Pedro de León Mojarro
En días pasados el CONEVAL presentó el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2014, cumpliendo con un ejercicio que acertadamente se ha institucionalizado en México y que representa un mecanismo de rendición de cuentas y un insumo indispensable para analizar el camino andado y replantear el rumbo en los indicadores que no han alcanzado los avances esperados.
Antes de mencionar algunos de los avances y retos más relevantes de acuerdo con el informe, creo que no está de más señalar que la política social del presente sexenio marca diferencias claras con lo que se había hecho anteriormente en la materia. Entre otras cosas, tomó como eje un enfoque de derechos (Política Social de Nueva Generación) que se aleja del sesgo asistencial; busca la coordinación interinstitucional y entre niveles de gobierno, así como la incorporación de las comunidades como actores fundamentales, a través de los comités de participación.
Ya no se trata de “dar el pescado”, sino de enseñar a pescar. En esta tónica, el presidente Enrique Peña instituyó como uno de los ejes transversales del Plan Nacional de Desarrollo la democratización de la productividad, y en el eje México Incluyente se han dado pasos importantes para promover la inclusión productiva, lo que se expresa con toda claridad en el nuevo Prospera.
Rogelio Gómez, ex titular de Oportunidades, señala a partir de una reflexión en torno al informe de CONEVAL que “hace falta un cambio de enfoque que priorice los derechos sociales mediante una política de seguridad social obligatoria que cubra a toda la población y una política de productividad y mejora del ingreso de todos los hogares”.
Sus dos planteamientos están consignados así:
1) Está aprobada en lo general la Ley de Pensión Universal para las personas adultas mayores y el Seguro de Desempleo.
2) Prospera ahora está enfocado esencialmente al desarrollo de capacidades productivas de los beneficiarios.
Este cambio obedece a la intención de romper de manera efectiva con el ciclo intergeneracional de la pobreza evitando que las familias permanezcan sujetas a un subsidio gubernamental y generando la posibilidad de que tengan un ingreso autónomo y permanente.
Avances
El informe de CONEVAL señala que se ha avanzado en:
1) La adopción de indicadores como eje articulador de la política social.
2) La integración de la vertiente productiva a los programas sociales.
3) La institucionalización de la evaluación y monitoreo.
4) La organización comunitaria, que cuenta ya con 60 mil 493 comités comunitarios de la Cruzada Nacional Contra el Hambre.
Retos
También registra CONEVAL que falta avanzar en:
1) La coordinación interinstitucional.
2) La calidad de los servicios (el de salud tiene especial relevancia).
3) La integración de un Padrón Único de Beneficiarios, pues aunque se ha avanzado en las dependencias a nivel federal, aún queda mucho por hacer para lograr un padrón homologado con los tres órdenes de gobierno y validado socialmente desde las comunidades y colonias.
4) La simplificación de las reglas de operación formal, que en muchos casos representan una traba para que la población en condición de pobreza pueda tener acceso a los apoyos de los programas.
Tenemos que trabajar mucho todavía para lograr las metas. Sin embargo, en un balance general, es claro que hay avances significativos en la Política Social de Nueva Generación. Un ejemplo claro son los más de 3.5 millones de mexicanos que comen mejor, pero no sólo eso.
Y si usted, lectora, lector querido, no tienen inconveniente, muchas gracias por sus amables comentarios y aportaciones, nos leemos el próximo jueves.
P.D. Rosario Robles: “La política social y la política económica tienen que caminar juntas; no pueden ir separadas, no pueden ir divorciadas”. Evidentemente un crecimiento en el empleo automáticamente disminuye la pobreza.