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Ingobernabilidad secuestra a la Guelaguetza  

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La Sección 22 de la CNTE, el Frente Popular 14 de junio y la Confederación de Trabajadores de México (CTM), entre otros grupos de presión que viven de la industria del chantaje, a través de la violencia y los actos de presión, han llevado al Gobierno estatal a una crisis de gobernabilidad en el marco de las fiestas del mes de julio

 

Flor HERNÁNDEZ

 

La acumulación de conflictos sociales, así como actos de presión por parte de organizaciones y sindicatos, han llevado al gobierno de Oaxaca a una crisis de gobernabilidad en plenas fiestas de julio.

En los albores del gobierno de Alejandro Murat, las ocho regiones del estado celebran La Guelaguetza entre problemas que se centran principalmente en tres agrupaciones: la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y el Frente Popular 14 de junio.

A su alrededor, grupos que han aprendido la estrategia: movilización- negociación- movilización, también bloquean vialidades y paralizan la actividad económica, entre ellos las gremiales Independiente de Salud y Universitario de Académicos.

Desde el primero de julio a la fecha en la ciudad de Oaxaca y zona metropolitana se han registrado: un enfrentamiento con saldo mortal, desplazamientos de cientos de personas, turistas varados, trabajadores retenidos en las ciudades Administrativa y Judicial, cierres de calles, toneladas de basura en las calles y la explosión de un artefacto casero en un cajero automático.

Aunado a ello, el cierre del Hospital de la Niñez “Guillermo Zárate Mijangos” desde el 7 de julio, e incluso las protestas e inconformidad de las delegaciones de bailarines de Juchitán y Pinotepa que habían quedado fuera de la fiesta, ahondan la crisis.

El gobernador encabezará su primer Lunes del Cerro, en medio de un plantón magisterial, comerciantes y chachacualeros instalados en el Zócalo y una sociedad fastidiada de su entorno.

Aquel 17 de junio, cuando desde el Museo Nacional de las Culturas de la Ciudad de México y anunciaba que este año “a diferencia del pasado, Oaxaca estaba en paz” y La Guelaguetza se llevaría a cabo sin contratiempos, pareciera ser de otro tiempo.

 

Saldo rojo

 

El 3 de julio, pobladores de la agencia municipal “Vicente Guerrero”, perteneciente a la Villa de Zaachila, se enfrentaron contra sus vecinos simpatizantes del Frente Popular Revolucionario 14 de Junio, a quienes habían denunciado de cobrarles derecho de piso y mantenerlos asolados por la inseguridad.

El conflicto escaló de la protesta y cierre de la carretera federal 175 en inmediaciones del basurero, a la quema de más de medio centenar de viviendas y el asesinato de una persona.

Los hechos provocaron a su vez, el desplazamiento de decenas de familias simpatizantes de la organización liderada por Francisco Martínez (a. don Panchito), al zócalo de la capital y posteriormente su reubicación en un albergue.

Y es que, en los últimos siete años, el Frente Popular Revolucionario 14 de junio, no sólo invadió seis hectáreas del basurero municipal de la zona metropolitana, ubicado en la agencia municipal “Vicente Guerrero” de la villa de Zaachila, sino que además sembró el encono social y unió a los habitantes de 33 colonias de la zona en su contra.

En agosto de 2010, un grupo de 400 personas, bajo el pretexto de cancelar el funcionamiento del tiradero a cielo abierto que recibe los desechos de la capital y municipios conurbados, se apoderaron de un predio de seis hectáreas que el ayuntamiento de Oaxaca de Juárez adquirió en 2008 para ampliar el basurero.

La invasión, el crecimiento en número, poderío y abusos por parte del FP-14 de junio, provocó la inconformidad de los habitantes de ese asentamiento urbano que exigían la salida de taxis y mototaxis del Frente de la zona.

La presidenta municipal de Zaachila, Maricela Martínez Coronel, acusa la desatención del conflicto por parte de las autoridades estatales, a las cuales les informó antes de la escalada a la violencia, que la situación que prevalecía en la localidad era alarmante.

En entrevista, señala al secretario ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, José Manuel Vera Salinas –quien durante el sexenio de Ulises Ruiz Ortiz encabezó el desalojo contra los profesores de la Sección 22 del SNTE el 14 de junio de 2006 y que detonó el conflicto político social del cual aún hay secuelas– de haber “reavivado el conflicto”.

