El Vaticano expresó el lunes su “grave consternación” por la suerte de un obispo chino, que aseguró que fue “sacado a la fuerza” de su despacho hace varias semanas. El Vaticano reconoce a Peter Shao Zhumin como obispo, pero las autoridades chinas no.
Ni los feligreses de la diócesis de Wenzhou ni los familiares del obispo saben dónde está el prelado, dijo la Santa Sede en un comunicado.
La Iglesia católica y las autoridades comunistas de China han estado enfrentadas desde hace décadas por la insistencia del Vaticano de que el papa es el único que puede designar a obispos.
La semana surgió un informe de una agencia noticiosa misionera, afiliada al Vaticano, según la cual la desaparición de Shao es un intento de presionarlo para que sea fiel a la Asociación Patriótica Católica de China, controlada por las autoridades comunistas chinas.
El Vaticano se declaró “profundamente entristecido” por el caso de Shao “y episodios similares” y expresó esperanzas de que regrese pronto.