La justicia iraní anunció este martes varias detenciones por el derribo accidental de un avión ucraniano de pasajeros. Las 176 personas que iban a bordo murieron poco después de despegar de Teherán.
La noticia llegó en medio de un brote de indignación y protestas en los últimos días de iraníes indignados por la caída de la aeronave el miércoles pasado y los aparentes intentos de altos cargos del Gobierno por ocultar la causa del siniestro.
Irán, que en un principio rechazó las acusaciones de que un misil había derribado el avión, admitió -tres días después del suceso- que la Guardia Revolucionaria había tirado la aeronave ucraniana por error.
“Se han realizado extensas investigaciones y algunas personas están arrestadas”, dijo el portavoz judicial Gholam Hossein Esmaili en declaraciones citadas por medios iraníes. El vocero no aclaró cuántas personas habían sido detenidas ni las identificó.
Por su parte, el presidente del país pidió la formación de un tribunal especial para investigar el suceso. “La judicatura debería formar una corte especial con un juez de alta categoría y docenas de expertos”, indicó el presidente, Hasán Ruhani, en un mensaje televisado el martes. “Este no es un caso corriente. Todo el mundo estará mirando a esta corte”.
Ruhani describió el suceso como un error “doloroso e imperdonable” y prometió que su gobierno investigaría el caso “por todos los medios”.
“La responsabilidad recae en más de una persona”, añadió, precisando que los que fueran declarados culpables “deben ser castigados”. “Hay otros también, y quiero que este asunto se exprese con franqueza”, destacó sin ahondar.
Aunque mencionó errores y negligencia, también reiteró la posición del Gobierno de que en definitiva, la tragedia derivó de la agresión estadounidense.
“Fue Estados Unidos quien produjo un entorno agitado. Fue Estados Unidos quien creó una situación inusual. Fue Estados Unidos quien amenazó y nos arrebató a nuestro querido (Soleimani)”, aseguró.
Ruhani explicó que admitir que las fuerzas iraníes habían derribado el avión fue el “primer buen paso”.
Expertos iraníes recuperaron la grabadora de vuelo de la aeronave, conocida como ‘caja negra’, y la enviaron a Francia para su análisis, añadió el presidente.
El avión, que volaba hacia Kiev, la capital de Ucrania, llevaba a 167 pasajeros y nueve tripulantes de varios países, incluidos 82 iraníes, 57 canadienses -incluidos muchos iraníes con doble ciudadanía- y 11 ucranianos, según las autoridades. Había varios niños entre los pasajeros, incluido un bebé.
El general Amir Ali Hajizadeh, responsable de la división aeroespacial de la Guardia, expuso durante el fin de semana que su unidad asumía toda la responsabilidad por los sucedido. Cuando supo que se había derribado el avión, afirmó, “deseé estar muerto”.
Irán derribó el avión mientras se preparaba para una posible respuesta estadounidense a su lanzamiento de misiles balísticos en dos bases iraquíes en las que había tropas estadounidenses estacionadas.
El ataque con misiles, que no provocó bajas estadounidenses, fue en represalia por la muerte en Bagdad de Qassem Soleimani, el general de mayor rango de Irán, mediante un ataque aéreo estadounidense.
El episodio y la falta de transparencia sobre lo ocurrido reavivaron el descontento en Irán contra los gobernantes del país, y en los últimos días se registraron protestas en las calles.
Videos difundidos en internet parecían mostrar a las fuerzas de seguridad empleando munición real y gases lacrimógenos para dispersar protestas.
También este día, la justicia iraní indicó que 30 personas habían sido detenidas en las protestas y algunas ya habían sido liberadas, sin ofrecer más detalles.