En Oaxaca, la premisa es sencilla: si la gravedad depende del número de contagios confirmados y el número de contagios confirmados depende del número de pruebas, hay que hacer menos pruebas. Así, de sencillo, luego de que se desvaneciera el reporte del “milagro oaxaqueño”, las autoridades de salud en el estado han puesto en marcha una nueva estrategia para disfrazar la pandemia: hacer menor pruebas de detección de casos de Covid-19, para generar una percepción de que los contagios están controlados en la entidad
Alonso PÉREZ AVENDAÑO
Tras el fracaso del “milagro oaxaqueño” para hacer creer que la pandemia estaba controlada y que los casos de coronavirus cayeron más del 40% en la primera quincena de julio, los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) han implementado una nueva estrategia para falsear la realidad y reportar ante el gobierno federal menos casos de contagios: disminuir en casi 50% el número de pruebas de detección del virus.
Un análisis estadístico realizado por Real Politik muestra que de junio a agosto el número de pruebas aplicadas por los SSO ha caído drásticamente, al pasar de 6,272 en julio a 3,332 en agosto, 46.8% menos. En promedio, durante junio cada día se realizaron 211.6 pruebas, en agosto solo 123.41.
Así, con esta estrategia, con menos pruebas, los números de casos confirmados de coronavirus en Oaxaca han caído más de 70% entre junio y agosto. En junio, hubo 4,578 casos confirmados, en julio 4,589 y, hasta el 27 de agosto, 1,360. La cifra del último mes representa el 29% de los casos reportados en julio, el peor mes para Oaxaca en lo que va de la pandemia.
Parte de esta estrategia implica ignorar a los pacientes ambulatorios con síntomas y hacer pruebas únicamente a aquellos que requieren hospitalización. Las pruebas, de acuerdo con el secretario de Organización de la Sección 35 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSS), Carlos Alberto Pérez Bautista, se están guardando. “No hay pruebas ni si quiera para las personas que ya tienen síntomas, el mecanismo por el cual se están tomando ahorita las pruebas de Covid-19 es para pacientes que están hospitalizados”, subraya.
OAXACA, EXPUESTO POR LÓPEZ-GATELL Y ALFARO
Hasta el 15 de julio, el Gobierno del Estado había entregado cifras a la Secretaría de Salud federal que exponían que el número de contagios diarios promedio disminuyó 40% respecto al mes anterior. Durante junio, de acuerdo con las estadísticas oficiales, se reportaron 4,578 casos, en promedio 2,289 cada 15 días; para la primera quincena de julio había reportados solo 1,360, 929 menos que en cualquiera de las quincenas de junio. Estas cifras indicaban que en Oaxaca había ocurrido un “milagro” y la pandemia del coronavirus iba disminuyendo.
Sin embargo, días antes, el viernes 10 de julio, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, denunció públicamente que las estadísticas otorgadas por los gobiernos de los estados presentaban inconsistencias que impedían establecer en cuáles regiones del país había un grado máximo de contagios.
Oaxaca estaba entre los once estados que reportó “caídas” de más de 40% en el número de contagios de coronavirus, no obstante, el gobernador Alejandro Murat fue uno de los únicos que no replicó las declaraciones del funcionario federal.
“Se lo dije al presidente ayer. Yo ya no puedo con Gatell. Él tiene unas cifras que no sé de dónde saca”, fue una expresión del 17 de julio del gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández. El estado del que es oriundo el presidente Andrés Manuel López Obrador fue el que mayor caída reportó de casos de coronavirus, pues para la primera quincena de julio había 85.5% menos contagios respecto a junio.
Tras la denuncia pública de López-Gatell, Oaxaca rectificó su postura y cerró los reportes de contagios de coronavirus de julio apenas con un ligero incremento. En junio se reportaron 4,578 casos y en julio once más, 4,589. Sin embargo, 3,229, el 70% de los casos se registraron durante la segunda quincena del mes, después del reporte del “milagro oaxaqueño” que se había desvanecido.
Las incongruencias de las estadísticas oficiales fueron denunciadas también por varios gobernadores de Acción Nacional, a través de su vocero Francisco Domínguez Servién, mandatario de Querétaro; y de Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco que el pasado 3 de agosto acusó que hay de parte del gobierno federal un uso político del semáforo epidemiológico. En su acusación, involucró al estado de Oaxaca que, dijo, tenía perores estadísticas de contagios y casos acumulados y que sin embargo estaba en color naranja a diferencia de su estado, que seguía en rojo.
“Éste es el semáforo que acaba de aprobar el gobierno federal, pone a Jalisco en rojo, junto con otras 15 entidades y 16 entidades en naranja. Jalisco aparece en rojo según la Federación, según el subsecretario López-Gatell, sin poder explicar de dónde salen los criterios para tomar esta decisión, déjeme explicarles por qué estamos en contra de este semáforo”, expresó en un video.
