La pérdida del poder presidencial y de la capital oaxaqueña, los diferendos internos y la racha de escándalos, el saldo negativo; hay una perdida de identidad, admite su dirigente estatal, Juan Mendoza Reyes. Urgen políticas para revitalizarlo y evitar que regrese el autoritarismo a Oaxaca, señala el investigador Porfirio Santibáñez
El Partido Acción Nacional en Oaxaca llega a sus 75 años como una institución de la “tercera edad”, en medio de una crisis de valores y de militantes, sin una postura unificada congruente con sus principios, con la sombra de la derrota por haber perdido la capital del estado, entre cotos familiares, sin rumbo y con la urgencia de revitalizarse.
Llega también atrapado por los escándalos de teiboleras, neonazis, moches y pachangas que han escenificado sus militantes a nivel nacional, pero sobre todo con la cruda de haber perdido la Presidencia de la República.
La visión optimista de su presidente estatal, Juan Mendoza Reyes choca con la crisis política, de valores y principios que en su interior vive Acción Nacional.
Integrante de la coalición opositora que llevo a Gabino Cué a la gobernación del estado y que sacó al PRI del Palacio de Gobierno, tras más de 80 años de gobiernos hegemónicos, el PAN en Oaxaca naufraga entre la marea.
Fundado el 16 de septiembre de 1939, el partido azul enfrenta en este momento severas críticas por el mal desempeñó su representante Luis Ugartechea Begué en el gobierno de la ciudad durante el trienio anterior -sobre quien recaen imputaciones por un presunto desvío de aproximadamente 90 millones de pesos-, lo que contribuyó a que el blanquiazul perdiera el control de la capital.
El dirigente estatal del PAN, Juan Mendoza Reyes asegura que en Oaxaca las cosas van bien, hay unidad entre la militancia y esto no sólo en el discurso sino en los hechos. Pone como ejemplo que en los últimos su partido es el único que ha tenido un crecimiento serio, del ocho por ciento entre su militancia.
“Creo que vamos bien. 2014 ha sido un buen año para el PAN, hemos logrado consolidar nuestra unidad en lo local, esto nos ha permitido que entre todos los militantes sigamos en la ruta de posicionar al partido”, afirma.
El propio Juan Mendoza reconoce que a su llegada a la dirigencia el PAN tenía en el estado un padrón de 4 mil 500 miembros y ahora hay 10 mil.
Dice que en Oaxaca, Acción Nacional ha pasado del discurso a la práctica a través del diálogo permanente y de la incorporación de todos los grupos a los espacios que tiene el partido, donde se toman las decisiones.
A partir de ello, agrega, la militancia ha decidido cerrar filas porque creemos que 2015 será un año en el que vamos a cosechar varios triunfos.
El ex diputado local cuenta que ha echado a andar un esquema para constituir una estructura del partido en todo el territorio estatal, que le permita tener mayor competitividad. Admite que el PAN sólo tiene presencia en 150 de los 570 municipios de Oaxaca.
En este sentido, se muestra convencido de que Acción Nacional no puede aspirar a ganar una senaduría o la gubernatura del estado si no construye una estructura en todos los municipios. Su objetivo es tener comités en el 70 por ciento de los municipios para el 2016.
Entrevistado en sus oficinas de la colonia Reforma, Mendoza Reyes acepta que los escándalos en los que se ha visto envuelto su partido, sí impactan, “nos pegan”, pero aclara que son situaciones aisladas que tienen que ver con la vida privada de algún militante.
Del ex presidente municipal de Oaxaca, Luis Ugartechea, dice que tendrá que enfrentar la justicia en caso de resultar responsable de las imputaciones que se le hacen.
El líder panista se muestra convencido de la pérdida de identidad que vive el PAN a nivel nacional y que en Oaxaca es un asunto que se está atendiendo. Desde que asumió el cargo, asegura, se dio a la tarea de recobrar esa identidad a partir de la capacitación permanente y de recordar a la militancia los propósitos de Acción Nacional.
Esto, añade, les ha permitido recobrar la confianza de los militantes, porque había una urgencia de acercamiento con la gente en los comités locales, en las estructuras municipales. Ahora se atiende de cerca a la militancia.
A nivel nacional, sostiene, el PAN ha dejado de dialogar con todos los grupos, ha dejado de hacer política, se ha dejado a un lado la inclusión de los demás y se ha olvidado que el poder es para hacer el bien común.
El PAN y Gabino
Juan Mendoza no rehúye a los temas. Habla de cómo cogobierna el PAN en Oaxaca y de su relación con Gabino Cué. Afirma que la relación entre el partido y el gobierno es de respeto, “coadyuvamos para que en Oaxaca haya gobernabilidad”.
Desde el Congreso, Acción Nacional apoya en todo lo que el gobierno requiera para resolver los problemas de los oaxaqueños, indica.
