Durante su corta gestión al frente de la Universidad Benito Juárez de Oaxaca, “el biche”, como es conocido entre los oaxaqueños, prefirió renunciar al cargo antes de ceder a las presiones del gobierno para negociar con grupos de agitadores, violentar las normas de convivencia o provocar hechos de sangre en la institución
Carlos CERVANTES.
El Licenciado en Administración de Empresas Guillermo García Manzano, o “el biche” como se le conoce en el medio local, fue rector de la Universidad “Benito Juárez” de Oaxaca a partir del mes de diciembre de 1974 al 29 de enero de 1976 cuando presentó su renuncia ante la ola de provocación que se adueñó de la institución y ante las presiones de la Secretaría de Gobernación y del mismo gobierno del estado para que negociara con los grupos violentos especialmente con la Coceo y que se violentara la ley, a lo cual se negó rotundamente y asimismo no dio marcha atrás en la expulsión que acordó en contra de un grupo de provocadores.
García Manzano proviene de una familia de músicos y compositores, su nombre completo es Guillermo Gabino, hijo de don Fernando García Pujol y su esposa la señora Amalia Manzano Trovamala. Sus estudios elementales y parte de la carrera profesional los hizo en la ciudad de México, titulándose como LAE en la UBJ. Su título fue firmado por el rector Lic. Agustín Márquez Uribe y el Secretario General de la Universidad don Manuel Castro Rivadeneyra.
Rector de la UABJO
La elección de rector se llevó a cabo el 11 de diciembre de 1974 en el gimnasio del edificio central donde la asamblea conoció la terna presentada por el consejo universitario que la integraron Guillermo García Manzano, Lic. Marco Antonio Niño de Rivera y el contador Pablo Quiroz Arenaza. La votación fue ganada por García Manzano, mientras que Niño de Rivera quedó en segundo lugar, pero desde entonces tuvo una animadversión enfermiza contra el nuevo rector, puesto que su sueño dorado era ser rector de la Universidad. Al gobernador Zárate Aquino tampoco le hizo mucha gracia el resultado de la elección pues le simpatizaba más otro profesionista para rector. El Licenciado Ignacio Castro Mantecón, último director del Instituto de Ciencias y Artes del Estado, y que se creyó continuaría como rector de la naciente universidad.
Descortesía de Zárate Aquino
Era costumbre que al siguiente día de la elección el rector saliente acudiera a Palacio de Gobierno para presentar al nuevo, por lo cual se hizo presente el LAE Rubén Vasconcelos Beltrán y García Manzano, a quienes don Manuel los hizo esperar un largo rato a tal grado que estuvieron a punto de salirse, pero finalmente los recibió y el saludo fue rápido y muy frío.
Era el mes de diciembre y la universidad carecía de fondos para el pago de sueldos y aguinaldos. Se acostumbraba que cada año el gobierno del estado entregaba por adelantado a la institución varios meses del subsidio estatal para salir del problema. El rector acudió al gobernador Zárate Aquino dándole a conocer la petición y allá el Ejecutivo Estatal se puso a hacer cuentas, como maestro que era, entre lo que recibía la universidad por los subsidios federal y estatal y el número de universitarios que sumaban seis mil en números redondos. Comparó a la comunidad universitaria con la población total del estado y el presupuesto de que disponía el gobierno local de tal manera que “se trata de una universidad rica y un estado pobre”. Le dijo, cortante, que no podía hacer ese adelanto.
Al rector no le quedó más que comunicarse con el titular de la SEP, ingeniero Víctor Bravo Ahuja, para pedirle su apoyo, quien se supone habló con el gobernador y al otro día el Tesorero General del Estado, don Raúl Canela Manzo, le entregó el cheque correspondiente.
El primer incidente violento
Poco después ocurrió otro incidente cuando un camión materialista atropelló a una alumna de la preparatoria y, como consecuencia, sus compañeros se pusieron a secuestrar todos los carros volteo que pudieron encerrándolos en la misma escuela. El gobernador Manuel Zárate Aquino se comunicó con el rector indicándole que tenía que resolver el asunto puesto que los camioneros le comunicaron que irían armados a rescatar los vehículos. García Manzano le contestó que el asunto no era solo de la universidad ya que los preparatorianos también se habían armado con garrotes, piedras y bombas molotov para recibir a los choferes, de tal manera que directamente la rectoría entraría en diálogo con los estudiantes, pero que no garantizaba nada…
Sabiendo que el promotor de la detención de los camiones era Niño de Rivera y otros porros como Nahúm Carreño Vásquez, el rector García Manzano se dirigió directamente a la casa de Niño de Rivera en el barrio de Jalatlaco indicándole que de inmediato debía iniciarse un diálogo para buscar la solución. En ese mismo lugar estaba Carreño Vásquez y otros porros. Finalmente, luego de varias horas de estira y afloja, se llegó al acuerdo con los camioneros para el pago de curaciones y al siguiente día se entregaron las unidades detenidas.