Con gráficos, Alfaro Ramírez expuso a las entidades que habían avanzado en el semáforo a pesar de tener peores estadísticas.
“Son las entidades federativas que el semáforo de López-Gatell puso en naranja cuando a nosotros nos puso en rojo, todas éstas que ven en naranja están peor que Jalisco en el primer indicador que es tasa de incidencia acumulado, Jalisco está aquí luego Querétaro, Morelos, Oaxaca, Aguascalientes… todas éstas tienen una mayor tasa de casos acumulados que Jalisco”, expuso. Oaxaca además estaba peor en otros indicadores como casos activos por cada 100 mil habitantes y disponibilidad hospitalaria.
MILAGRO DESVANECIDO,
A DESAPARECER PRUEBAS
Destruido el “milagro oaxaqueño”, los Servicios de Salud de Oaxaca idearon una nueva estrategia para obligar a las estadísticas a decir que la pandemia está disminuyendo. La premisa es sencilla: si la gravedad depende del número de contagios confirmados y el número de contagios confirmados depende del número de pruebas, hay que hacer menos pruebas. Así lo ha hecho el gobierno de Oaxaca, que sigue una nueva estrategia para desaparecer los casos de coronavirus.
Como ya se refirió, en julio Oaxaca reportó ante la Secretaría de Salud federal 4,578 contagios confirmados de coronavirus; para julio subieron a 4,589; en agosto, la cifra reportada hasta el día 27 fue de 1,897, que representa solo 41% de los del mes anterior. ¿Está disminuyendo la pandemia en Oaxaca? Fuentes consultadas niegan esta posibilidad. ¿Cómo se explican entonces estos números?
Cada vez se hacen menos pruebas.
En junio, los Servicios de Salud de Oaxaca realizaron 6,348 pruebas de detección de coronavirus, 211.6 diarias en promedio; la cifra disminuyó ligeramente en julio, cuando en total se realizaron 6,272, 202.3 diarias. En los 27 días en los que se han reportado cifras reflejadas en la plataforma https://coronavirus.gob.mx/datos/ suman 3,332 pruebas para detectar Covid-19 123.41 diarias. El número es apenas el 53% de las que se realizaron en julio. Ésta es la nueva estrategia del gobierno de Oaxaca para desaparecer el coronavirus. La decisión, es una consigna.
NO HAY PRUEBAS, CONFIRMA SINDICATO
“En este momento no hay pruebas ni si quiera para las personas que ya tienen síntomas, el mecanismo por el cual se están tomando ahorita las pruebas de Covid-19 es para pacientes que están hospitalizados, ni si quiera hay pruebas para trabajadores que vayan a regresar a trabajar, no hay pruebas en este momento”, señala el secretario de Organización de la Sección 35 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud (SNTSSa), Carlos Alberto Pérez Bautista.
La denuncia del representante de los trabajadores de salud se dio frente a la exigencia del gobierno estatal para que el personal médico y administrativo adscrito a los Servicios de Salud de Oaxaca y que se encuentra confinado desde los últimos días de marzo volviera a laborar a más tardar el 15 de agosto.
La primera condición que expuso el sindicato de salud, realizar pruebas de coronavirus a los 5 mil trabajadores que, amparados en un decreto presidencial, se ausentaron de sus labores por presentar comorbilidades que pudieran poner en riesgo sus vidas en caso de contraer coronavirus, no se cumplió.
“Cumplir con esta condición, garantizar que haya cuando menos 5 mil pruebas para los trabajadores que van a regresar va a ser complicado para los gobiernos estatal y federal y si no se cumple no estamos dispuestos a regresar, nosotros tenemos pruebas de que los casos están aumentando, los hospitales están saturados, hay muchos médicos, enfermeras y administrativos contagiados y vamos a complicar más las cosas si el gobierno insiste en que regresen a laborar los trabajadores”, señala.
DESCONFIANZA EN LOS SSO
Las estadísticas reportadas por los Servicios de Salud han sido cuestionadas también por diversas autoridades municipales de diversas regiones. Un caso es el de Ixtlán de Juárez, donde a pesar de que los SSO señalan que hay solamente tres casos positivos, las autoridades municipales han atendido al menos a nueve personas con diagnóstico confirmado. Asimismo, los SSO reportaron un deceso del cual no existen reportes en el municipio.
“Llegamos hasta nueve casos, son personas que se han hecho estudios en laboratorios privados, pero en la plataforma solo hay tres y un deceso, eso causó mucha controversia, no existió, por eso dejamos de basarnos en los reportes de Salud y generamos nuestra estadística comunitaria”, señala Joel Gonzalo Méndez Rincón, secretario municipal de Ixtlán.
También autoridades de otros municipios de la Sierra Norte y del Istmo han reportado un subregistro de casos además de que han registrado decesos en municipios de origen de los pacientes a pesar de que no eran sus lugares de residencia.
