Permitir la violencia en agravio de las mujeres en todas sus modalidades por parte de la Fiscalía General del Estado ha llevado a que día a día, los asesinatos y feminicidios sean más comunes; organizaciones feministas y sociedad en general lanzan un grito de desesperación, impotencia y coraje: “ni una más” y exigen justicia para las decenas de mujeres que han sido privadas de la vida en los últimos años, cuyos crímenes permanecen en la impunidad
“Nos hemos encontrado muchos casos, en lo que, el o los feminicidas, intentan aparentar un robo violento, un ajuste de cuentas o incluso, un suicidio (…) se debe indagar a fondo”
Agente estatal de investigaciones
“Más allá de la aprehensión de los probables responsables, es necesario conocer el porcentaje de personas sentenciadas en la actual administración”
Angélica Ayala Ortiz
GESMujer
“Hacemos un llamado urgente a las autoridades municipales, estatales y federales para que realicen acciones contundentes que prevengan y sancionen la violencia contra las mujeres”
Consorcio Oaxaca
Yolanda PEACH
El mensaje que emite la Fiscalía General del Estado a los feminicidas es muy claro: permisibilidad al delito. Las cifras de violencia aumentan y los resultados de justicia son nulos.
En Oaxaca, los asesinatos en agravio de las mujeres son cada vez más violentos, y lo más grave: más comunes. Víctimas baleadas en las calles, sin importar la hora. Bebés atacadas en su hogar, adolescentes ultimadas y degradadas.
Al Estado le ha fallado el combate a la violencia en todos sus rubros, como laboral, familiar, sexual. Al permitirlo, es una forma de autorizar el feminicidio. No hay mensaje a los agresores. Existe mucha violencia tolerada. Una espiral que acaba con muchas vidas.
VIOLENCIA PERMANENTE
Una joven de 25 años fue baleada el pasado 3 de diciembre cuando descendía de un auto compacto, en Xoxocotlán; dos hombres que viajaban en una motocicleta le dispararon; sobrevivió con una herida de bala en el tórax.
Otra mujer a la que le calcularon 30 años de edad, fue baleada en calles del centro de Miahuatlán cuando se dirigía a su trabajo; murió en el lugar.
Rosalba, de 48 años, fue atacada por su pareja cuando atendía un puesto de hamburguesas en la agencia Aguayo, Xoxocotlán. Testigos refieren que su marido se embriagaba, discutió con ella y la agredió. Murió apuñalada.
Lorena, de 26, fue asesinada con un tabique en un negocio de Ocotlán. Su cuerpo semidesnudo lo encontraron en la entrada de una tabiquera. Indagaban si sufrió un ataque sexual.
En el rancho Las Flores, de San Felipe Jalapa de Díaz, encontraron a una mujer con signos de ser baleada. Aseguran que tenía tiempo de que había abandonado a su marido.
Una mujer fue alcanzada, en calles de la colonia Vista Hermosa, en Santa Rosa Panzacola, por su pareja sentimental, quien viajaba a bordo de una motocicleta; tras discutir a un costado de la capilla, el hombre la golpeó y le disparó; la víctima sobrevivió al ataque y fue hospitalizada. Casos que ocurrieron en un lapso de una semana.
La falta de profesionalismo de la Fiscalía es una de las causas de la impunidad en los feminicidios.
“Poco apego al protocolo del delito, falta de cultura de la denuncia y la permisibilidad a la violencia de género de las autoridades, empoderan a los agresores”, aseguró una juez penal, quien pidió omitir su nombre.
Puntualizó que a la Fiscalía le falta realizar sus investigaciones de feminicidio con visión de género, psicología y antropología social.
“Deben investigar los feminicidios con visión de género, indagar actos de violencia o maltratos previos, patrones culturales de manera genérica que puedan conducir a un feminicidio. El origen del problema no es que sea mujer, sino el entorno en lo que se desarrolla”.
El pasado viernes 4 de diciembre, dos hombres armados ingresaron al negocio Lupita, lavandería y Tintorería, en San Antonino Castillo Velasco, asesinaron a la dueña e hirieron a su hijo.
Uno de los hombres empuñó la pistola, se dirigió hacia la mujer, quien atendía el negocio acompañada de su hijo, y le disparó al menos en cinco ocasiones, para enseguida, salir y huir con su cómplice a bordo de una motocicleta.
“Nos hemos encontrado muchos casos, en lo que, el o los feminicidas, intentan aparentar un robo violento, un ajuste de cuentas o incluso, un suicidio (…) se debe indagar a fondo”, confió una agente estatal de investigaciones.
“El descartar que se trate de un feminicidio, es labor del fiscal a cargo, previo a eso, ya debimos enviarle las evidencias que se hallaron. No se puede, desde un primer momento, aseverar que no se trata de este tipo penal”, agregó.
La agente admitió que el fiscal ha invertido más en su propia imagen, antes que en cubrir las carencias que tiene la dependencia o en la capacitación del personal.