La revuelta política
Cabe señalar que la cizaña de la provocación estaba sembrada en la Universidad desde 1968, había grupos radicales a la caza de cualquier conflicto para desestabilizar, sí como agentes de partidos políticos como el PSUM.
A principios de 1976 ocurrió otro incidente que detonó todo el conflicto ya conocido, cuando un grupo de estudiantes de Leyes, entre ellos José María Yáñez Gatica, hijo del entonces presidente del Tribunal Superior de Justicia, Lic. José María Yáñez Pérez y otros del mismo corte fueron a consumir licores en uno de los bares del portal que se conocía como “De Flores” y se salieron sin pagar, por lo que los dueños pidieron auxilio policiaco, fueron detenidos los correlones y encerrados en la comisaría. El propio rector hizo gestiones para que fueran liberados pero el Procurador de Justicia, Licenciado Montaño Trueba se negó diciendo que habían sido detenidos en flagrancia y que el gobernador pedía aplicar la ley. Los rijosos nunca le perdonaron esta acción al gobernador y fue el detonante para el movimiento de agitación que terminó con la salida no solo del Licenciado Zárate Aquino sino del rector García Manzano a quien acusaban de estar “manipulado” por el Ing. Bravo Ahuja, quien, como titular de la SEP, apoyó a la universidad como nunca construyendo -entre otras cosas-, lo que hoy se conoce como Ciudad Universitaria.
Entrevista con Echeverría
Cuando García Manzano llegó a la rectoría no solo se encontró con que no había para los gastos de diciembre sino con un pasivo con los proveedores de aproximadamente diez millones de pesos. Entonces el Secretario de Educación concertó una entrevista de la representación universitaria con el presidente Luis Echeverría, quien los recibió en Los Pinos y acordó apoyo para el pago de todo lo que se debía y un sustancioso incremento al subsidio federal que era de 19 millones de pesos y lo subió a 38 millones. Además del apoyo necesario para la escuela de Odontología que carecía del mobiliario indispensable y hasta de instalaciones inmuebles.
Después, el Presidente invitó a una comisión de universitarios para que conocieran las “industrias del pueblo” que estaban funcionando en Jalisco ya que algo similar se podría hacer en Oaxaca y que fueran manejadas universitarios a fin de que la institución fuera autosuficiente.
Sin embargo, la provocación de los grupos acelerados por partidos políticos de todas las tendencias y por politicones ambiciosos, dio al traste con todos esos planes. Hubo un grillo priista que quería ser uno de los gobernadores jóvenes al gusto de Luis Echeverría Álvarez, como había ocurrido recientemente en Sonora donde don Luis Echeverría impuso a su delfín Armando Biebrich, por lo que se tuvo que modificar la constitución de ese estado pues el joven no cumplía aun la edad requerida. En Oaxaca se podría hacer lo mismo, pensaba el oportunista. Sin embargo, el grillo oaxaqueño no concretó logró entonces su propósito aun cuando inyectó recursos para la provocación contra Zárate Aquino, pero lo logró años después cuando ya no era tan joven y entonces los oaxaqueños vimos con sorpresa que aquellos jóvenes que propiciaron la subversión fueron nombrados funcionarios.
La renuncia del rector
García Manzano siempre sostuvo que su renuncia fue porque no quiso violentar las normas de convivencia y tampoco provocar hechos de sangre. Por ello se mantuvo firme pese a la recomendación de la Secretaría de Gobernación y del gobierno del estado para que reconsiderara las expulsiones de los porros y que se mantuviera en el cargo, previo acuerdo con los grupos…
La maestra Arcelia Yañiz en su libro “Oaxaca de Mis Amores” dice en la página 294 en relación a García Manzano, lo siguiente: “De una familia muy oaxaqueña cuyo pivote fue el magnífico músico, su abuelo, don Gabino García Aranda, Guillermo lleva en su sangre los genes de la música, y al venirse a radicar en Oaxaca lo primero que ideó fue formar una estudiantina. Cubrió una parte noble de la música. Sus dotes predominantes han sido la oratoria, la investigación y, desde luego, la música.
“Guillermo en el campo artístico, político y cultural ha invertido gran parte de su vida, y me refiero al pasado cuando fue el organizador de los actos conmemorativos de los 450 años de que la Villa de Antequera fue elevada al rango de ciudad. En ese evento destacó todas sus argucias para que tuviera relieve tan notable acontecimiento.
“Algo muy importante que demuestra su carácter: no lograron abatirlo amenazas, hasta de muerte, que sufrió en carne propia por no sumarse a intereses bastardos de varios grupos políticos, lo que denota que es de convicciones arraigadas…”
Los hechos de provocación en la universidad ya han sido juzgados por la historia reciente y hoy quisimos mencionar otros aspectos que estaban en el polvo del olvido, sin tratar de calificar o descalificar, algo que ya ha juzgado la sociedad de Oaxaca.
