El crecimiento económico, generación de empleos y repunte de ventas no llegará mientras continúe el comercio informal y la mala imagen en el centro de la capital, coincidieron comerciantes establecidos y ciudadanos.
Y es que desde el inicio de año, decenas de ambulantes se han apostado en la misma plancha del Zócalo y Alameda de León, lo cual ha generado molestia entre los prestadores de servicios por la competencia desleal.
Desplazados de la organización 14 de Junio, que habitaban en las colonias de la agencia Vicente Guerrero, aledañas al tiradero municipal, permanecen instalados en protesta frente al Palacio de Gobierno.
De igual forma que indígenas triquis de San Juan Copala, quienes salieron huyendo de la violencia inter étnica y su refugio fue la parte baja del Palacio de Gobierno, en donde expenden todo tipo de artesanía y textiles, además de mantener su campamento.
Otros que comparten el zócalo son los integrantes de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), quienes instalaron sus casas de campaña para simular un plantón en contra de la reforma educativa.
Al sitio han llegado a vivir con ellos (plantonistas), grupos de artistas urbanos, personas con problemas de alcoholismo, mismos que durante el día deambulan y han protagonizado algunas peleas físicas y agresiones a turistas y transeúntes.
El ambiente que se vive en el zócalo y calles aledañas ha dejado de ser óptimo para la convivencia de las familias, debido al alto número de personas que se establecen para ingerir bebidas alcohólicas o pernoctar en estado de ebriedad, declaró en su momento Fabiola García del Consejo del Centro Histórico (Cocentro).
“Sentimos que hace falta una revisión intensiva, la seguridad no es optima y es algo que debe solucionarse, añadió la empresaria.
Otra voz que se ha alzado para demandar el retiro tanto de ambulantes como de organizaciones y vendedores que se mantienen por meses instalados en la Alameda y zócalo, es Esther Merino, portavoz de comerciantes establecidos.
Coincidió que mientras persista la incertidumbre, no se generan nuevos empleos y la reactivación económica no se puede concretar, dado que las ventas en el primer cuadro de la ciudad no superan el 50 por ciento.