia profesional. No obstante, aún persisten las resistencias a nivel gobierno y sociedad para permitir una mayor apertura al proyecto de los pueblos indígenas.

 

OPOSICIÓN A MEGAPROYECTOS

 

En días pasados Nahmad asistió a una reunión donde estuvieron la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, el director del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, Adelfo Regino, además de líderes de comunidades que están participando en la consulta para la reforma constitucional y legal sobre derechos de los pueblos indígenas y afromexicano, un proceso a través del cual el gobierno pretende conocer las propuestas jurídicas de las comunidades para elaborar una iniciativa de ley.

En estos foros, diversas comunidades, muchas de ellas oaxaqueñas, han expresado su inconformidad con megaproyectos prioritarios para la Cuarta Transformación como el Tren Interoceánico y el Tren Maya, que denuncian generaría impactos ambientales negativos.

Para Nahmad, que ha investigado en el Istmo de Tehuantepec los efectos de las empresas eólicas en comunidades indígenas, las posturas de la oposición a estos proyectos deberán replantearse. El proyecto del Tren Interoceánico, apunta, “puede ser de una resonancia igual a la del desarrollo turístico de Cancún”.

“En Cancún la población maya se desplazó desde Yucatán, ahora no tenemos una emigración yucateca como la que tenemos de Guerrero o Oaxaca a Estados Unidos, desde una perspectiva de mantenerse dentro de los pueblos puede ser benéfico. Que el capitalismo se va a beneficiar, pues todos los seres humanos estamos en esta etapa de la humanidad del capital, no hay ninguna sociedad que esté fuera del capital, ni los chinos ni los rusos”.

 

LEJOS DEL IDEAL

 

Para el investigador, autor de obras como Aproximaciones a la región del Istmo: diversidad multiétnica y socioeconómica en una región estratégica para el país y Los mixes, estudio social y cultural de la región del Zempoaltépetl y del Istmo de Tehuantepec, la participación política y económica de los grupos indígenas ha alcanzado niveles decisivos en países desarrollados como Canadá y Estados Unidos, donde el reconocimiento de sus derechos al territorio y los recursos naturales que sobre ellos se asientan han devenido incluso en la edificación de grandes corporaciones indígenas.

En Nuevo México y Arizona, apunta, “los líderes y los grupos indígenas son muy fuertes y también tienen mucho dinero a diferencia de México. Por ejemplo, los navajos reciben muchos millones de dólares por la reserva de carbón y los minerales que tienen en sus reservas. En cambio, los kikapúes reciben del petróleo que ellos son propietarios cantidades de dólares significativas. Las empresas son de ellos a veces.

“En Canadá, las mineras son de ellos, las mineras que vienen a extraer plata, oro, metales, son de recursos financieros de los pueblos indígenas de Canadá, que es lo que no se divulga mucho, pero ellos tienen sus depósitos de dinero en las grandes compañías mineras de todo el mundo, en cambio aquí no les damos nada (a los grupos indígenas)”.

En el país, resalta, es indispensable que además de las modificaciones legales orientadas al reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, las comunidades cuenten con mayor capacitación técnica, profesional y financiera, pues en las condiciones actuales resulta impensable que puedan operar grandes compañías de extracción de minerales o de manejo de desarrollos eólicos. El trabajo de las comunidades con el gobierno, asegura, es indispensable.

“Necesitas capital, el capital financiero internacional entra solo por los gobiernos, no le van a prestar a Juchitán o a Salina Cruz mil millones de dólares para la refinería o la extracción de minerales. Si los indígenas quieren seguir cuidando su recurso y no aprovecharlo eso ya es su voluntad”.

-La postura de gran parte de las comunidades indígenas es la del conservacionismo, prefieren que estos proyectos no se lleven a cabo.

-El medio ambiente lo cuidan más los que tienen desarrollo industrial que los que viven en la pobreza. Es algo utópico.

En el Istmo el río Los Perros se convirtió en un canal de desagüe, las comunidades no tienen dinero para limpiar, no tienen la capacidad técnica para ampliar el canal, aquí lo tenemos en Oaxaca, no se puede uno acercar al río.

Para limpiar eso necesitamos que toda la gente tenga conciencia ecológica, están pensando en una abstracción que la naturaleza se va a cuidar porque no intervengan las empresas.

Yo conocí Guichicovi en 1960, hoy voy y es otra cosa, hay mil mototaxis peleándose entre ellos, un desmadre total, antes era un vergel, no había nada, pasaba el tren, no afectó en nada, al contrario, se paraba en Mogoñé y era un espectáculo étnico en la parada del tren. Ahora ya no pasa el tren, ya no lo usa la gente.

-La pobreza es más dañina para la sociedad y el medio ambiente.

-Totalmente, vivir en la pobreza no es mantener el medio ambiente. Tenemos que dar educación a toda la masa de la población y darle trabajo para que suban de nivel y entonces digan ‘no tires el agua’, ‘no cortes árboles’.

En el Istmo gran parte de la tierra está sin trabajar, no hay inversión para la producción. Qué me dices de los huaves, con esas lagunas de camarón si estuvieran en manos de los japoneses ya serían multimillonarios, pero siguen artesanalmente capturando los camarones, camarones de primera. No hay una fábrica de hielo en ninguna comunidad huave, es una pinche vergüenza. Ahí deberíamos tener la mejor escuela de pesca camaronera y todos los huaves trabajando en lanchas de pesca, no en una canoa.

 

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