«Él siempre estaba allí. Se preocupaba por las necesidades de las personas. Era honesto y muy comprometido. Trabajaba en condiciones que no podrías imaginar».
Así describió Aitor Zabalgogeazkoa, exjefe de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Alepo (Siria), al doctor Mohammed Wasim Moaz, quien falleció en un ataque a un hospital de esa localidad.
Wasim, un ciudadano sirio de 36 años, no era un médico más. Era el último pediatra que quedaba en la zona de Alepo controlada por la oposición, según le dijo a la BBC Rami Abdurahman, jefe del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, organización vinculada a la oposición al presidente Bashar al Asad, con sede en Londres.
«El doctor Wasim era un pediatra extremadamente dedicado, quien eligió arriesgar su vida para seguir ayudando a la población de Alepo. Su muerte es una tragedia terrible que tendrá un impacto devastador en una situación ya de por sí crítica», dijo MSF en respuesta
Unas 14 personas fallecieron este jueves en el ataque contra el hospital Al Quds, considerado como el principal centro de referencia para la atención de niños, según MSF.
La organización humanitaria prestaba apoyo al hospital desde 2012, junto al Comité Internacional de la Cruz Roja, proveyéndole de material médico, combustible y formación médica.
El centro contaba con 8 médicos y 28 enfermeros que trabajaban a tiempo completo.
Según MSF, en el ataque fallecieron dos médicos, dos trabajadores de enfermería, un guardia de seguridad, un empleado de mantenimiento y 8 pacientes.
El hospital, que quedó reducido a escombros, disponía de 34 camas y contaba con un área de urgencias, servicio de consultas externas, atención obstétrica, un departamento de pacientes ambulatorios, área de hospitalización, una unidad de cuidados intensivos y un quirófano.