Más del 80 por ciento de los inmuebles históricos catalogados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), averiados por los terremotos de 2017, están paralizados, sin un proyecto de ejecución de obra ni presupuesto asignado para su restauración; a pesar de los pobres resultados, el gobierno de la Cuarta Transformación premió al funcionario a cargo de esta inmovilidad, el antropólogo Joel Omar Vázquez, que en la actual administración pasó de ser coordinador del Centro INAH Oaxaca a coordinador nacional de esta área
Texto: Alonso PÉREZ AVENDAÑO
Fotos: Esteban CHINCOYA
Después de un año y ocho meses del “peor sismo de los últimos 100 años”, Oaxaca se mantiene como el estado con el más grave rezago en cuanto atención a monumentos históricos catalogados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con el 82.8% de los inmuebles sin un proyecto para su reparación, restauración o mejoramiento. Pese a los millonarios recursos anunciados para la reparación de inmuebles catalogados, de entre mil 500 y 2 mil millones de pesos, los avances para estos sitios son igual a cero.
Entre los templos cuya reparación tras las afectaciones de los sismos aún no ha iniciado se encuentra al menos una decena de joyas arquitectónicas de la capital y de las ocho regiones que los turistas que llegaron a Oaxaca en Semana Santa encontraron cerrados.
Un reporte del INAH obtenido a través de una solicitud de transparencia, indica cómo la mayor parte de los monumentos históricos dañados por los movimientos telúricos se encuentran inmóviles, sin un proyecto avalado para su mejoramiento.
Los reportes oficiales señalan que 325 templos construidos entre los siglos XVI y XIX fueron dañados en la entidad. Iglesias como la del Patrocinio y La Merced, que ya presentaban graves daños aun antes de los sismos, se encuentran en la lista de templos que no han sido atendidos.
Se encuentran en esta lista otros templos de Oaxaca de Juárez, entre ellos el de San Agustín, el de San Francisco, las Nieves, la Catedral Metropolitana, el de Santo Domingo de Guzmán, el de Santa María del Marquesado, la Parroquia de San Juan Bautista Chapultepec, el de San Cosme y San Damián y el templo de la Defensa.
También están los conventos de San Felipe Neri, de la Compañía, las parroquias de la Consolación, el templo de San Juan de Dios, el de Jalatlaco, los Siete Príncipes, el santuario de la Soledad, el templo de San Felipe Apóstol, el ex convento de Guadalupe, el convento de San José. Otro de los inmuebles dañados en los que las obras no han comenzado a más de 20 meses de los sismos de septiembre de 2017 es el del panteón general San Miguel.
La Conferencia del Episcopado Mexicano reportó tras los sismos de 2017, mil 850 templos católicos fueron afectados, de los cuales mil 603 se encuentran catalogados. En 26 de las 95 diócesis del país se reportaron daños, abarcando a 11 estados: Chiapas, México, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Oaxaca, Puebla, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz y Ciudad de México.
Avances por entidad
De acuerdo con el reporte entregado a través de la plataforma nacional de transparencia, en Guerrero, solo 11 de los 95 monumentos históricos catalogados por el INAH continúan en proceso de aprobación de un proyecto para su restauración o reconstrucción, en el resto los proyectos ya han sido avalados y se encuentran en ejecución. En Hidalgo, los 13 edificios históricos reportados ya cuentan con proyectos avalados y en ejecución.
El Estado de México, con 277 inmuebles catalogados reportados con daños, cuenta únicamente con tres edificios que aún no han sido asignados a una empresa para comenzar los trabajos de reparación por los daños ocasionados por los movimientos telúricos.
Morelos, con 260 edificios catalogados como históricos o zonas arqueológicas, ha entregado el 100 por ciento de estos a alguna empresa para que inicien los trabajos necesarios para su mejoramiento tras las afectaciones sufridas en septiembre de 2017.
En Chiapas, de 114 construcciones catalogadas como monumentos históricos catalogados por el INAH, únicamente 30 permanecen sin un proyecto avalado para su reparación, apuntalamiento o reconstrucción.
De acuerdo con la información oficial en este estado, 80 templos y conventos fueron dañados, no obstante algunos de ellos ya han sido concluidos en su restauración.
En Puebla, 236 de los 621 inmuebles catalogados por el INAH carecen todavía de un proyecto de ejecución de obra. La cifra equivale al 38% de los edificios enlistados por el instituto.
En Oaxaca, la historia es muy diferente. De los 587 edificios catalogados por el INAH que fueron afectados por los sismos, solo 101 están siendo atendidos para su restauración, reconstrucción o mejoramiento, la mayor parte de estos atendidos por un puñado de empresas y arquitectos.
Cuatro empresas concentran 36%
De acuerdo con el registro del Instituto, Conservare S.A. de C.V., cuenta con 12 proyectos activos de restauración, entre ellos el templo de Santa Catarina Quioquitani, la capilla del Panteón de Tanetze de Zaragoza, la catedral de San Juan Bautista, de Huajuapan de León, el templo de San Pedro Mártir, en Quiechapa, los templos de San Pedro Apóstol y Santo Tomás, en San Carlos Yautepec.
