“Trump no es bienvenido aquí”, gritaban los protestantes ante la visita del presidente Donald Trump a Long Island, Nueva York. Sin embargo, eso no impidió que el mandatario se presentara con un discurso con el que refrendó su posición antimigrantes.
Apenas ayer, el mandatario envió a Jeff Sessions a El Salvador, mientras el jefe de ICE, Thomas Homan, dio una conferencia de prensa en la Casa Blanca. Toda esa estrategia tenía un motivo: el presidente estaría esta tarde en Long Island, una de las zonas de Nueva York donde se concentran simpatizantes de la Mara Salvatrucha.
“Vamos a restablecer la ley y el orden a Long Island”, dijo Trump durante su conferencia frente a elementos de la policía de Nueva York. Tanto Session (en el Salvador), como Trump, celebraron el arresto de 113 pandilleros y agradecieron el esfuerzo que hacen las autoridades por mantener el control.
No obstante, más allá de tener un mensaje directo contra los criminales, Trump decidió enfocarlo hacia los migrantes que llegan a unirse a las bandas.
“Uno a uno estamos liberando las ciudades que han estado plagadas de pandillas“, elogió el mandatario, quien aprovechó para emitir críticas a la ciudad de Chicago. “¿Han visto lo que pasa ahí? Chicago está teniendo una increíble ola de violencia, tres o cuatro personas mueren cada fin de semana”, explicó.
Chicago es una de las ciudades con una postura realmente crítica a la administración de Trump.
Durante el discurso, Trump hizo evidente su rechazo a los inmigrantes e incluso aprovechó para “permitir”el uso de violencia en detenciones a pandilleros. “Siempre me he preguntado por qué son amables con ellos, me refiero a que cuando los meten a las patrullas ponen su mano en la cabecita para que no se peguen pero yo digo que pueden quitar la mano“.
“Tengo un mensaje muy simple para todos los pandilleros y criminales extranjeros: los vamos a buscar, los vamos a encontrar y los vamos a deportar“, sentenció el mandatario.
La situación con los pandilleros también fue detonante para que el presidente de Estados Unidos reiterara su completo rechazo a las ciudades santuario. “Debemos ir en contra de esas ciudades santuario que sueltan a los criminales y protegen a esa gente que se sobrepasa con su visa” y destacó que ya están poniendo “fin a eso”.
“Las leyes se hicieron para proteger a los criminales”, dijo Trump, quien en un mensaje directo a los miembros de ICE dijo que los oficiales corrían peligro si llegaban a cometer alguna falta.
Además dejó que la crisis que aqueja a Estados Unidos es en parte responsabilidad de los migrantes que deciden unirse a las pandillas, el tráfico de drogas y, por supuesto, el tráfico de personas por lo que, aclaró el presidente, “vamos a proteger nuestras fronteras para no permitir el ingreso ilegal, vamos a alzar la pared”.
Trump celebró que ya se ha aprobado, parcialmente, el presupuesto de la primera fase de la construcción del muro fronterizo con México, el cual calificó como “una pared que es vital para poner fin al desastre humanitario”.
“Yo soy un buen constructor y ustedes lo saben”, bromeó Trump.
“Vamos a hacer que Estados Unidos sea grande de nuevo, ¿han escuchado esa frase antes? Esa es mi promesa sagrada con el pueblo estadounidense“, finalizó el mandatario.