EL UNIVERSAL
Ayer por la mañana llegó una carta firmada por Hugo López-Gatell a la oficina del Presidente. En dicha misiva y en tan sólo dos párrafos, el Subsecretario renunciaba a su cargo, (con carácter de irrevocable), por considerarse a sí mismo un elemento “non grato” para el futuro del movimiento.
Y es que la última argumentación donde López-Gatell afirmó, (en la “mañanera”), que vacunar a un niño implicaba quitarle la opción de inocularse a una persona con auténtico riesgo, le trajo críticas hasta en su círculo más íntimo. Fuentes en su ambiente laboral me revelan que el encargado de manejar la pandemia dejó, intempestivamente, de bromear por todo, como acostumbraba.
Apenas leyó AMLO la carta-renuncia pidió le pusieran a López-Gatell al teléfono. “Estoy enterado de tus intenciones y no las acepto. Tu salida se dará sólo si te llega alguna invitación internacional, de otra manera, te quedas conmigo hasta que termine el sexenio. Imagínate, dejarte ir es similar a reconocer que equivocamos el camino, y no es así”.
Me informan que el Subsecretario tuvo que resignarse, otra vez, a las instrucciones del Presidente, y continuar de esa manera, tolerando el ambiente cada vez más hostil hacia él en su oficina. “No hay personaje más criticado por sus propios compañeros que López-Gatell, es incluso más bulleado que Fernández Noroña dentro de la 4T”.
De hecho, la atmósfera de repudio hacia el encargado de la pandemia recrudeció con el “ascenso” de Claudia Sheinbaum. “Para nadie es un secreto que la Jefa de Gobierno rechaza totalmente a López-Gatell, incluso, desde que se perfiló como la favorita de AMLO, el Subsecretario retiró algunas cosas de su oficina, previendo escenarios”.
La última carta-renuncia de López-Gatell es su tercer intento por dejar el cargo, y no porque considere estar equivocado en su estrategia, en lo absoluto, sino porque sus propios compañeros de Gabinete, (a través de directas e indirectas), incluso frente a AMLO, le conminan a “bajarse” del movimiento.
La condena del impopular Subsecretario por permanecer en la 4T, (hasta que el Presidente quiera), no se compara con la forma en que los mexicanos padecemos sus decisiones y cinismo. Hoy, y lo saben en Palacio Nacional, hay un Jefe y una Jefa, el primero mandará hasta el 2024, y la segunda, si las cosas les funcionan, (y la oposición no se organiza), lo haría después; habrá López-Gatell para rato todavía, lamentablemente.