Una investigación hecha en 2017 por la Dirección de Vinculación Institucional y Evaluación de delegaciones de la dirección general del IMSS concluyó que en hospitales y clínicas de esa institución en Oaxaca persisten todos los males, desde desabasto y robo hormiga de medicamentos, ausencia laboral, falta de coordinación entre las áreas médica y administrativa, deficiencia en las rutinas básicas de limpieza, incumplimiento en el pago oportuno a proveedores, hasta el atraso tecnológico, entre otras deficiencias que repercuten en la atención a los derechohabientes y la exposición de personal y pacientes a contagios ante la falta de higiene
Flor Hernández
El desabasto y robo hormiga de medicamentos en las clínicas y hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Oaxaca, son solo la punta del iceberg de decenas de irregularidades detectadas por la “Dirección de Vinculación Institucional y Evaluación de Delegaciones”, a través de un diagnóstico efectuado a la entidad en 2017.
De acuerdo con el informe –que obra en poder de este medio–, “las diferencias de inventario en farmacia, así como la salida de medicamentos por receta colectiva con números que no existen”, pusieron el alerta al organismo.
Sin embargo, entre las “dolencias” también se registra ausencia laboral, incumplimiento en el pago oportuno a proveedores, instalaciones con poca higiene, sobreproducción de Residuos Peligrosos Biológico Infecciosos (RPBI), entre otras anomalías.
Principales males
La falta de coordinación entre área médica y administrativa para el análisis de las dotaciones de medicamentos y prescripción razonable, han causado que se dote de fármacos a los pacientes sin que exista un control.
“La falta de vigilancia en medicamentos de uso hospitalario, hace posible que se surtan recetas para dos o más meses para el mismo paciente en el área de farmacia”, señala el documento.
Y más aún, resalta que en las áreas destinadas al despacho de medicamentos se registra un desapego a los procesos administrativos, de tal forma que los responsables de las mismas “no capturan la demanda no atendida, ni tampoco realizan el registro al momento del surtimiento y menos aún dan de alta a los pacientes de transcripción”.
Para abatir las problemáticas, el organismo implementó el “Plan de mejora”, en el que contempla solicitudes extraordinarias de claves de fármacos agotados, además de compra emergente en caso de desabasto, esto para abatir el “bajo nivel de inventario en medicamentos y material de curación”.
Y es que en las mediciones efectuadas se estableció que el “Nivel de congruencia de consumo de materia de curación, entre la planeación y las necesidades atendidas en 2017” fue de apenas el 19 por ciento, mientras que la meta es mayor o igual al 80 por ciento.
Lo anterior implica que las personas que realizan las previsiones anuales respecto a las necesidades, calculan menos de un 20 por ciento del material que habrán de utilizar médicos y enfermeras para dar atención a los pacientes.
En el rubro de “conservación” de instalaciones, el análisis efectuado diagnosticó una “deficiente realización de rutinas básicas de limpieza”, por lo que se acordó llevar a cabo supervisión semanal en los hospitales generales, específicamente en el área de sanitarios.
“El aseo en baños de uso público es inadecuada principalmente en las Unidades de Medicina Familiar (UMF) uno y 38. El suministro de insumos para lavado de manos es inadecuado, con deficiencias en el abastecimiento de jabón líquido, así como falta de dispensadores”, recalca el documento.
Lo anterior, pese a que el simple hecho de lavarse las manos implica la reducción de enfermedades contagiosas como las respiratorias e intestinales. Inclusive, en situaciones de contingencia, el Sector Salud activa protocolos que hacen énfasis en el aseo de manos.
El análisis de la Dirección también revela que “las principales deficiencias de limpieza están en servicios de hospitalización del nosocomio general de zona, así como en salas de espera y consultorios de la UMF número 38”.
Lo anterior se puede constatar con un recorrido en dichas clínicas, donde las envolturas de jeringas, material de curación y medicamentos son desechados por personal de atención en el piso y no en los botes correspondientes.
Respecto a servicios generales, los supervisores observaron un inadecuado manejo de punzocortantes y bolsas rojas en el Hospital General de Zona (HGZ) número uno, por lo que las agujas de jeringas y sueros no son dispuestas de manera adecuada.
A lo anterior se suma el incremento en la generación de RPBI en el HGZ ante ello, la Dirección de Evaluación implementó la medición mensual de estos desechos, debido a que el costo para su procesamiento representa un gasto elevado para la institución.
El ausentismo laboral por parte de personal es otro problema para el IMSS en Oaxaca, ya que no se ha logrado una referencia respecto a la ausencia no programada en el nosocomio central de la entidad.
Las inasistencias “continúan por arriba del índice por pases particulares en categorías de atención directa al derechohabiente”, de tal forma que la cancelación de citas o irrupción del tratamiento para los usuarios es una realidad detectada por las autoridades.
El mecanismo a través del cual se pretende resolver este malestar permanente para los usuarios de los servicios, consiste en “la difusión entre el personal, de las repercusiones que genera el ausentismo en la atención de los pacientes, así como daño a sus propios intereses económicos”.
El informe también pone en evidencia la “falta de cumplimiento en el pago oportuno a proveedores y prestadores de servicios”, esto en el área de Finanzas del IMSS.
Las irregularidades de este departamento delegacional se amplían al “informalidad del procedimiento para la expedición de dictámenes de disponibilidad presupuestaria para la adquisición de bienes y contratación de prestación de servicios de cualquier naturaleza y su enlace por modificación a contratos”.
Así como la “carencia de seguimiento a la actualización del numeral marcado de bienes muebles capitalizables y no capitalizables”.
“Las enfermedades” que padece la delegación Oaxaca se amplían también al sistema de informática, en el que se detectó que impera el desuso del expediente médico electrónico, lo anterior, pese a que desde 2012, el Instituto Mexicano del Seguro Social anunció la implementación de esta medida.
De tal forma que a lo largo de casi seis años, el IMSS no ha concretado el uso de este instrumento, ni tampoco ha logrado cambiar las máquinas de escribir por computadoras en algunas de sus áreas, lo que repercute en la baja expedición de recetas e incapacidades electrónicas.
Ante ello, la Dirección de Evaluación acordó supervisar el funcionamiento de la infraestructura de Tecnologías de la Información, e inclusive establecer un ordenamiento de cables de red, para lo que se contratará mantenimiento en este año.
Los “dolores” de la institución llegan a la falta de integración de un grupo de trabajo de control interno, el cual permita llevar a cabo evaluaciones periódicas respecto al uso de los recursos públicos, así como de los procedimientos adecuados.
La delegación Oaxaca del IMSS durante 2017 registró múltiples malestares que entorpecen la atención de los derechohabientes en rubros que van desde el surtimiento de recetas, falta de continuidad de sus tratamientos por ausencia de médicos, exposición a contagios ante bajos niveles de higiene, entre otros.
Con medidas que se asemejan a los medicamentos para tratar dolores de cabeza, el IMSS pretende darle solución a una enfermedad crónica que aqueja no sólo a sus instalaciones, sino principalmente a sus trabajadores.