“Le importa más el culto a su imagen, nunca se ha preocupado por atender nuestras peticiones para realizar un trabajo más profesional, invertir en equipo, capacitación”, indicó.
También advirtió que falta mucho apoyo de la sociedad, pues, en la mayoría de los casos, prefieren no atestiguar por temor a represalias, “al tratarse de un sistema oral, se dificulta un poco, falta más difusión sobre el tema”.
OPACIDAD EN LA INVESTIGACIÓN
Sólo tenía seis meses de edad cuando la bebé fue asesinada. Se logró establecer que su padrastro, quien llegó bajo los influjos de alguna droga la ultrajó el pasado 3 de abril, la golpeó con saña y la asfixió.
Se inició la investigación como homicidio. Colectivos de feministas lograron que se tipificara el feminicidio infantil.
La diferencia entre un homicidio doloso de mujeres y un feminicidio es abismal.
Tan sólo en lo que va del 2020, de enero al 31 de octubre, la Fiscalía General del Estado sólo reconoce 25 feminicidios, de éstos, dos de niñas menores de 11 años y una adolescente, 73 los considera homicidios dolosos de mujeres, cuatro niñas menores de 11 años, dos adolescentes y 67 adultas, es decir, 98 asesinatos en los que las víctimas son mujeres.
Un perito médico forense explicó que, en los feminicidios, deben intervenir profesionistas de la medicina forense, fotografía, química, dactiloscopia, genética forense, criminalística, en ocasiones balística, incendios o explosivos, aparatos electrónicos, computación, informática, redes sociales y cuando no hay tejidos, especialistas en antropología y odontología.
“Con este sistema penal estamos obligados a ser más exigentes, más eficaces y de mayor profesionalismo, ya que, al existir mayor dificultad para demostrar las evidencias en el dictamen, debemos ser más precisos”.
El médico legista detalló que existen diferencias en los exámenes médicos entre un homicidio doloso en agravio de una mujer y un feminicidio, ya que éste último tiene un rango muchísimo más minucioso.
Explicó que se describen todas las heridas, se establece una hora más precisa de la muerte, se hace una cronología de las lesiones, así como una revisión ginecológica, tomando diversas muestras para un análisis químico o más especializado.
Añadió que muchas veces, al tirar los cadáveres en las carreteras o esconderlos en lugares inaccesibles, tienen también lesiones motivadas por la fauna cadavérica o animales rapaces, ya que el feminicida intenta borrar evidencias.
El problema real, indicaron distintos grupos de feministas, es que, aun cuando el protocolo señala que todas las muertes de mujeres deben investigarse como feminicidios y después descartar, en la práctica no se hace así.
Investigar un feminicidio va más allá de un crimen común, se tiene que indagar la vida de la víctima, el entorno social, familiar y sentimental para poder demostrar la misoginia.
“La mayoría de los casos, los feminicidas eran el esposo, el novio, el amante, mantuvieron en algún momento una relación sentimental con el victimario”, aseguró la agente estatal de investigaciones.
CIFRAS AL ALZA
A María Concepción, de 17 años, la quemaron viva con su bebé, de 2 años, en Ejutla de Crespo.
La adolescente salió con su hijo al mercado. Se estableció que antes de ser incinerados, los torturaron.
Consorcio Oaxaca, organización feminista, advirtió que la violencia misógina y machista contra las mujeres y niñas se incrementa de manera preocupante en la entidad.
Los datos que compartió refieren que 85 por ciento de las desapariciones de mujeres en 2020 (332 casos) han ocurrido dentro del periodo de pandemia, es decir del 21 de marzo de 2020 a la fecha. El 69 por ciento del total de feminicidios registrados en el año (97 casos) son del mismo periodo.
Realizaron, mediante un comunicado, un llamado urgente a las autoridades municipales, estatales y federales para que realicen acciones contundentes que prevengan y sancionen la violencia contra las mujeres.
El recuento que hizo GESMujer apuntó que son 483 mujeres y niñas asesinadas de manera violenta durante la actual administración, 266 desde la Declaratoria de Violencia de Género, 98 en lo que va del año.
Angélica Ayala Ortiz, presidenta de la organización, consideró urgente evaluar los resultados de las instancias de administración y procuración de justicia, “más allá de la aprehensión de los probables responsables, es necesario conocer el porcentaje de personas sentenciadas en la actual administración”.
Afirmó que evaluar la problemática, permitirá a las instancias identificar las áreas de atención, necesidades de capacitación y fortalecimiento, así como las prácticas relacionadas con la corrupción. “La impunidad es un problema grave, que ha llevado a la denuncia y exigencia pública de las familias de las víctimas, a las que cada día se suman más voces demandando justicia”.
Advirtió que evaluar, sancionar y tomar decisiones acordes por la falta de resultados de prevención, atención y sanción de la violencia hacia las mujeres, es un tema pendiente de la actual administración. “481 mujeres y niñas asesinadas de manera violenta es un doloroso costo social, pues cada una de ellas representa el fracaso de una política pública que no pudo salvaguardar su vida y aún más se agrava con los elevados niveles de impunidad”.
