Mancera, una “extensión del presidencialismo”
El fondo: Peña Nieto y PRI van por el DF
Martín Moreno
@_martinmoreno
Miguel Ángel Mancera cada vez se parece más al personaje de Bruce Willis en la película “Sexto sentido”: todo mundo sabe que está muerto… menos él.
Mancera –un híbrido político que obtuvo la candidatura del PRD de rebote y circunstancia cuando Marcelo Ebrard perdió a sus dos candidatos principales: Alejandra Barrales (quien traicionó a Ebrard al acercarse demasiado a René Bejarano), y Mario Delgado (que nunca creció en las encuestas)-, hoy está decidido a complacer en todo lo que le ordenen desde Los Pinos. Sin chistar.
Mancera no negocia, se postra. Mancera no dialoga, se doblega. Mancera no cuestiona, sólo aplaude.
Porque lo ocurrido el día del mensaje de Enrique Peña Nieto en Palacio Nacional, cuando el poder priista se apoderó de la plancha del Zócalo y estacionó sus camionetas blindadas de manera arbitraria sobre la Plaza de la Constitución, es mucho más que una “infracción de tránsito”, como la cataloga el Gobierno del DF. No. Va mucho más allá:
1) La invasión de la plancha del Zócalo por parte de la nomenclatura priista es, nada menos, que el emblema de la relación Peña Nieto – Mancera: de absoluta subordinación del GDF hacia Los Pinos. La sumisión indiscutible. Literal: la rendición de la plaza.
2) La respuesta tibia y timorata del gobierno de Mancera ante una humillación pública por parte de la presidencia imperial, solamente refleja una cosa: miedo a lo que hubiera sido un reclamo legítimo por la invasión del Zócalo. Mancera prefirió encerrarse en su oficina, como ya es costumbre y cotidianidad. “Usted disculpe”, le gritaron desde Constituyentes. Mancera ni chistó.
3) “El GDF se ha convertido en una extensión del presidencialismo”, dibujó el ex jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, en entrevista con Carmen Aristegui en MVS. Sobra explicación.
Así, el mediodía del martes 2 de septiembre, los hechos confirmaron lo que todos sabíamos: que Enrique Mancera…digo, Miguel Ángel Peña Nieto… ¿o cómo?… bueno, que el Jefe de Gobierno del DF es subalterno del Presidente de la República.
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El vacío de gobierno en el DF es cada vez más preocupante.
Miguel Ángel Mancera prefiere evadir la realidad y evitar conflictos que están crucificando a la ciudad, como la alta violencia. Allí están las cifras del propio Secretariado Ejecutivo del SNSP:
-El DF ya se encuentra en el segundo lugar de las ciudades más violentas del país, con 1,267 homicidios dolosos en lo que va del gobierno de Mancera. Sólo detrás de Acapulco y rebasando ya a Tijuana, Ciudad Juárez y Ecatepec.
-La capital también se ubica entre las siete entidades con mayor número de ejecuciones, con 1,649.
¿Qué anuncio ha hecho Mancera en contra de la violencia en el DF? Ninguno.
¿Qué hace en respuesta a la violencia que ahoga a la capital? Tuitear banalidades. ¿Qué no?
Veamos: el 24 de agosto pasado, Mancera envió desde su cuenta en TW: “Les comparto imágenes de la clase de #YogaCDMX”.
Ese mismo día tuiteó: “Disfruten de la 2da. Temporada del Tabacalera Jazz Club en @museorevolucion. Entrada libre”.
O el 6 de septiembre: “Este domingo de 9 a 12 hrs se entregaran chalecos reflejantes de manera gratuita en el #MueveteEnBiciCDMX”.
Sí: esas son las prioridades de Mancera: el yoga y demás trivialidades.
¿O acaso esas serán las preocupaciones mayores de millones de capitalinos, azolados por la delincuencia, angustiados por que no les quiten su quincena o los secuestren? ¿Les afligirá más dónde se dan clases de yoga o se regalan chalequitos?
Ese es Miguel Ángel Mancera, de quien no se nos debe olvidar que tiene un maldito vicio: es proclive a la fabricación de culpables. Allí está Lorena González Hernández (Caso Martí). Y no olvidar a Charly (Bar-Bar). O al primo de Kalimba, entre otros.
Vamos: en comparación a Cárdenas, López Obrador o Ebrard, Mancera ni siquiera hace los tradicionales recorridos por el Centro Histórico. ¿El motivo? Tiene pavor al rechazo ciudadano, que se refleja fielmente en las encuestas.
Por algo, el arribista secretario de Gobierno, Héctor Serrano –“se ha llamado a sí mismo el verdadero Jefe de Gobierno”, narra la investigación especial que el 25 de agosto se publicó en sin embargoMX – le ha ganado espacios a Mancera y según lo señalado en este portal, Serrano construye un “gobierno paralelo” para su beneficio.
Es decir: Mancera ordena…pero Serrano decide.
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El perfil de Miguel Ángel Mancera siempre ha sido de segundo de a bordo. Hoy, ese patrón se repite tanto a nivel local como en el federal: en el DF, Héctor Serrano es quien manda. Y en la relación con el Poder Ejecutivo, es Peña Nieto el que marca la pauta.
¿A qué le apuesta Mancera para su futuro político?
Primero, a que prospere su propuesta de aumentar el salario mínimo de 67 a 82 pesitos diarios. Es decir: para poder comprar 3 boletos más del Metro. Medida insuficiente, populista y convenenciera, ya que, de paso, la medida busca que todas las multas que se aplican en el DF teniendo como tabulador al salario mínimo vigente, aumenten también las recaudaciones de la Tesorería capitalina. ¿O creen que nos chupamos el dedo?
Segundo, que se dé luz verde a la Reforma Política del DF. Dependerá de Peña Nieto y del PRI, para variar.
¿Y a cambio de qué se le daría a Mancera su Reforma Política?
Elemental: de que le siga allanando el camino al PRI para apoderarse del DF parcialmente en 2015 –como ensayo general-, y en 2018, arrebatándole al PRD la Jefatura de Gobierno. Por algo Peña Nieto le ha ganado a Mancera los anuncios de las nuevas líneas del Metro y, en parte, del nuevo Aeropuerto conurbado a la ciudad de México.
Pero algo se le olvida a Mancera: en 2012, AMLO le ganó al 2 por 1 a Peña Nieto en el DF. Y en ese trance, hasta el PRD saldría bailando.
Pero esa es otra historia que abordaremos en esta Red Pública.
