El ejecutivo español destituyó este viernes al presidente catalán Carles Puigdemont y a todo su gobierno y convocó elecciones regionales para diciembre, después de que el parlamento de Cataluña proclamara una república independiente, decisión rechazada por la comunidad internacional.
En una breve alocución, el jefe del gobierno conservador, Mariano Rajoy, anunció el «cese del presidente de la Generalitat (gobierno catalán), del vicepresidente y del resto de miembros del gobierno», cuyas funciones serán asumidas por los ministerios equivalentes.
También anunció la disolución del parlamento catalán y la convocatoria de elecciones para el próximo 21 de diciembre. «Creemos que es urgente devolver la voz a los ciudadanos catalanes, a todos», afirmó.
Horas antes había obtenido el permiso del Senado para aplicar el artículo 155 de la Constitución, que le extiende poderes para intervenir la autonomía de una región con tal de preservar la unidad del país.
Los independentistas que dirigen Cataluña culminaron este viernes el largo pulso entre Madrid y Barcelona con la proclamación en el parlamento regional de una República, recibida con júbilo por miles de manifestantes en la capital catalana y otras partes de la región.
El pulso se inició en plena recesión económica en España, a partir de 2010, aunado con las históricas reivindicaciones de más autogobierno del nacionalismo catalán. La cuestión independentista, sin embargo, causa profunda división en la sociedad.
Esta fractura apareció claramente en el hemiciclo del parlamento cuando gran parte de la oposición abandonó sus escaños para no participar en la declaración de la independencia.
«Constituimos la República catalana, como Estado independiente y soberano, de derecho, democrático y social», afirma la resolución aprobada con 70 votos a favor sobre 135 de la cámara.
Libres, al fin
La declaración fue celebrada con alegría, abrazos y champán por unas 15.000 personas reunidas cerca del parlamento. «Nos ha costado tanto llegar a este momento», dijo Judith Rodríguez, una trabajadora social de 38 años con lágrimas en los ojos.
«Estoy muy emocionada, muy contenta, de por fin ir hacia adelante y construir una república, un país nuevo», declaró a la AFP.
La fiesta siguió por la noche en las plazas de varias ciudades como Barcelona, Gerona y Tarragona, para celebrar su «República».
Algunos aseguraban desde que no se dan por aludidos por la convocatoria electoral del 21 de diciembre.
«Que voten ellos. Ahora nosotros somos un país», dijo a AFP Gabriel Cárdenas, un informático de 26 años, en la plaza Sant Jaume de Barcelona.
Los sondeos apuntan a un resultado similar al de los comicios regionales de 2015, que dieron mayoría absoluta a los partidos separatistas.
Devolver Cataluña a la ley
Pero en Madrid las autoridades se movieron con celeridad para responder a este desafío desde uno de los motores del país, con un 16% de la población y cerca del 20% del PIB español.
La fiscalía general española anunció una querella contra Puigdemont por presunta rebelión, pasible con hasta 30 años de prisión, y Rajoy reunió rápidamente a su gobierno una vez obtenida la autorización del Senado.
Además de la destitución del gobierno y las elecciones, su ejecutivo también decretó cerrar la red de embajadas abiertas por el gobierno regional para promover su causa y destituir al director de la policía regional, los Mossos d’Esquadra, que cuenta con unos 16.000 agentes.
«No se trata de suspender la autonomía, sino de devolverla a la ley y a la concordia», dijo Rajoy.