Lo anterior debido a que el ex director de Tránsito de Cancún, Quintana Roo, quien fue señalado de ser cabecilla de una red de espionaje en aquella entidad,  solicitó al agente municipal de “Vicente Guerrero”, Francisco Valencia Farías, la reinstalación de los servicios de los mototaxis afiliados a la organización “14 de junio”, días antes del enfrentamiento.

 

Toneladas de basura

 

El conflicto entre los colonos que habitan en inmediaciones del basurero de Zaachila, que concentra los desechos de la ciudad de Oaxaca y municipios conurbados, provocó una severa crisis en la capital por ausencia de servicio de recolección de basura.

Miles de toneladas de desechos fueron enviadas a la ribera del río Atoyac, mientras otro tanto “apareció” en camellones, esquinas y vialidades. La madrugada del 12 de julio, decenas de volteos vertieron basura en el Periférico, ese mismo día se reabrió el tiradero.

Con camisa blanca impecable, arremangada –como lo recomiendan los expertos en marketing político utilizar, pues representa un signo de trabajo—, el mandatario Alejandro Murat llegó a la colonia “El Manantial” el pasado 12 de julio.

El acuerdo de su visita se había agendado un día antes, tras varias mesas de negociación entre el titular de la Secretaría General de Gobierno (Segego), el magistrado jubilado Héctor Anuar Mafud Mafud, la presidenta de Zaachila, los representantes de las colonias, así como el agente municipal de “Vicente Guerrero”.

Cientos de pobladores esperaron al gobernador, quien intentó dialogar con los vecinos para la apertura del basurero, a medias lo escucharon, a medias lo increparon, a medias atendieron los acuerdos.

La visita del mandatario fue breve y seguramente irrepetible. En un principio su presencia, pareció no haber resuelto el conflicto, pero horas más tarde, los colonos anunciaron la reapertura del tiradero municipal y los camiones recolectores reanudaron sus trabajos con el tiempo encima, pues la Guelaguetza está próxima.

 

El magisterio

 

La Sección 22 adherida a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación también salió a mostrar músculo, luego que en el ciclo escolar 2016-2017 se hubiese mantenido la mayor parte del ciclo escolar en sus aulas.

Luego de mantener sitiada la ciudad el 10 y 11 de julio, con diversos bloqueos a la carretera internacional Oaxaca- México 190, en el tramo “Héroes de Chapultepec” y el centro de la capital, los profesores anunciaron una marcha masiva para el 14 de julio y su posterior instalación en un plantón masivo en el Zócalo de la ciudad.

Lo anterior, en demanda para la toma de nota del Comité Ejecutivo Seccional que encabeza Eloy López Hernández, la contratación de normalistas, libertad a presos políticos, el alto en la aplicación de programas de la Reforma Educativa, entre otras.

La advertencia fue respondida por parte de las autoridades, con la instalación de vendedores y una feria en el Zócalo de la capital, sin embargo, la estrategia magisterial mantuvo su curso de “boicot a la Guelaguetza”, como ha sido desde aquel 2006, cuando no se llevó a cabo la Máxima Fiesta de los Oaxaqueños.

 

Expectativas

 

La Secretaría de Turismo del Estado de Oaxaca, calcula que durante el mes de julio, la entidad recibirá 130 mil 782 turistas nacionales y seis mil visitantes extranjeros, registrándose un pico los días previos al 17 y 24 de julio, cuando se celebran los Lunes del Cerro.

La derrama económica esperada es de 310 millones de pesos, así como un porcentaje de ocupación hotelera del 84.13 por ciento.

La presidenta de la Asociación de Hoteles y Moteles de Oaxaca (AHMO), Iris García, rechaza que los conflictos que enfrenta la entidad, hayan repercutido en la cancelación de las reservaciones, por el contrario, afirma, existe un gran interés de los visitantes de obtener boletos para las presentaciones de la fiesta.

“Nos quedamos con ganas de más boletos, tenemos un repunte de la ocupación hotelera e impulsamos una campaña propositiva que enaltece nuestra cultura y actividades, más allá de la problemática”, concluye.

Las adversidades ¿serán superadas por el folklor, las danzas y la Guelaguetza?

 

 

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