Reynaldo Cruz Lara tiene a su cargo 10 proyectos, entre ellos el templo de San Cristóbal Suchixtlahuaca, el templo de Santiago Apóstol, en Santiago Chazumba, la capilla del Calvario en Tlacolula de Matamoros, el templo de Santiago Apóstol en Santiago Yucuyachi, el de Santiago Nativitas, San Jerónimo Silacayoapilla, el de San José Ayuquila y el de San Pedro y San Pablo Tequixtepec.
El Estudio de Arquitectura y Conservación Paquimé, cuenta con siete proyectos activos, entre ellos el del templo de San Bartolomé Apóstol, en San Bartolo Soyaltepec; el de San Juan Teposcolula, la parroquia de San Pablo Tejupam, la parroquia de San Agustín Amatengo, el templo de San Miguel Ejutla.
Este estudio de arquitectos también cuenta entre los proyectos avalados por el INAH los trabajos de restauración de las zonas arqueológicas de Yagul, Lambityeco y Dainzú.
Ernesto Cruz Marques cuenta también con siete registros de proyectos activos, entre ellos el Templo de Santa Catalina de Siena, en Santa María Mixtequilla, las zonas arqueológicas de San José Mogote, Quiotepec San José Yucuita, Guiengola (en Tehuantepec) y Monte Albán.
Las dos empresas y los dos arquitectos concentran el 36% de los proyectos activos en Oaxaca. La mayor parte de las obras en ejecución están fuera del Istmo de Tehuantepec, la zona más afectada por los terremotos.
La Cuarta Transformación y el INAH
La inexperiencia y desconocimiento de los funcionarios de la Cuarta Transformación ha perpetrado a funcionarios que a pesar de no haber entregado buenas cuentas en su labor de atención a los monumentos históricos dañados fueron premiados.
El pasado 4 de diciembre, al anunciar a su equipo de trabajo la secretaria de Cultura federal, Alejandra Fraustro, ratificó en su encargo como director del INAH al maestro en Ciencia Política por la UNAM, Diego Prieto. La permanencia en el cargo del titular significó además un ascenso para el ex director del centro INAH Oaxaca, Joel Omar Vázquez Herrera, quien fue designado como coordinador nacional de los Centros INAH. El antropólogo social, responsable desde 2016 de los monumentos históricos y las zonas arqueológicas de Oaxaca, ha sido responsabilizado en diversas ocasiones por arquitectos y pobladores por las fallas y el aletargamiento del proceso de reconstrucción en los edificios históricos de Oaxaca.
En una entrevista concedida en agosto pasado, el funcionario reportó que 50 inmuebles contaban con avance de obra y 40 concluyeron su restauración o protección, con recursos federales o del Fonden aplicados a través del Instituto del Patrimonio Cultural del Estado de Oaxaca (INPAC).
La mayoría de estas intervenciones, aseveró, fueron menores, “hemos iniciado obra menor porque la realización lleva menos tiempo, donde hemos iniciado es sobre todo en la Mixteca y en Valles Centrales, donde tenemos daños menores de algunos inmuebles, ahí ya hemos iniciado, en el Istmo de Tehuantepec no porque estos 84 puntos tuvieron daños mayores”.
Las críticas a su trabajo surgieron incluso de artistas y gestores culturales que ahora forman parte del mismo equipo del INAH, como la poeta Natalia Toledo, actual subsecretaria de la Diversidad Cultural a nivel federal. Durante el primer aniversario del 7 de septiembre, la artista juchiteca denunció que el INAH mantuvo abandonado el patrimonio cultural de los juchitecos. “Viendo la casa de la Cultura y la iglesia tú ves un símil de lo que somos (en Juchitán), un desastre”, dijo entonces.
Se refería la artista a la inmovilidad en que se mantenían ambos recintos culturales que fueron severamente dañados por los sismos. “A la Casa de la Cultura y la iglesia no le han hecho absolutamente nada, siguen apuntaladas, se supone que ya había un presupuesto”. Las denuncias por la lentitud en los trabajos fueron expresados ante la entonces secretaria de Cultura, María Cristina Zepeda.
Entre la fiesta y el abandono
Aunque de acuerdo con el reporte del INAH, las obras de la parroquia de San Vicente Ferrer, icono arquitectónico y religioso de la ciudad de Juchitán de Zaragoza, fueron adjudicadas a la empresa Lua Sulis S.A. de C.V., las obras han avanzado mínimamente. La obra fue recordada el pasado jueves 11 de abril durante la inauguración del mercado 5 de Septiembre, reconstruido en un esfuerzo conjunto por las fundaciones Citi Banamex, Televisa y Harp Helú.
Durante la presentación de la obra, en la que se invirtieron alrededor de 35 millones de pesos, el empresario Alfredo Harp Helú resaltó que la fundación que lleva su nombre apoya en la reconstrucción de este templo, que aún se mantiene apuntalado, sin iniciar su restauración.
Otros templos que continúan abandonados en esta región son el de San Matías Apóstol, en Matías Romero; el templo de la Soledad, en el Barrio de la Soledad; el de San Nicolás Tolentino, en San Dionisio del Mar; las capillas del Señor de la Piedad y de la Misericordia, en Juchitán.
Asimismo carecen de un proyecto de obra autorizado por el INAH los templos de San Dionisio Areopagita, en San Dionisio del Mar; el de San Francisco de Asís, en San Francisco del Mar; San Juan Bautista, en Guichicovi; el de Santiago Apóstol, en Niltepec; el de San Pedro Mártir, en San Pedro Comitancillo y la parroquia de San Jerónimo en Ixtepec.
