En esta Semana Santa, José Luis Chavez Botello pidió sanar las heridas familiares y reconstruir el tejido social
José HANNAN ROBLES
El arzobispo de Antequera Oaxaca, José Luis Chávez Botello hizo un llamado para que en esta Semana Santa midamos nuestra capacidad y disponibilidad para reconciliarnos, sanar heridas en nuestra familia, reconstruir el tejido social de nuestra comunidad, invertir nuestro prestigio y autoridad moral en impulsar procesos de reconciliación y de paz en el ambiente y espacios donde vivimos, trabajamos o frecuentamos.
Pongamos toda nuestra energía, capacidades y conocimientos en este esfuerzo común para doblegar la corrupción, la injusticia y la violencia, porque será la mejor manera de colaborar a la paz y al desarrollo del país, agregó.
Convocó a reflexionar y a medir nuestra fe con las palabras del Papa Francisco: «No es buen cristiano el que no es justo con las personas que dependen de él, tampoco el que no se desprende de algo necesario para darlo a otro que tenga necesidad”, consideró.
«Quien ama a Jesús… quien vive de modo sincero la respuesta a la llamada del Señor, no puede de ninguna manera dedicarse a las obras del mal. ¡Jesús o el mal!… Jesús no invitaba a comer a los demonios, los expulsaba porque eran el mal”, destacó.
Uno no puede llamarse cristiano y violar la dignidad de las personas, no puede realizar gestos de violencia contra los demás, porque los gestos exteriores de religiosidad que no van acompañados por una auténtica y pública conversión, no son suficientes para considerarse en comunión con Cristo y con su Iglesia, ni para acreditar como creyentes a quienes hacen de la ilegalidad el estilo de vida, despejó.
A quienes eligieron el camino del mal y están afiliados a organizaciones criminales, renuevo la apremiante invitación a la conversión. ¡Abran su corazón al Señor!
¡Abran su corazón al Señor! (21-II-2015), conminó el prelado de la iglesia católica.
Todos estamos necesitados de ayuda, de amor y de perdón; somos dependientes, nos necesitamos unos a otros, dijo.
Expuso que Jesús nos ofrece el perdón, vino a curar toda enfermedad, a salvarnos no a condenarnos; nos reconcilió con Dios y con los demás entregando su vida por amor, pero nos invita a cambiar, a convertirnos, a crecer en la fe, a creer y a confiar en la sabiduría y bondad de Dios siendo artesanos y mensajeros de paz.
Con la Santísima Virgen recorramos el camino de la cruz, invitó.
Todos experimentamos la importancia de la Semana Santa en la vida de nuestros pueblos, comentó Chávez Botello, quien exhortó a todos a vivirla como última etapa del camino de Cuaresma.
Apretemos el paso para acercarnos más y reconciliarnos con Dios y con los demás; la oración, sacrificios, ayuno y sobre todo una buena confesión sean los medios que nos impulsen a llegar a la Pascua fortalecidos y con frutos palpables de reconciliación y de paz en lo personal, como familia y comunidad cristiana, refirió.
Manifestó que el Viacrucis del Viernes Santo es quizá el acto religioso más participado, sobre todo donde se cuida el ambiente de piedad con una reflexión que ayuda a vivir lo que se conmemora, donde encabezan las imágenes más veneradas o las «estaciones» se representan en vivo.
Vivámoslo este año con mayor devoción, pidió, con una súplica e intención común: implorar al Señor la reconciliación y la paz comprometiéndonos cada vez más en ella.
En este sentido también invitó que en todas las comunidades se asegure el sentido cristiano del Viacrucis, se tome la reflexión preparada por los obispos de México y se resalte el mensaje con el signo de un moño o prenda blanca.
Apuntó que en esta ciudad las parroquias del Decanato Centro han organizado el recorrido del Viacrucis por las calles de su parroquia de manera que todos terminen en el atrio de la Catedral a las 10.00 horas.
Se cerrará ahí con la reflexión y un compromiso de reconciliación ante las imágenes más veneradas de la pasión.