“No nos sentimos excluidos, hoy Oaxaca lo que requiere es cerrar filas desde los partidos políticos y la sociedad en torno al gobernador Gabino Cué”, precisa.
Reconoce que no ha sido fácil, ha sido muy complejo por la situación del estado, pero en estos tres años se han sentado las bases para poder alcanzar el desarrollo, la paz y el progreso prometidos en campaña.
El dirigente rechaza que en Oaxaca gobierne la Sección 22 y considera que esa percepción está fuera de lugar, aunque acepta que el magisterio es uno de los poderes fácticos que existen en la entidad.
Frente a los resultados de la encuesta de una consultora de la capital del país, que indican que ha caído la imagen del gobernador Gabino Cué, Mendoza Reyes, dice que el PAN como su aliado tiene que salir en defensa de los logros del Ejecutivo.
Pone como ejemplo que hoy los derechos de los ciudadanos están garantizados, se han fortalecido los poderes del Estado y los programas sociales tienen una gran trascendencia.
Atribuye la caída de la imagen del gobernador a la falta de una estrategia de comunicación, no se ha sabido comunicar los logros de este Gobierno a partir de que se dio la alternancia. Otro aspecto es la falta de compromiso de algunos funcionarios del gabinete y en eso el mandatario tiene que tomar cartas en el asunto.
Acepta que en algunos casos le ha faltado contundencia al Gobierno para actuar; falta contundencia pero eso no significa que haya gobernabilidad. Y Precisa que muchos quisieran que este Gobierno cayera en la provocación.
“En Oaxaca hay gobernabilidad, hay orden y hay paz. Se está dando el propósito de democratizar al estado y se ha sensibilizado a los actores políticos”, resume.
Urge una transfusión:
Porfirio Santibáñez
El investigador de la UABJO, Porfirio Santibáñez Orozco tiene una percepción un tanto distinta de cómo se encuentra el Partido Acción Nacional a 75 años de su fundación:
“No tiene una vida orgánica, hay cotos familiares, pero lo más importante es que no tiene una vida partidaria propia, no hay congresos, no hay formación de cuadros, ni una participación política de la militancia y esto se ve en los bandazos que dan algunos panistas que ocupan cargos de representación”.
A manera de ejemplo, el académico dice que en el conflicto del magisterio el PAN no tiene una postura unificada ni congruente, se ha dejado llevar por otros partidos.
Indica que a pesar de haber tenido el poder federal, el poder municipal en la capital oaxaqueña y algunos espacios de los ayuntamientos más importantes del estado, el PAN fue incapaz como estructura de reclutar a nuevos miembros, de crecer orgánicamente, de abrir las puertas a la nueva militancia.
La falla, dice, fue no abrir las puertas a militantes convencidos que pudieran proyectar más al partido, sus alcances, sus propuestas, se limitaron a recibir a gente que sólo busca el poder, sin importar si coincidían con la vía panista para el ejercicio político.
Hubo una falla de nuevos militantes, de crecimiento, no hubo un planteamiento estratégico para expandirse, puntualiza.
Asegura que en Oaxaca el crecimiento en lugar de beneficiar perjudicó al partido, porque empezaron las confrontaciones internas que llevaron a la salida de los anteriores dirigentes. Además la nueva dirigencia ha estado señalada, cuestionada. Había división y confrontación.
El poco crecimiento que tuvo el PAN lo perjudicó en la medida en que no había programa, no había ideas ni disputa ideológica, sólo aspiraciones a cargos, enfatiza.
Santibáñez Orozco sostiene que el PAN está llegando a un momento en el que la división local ya fue superada, pero está viviendo una división nacional que le está haciendo mucho daño y que no está resuelta, donde un grupo importante encabezado por el ex presidente Felipe Calderón sigue señalando los errores y equivocaciones y minimizando los aciertos de sus oponentes dentro del partido.
Todos esos factores han contribuido a que en el PAN no haya línea ni decisiones colectivas de partido que le permitan tener un rumbo. No hay ideas ni propuestas, lo que tiene son personalidades y ocurrencias pero no hay una política partidaria.
En el caso de la ciudad de Oaxaca, refiere que el PAN perdió el control de la capital porque en las administraciones de Pablo Arnaud, Alberto Rodríguez y Luis Ugartechea se perdieron en un ejercicio desastroso de la administración pública, no hubo suficiente experiencia de Gobierno ni decisiones acertadas para refrendar la permanencia del partido.
Y va más allá: Se integró a gente sin experiencia en lugares clave de la administración, la exigencia ciudadana no fue tomada en cuenta por el PAN.
Todas esas deficiencias, advierte, se reflejarán en las urnas en las próximas elecciones, donde se verá un PAN de bajo perfil, nacionalmente derrotado y sin militancia y sin fuerza suficiente para plantear una disputa por el poder en el estado.
El politólogo concluye que en Oaxaca hay un PAN estancado, que no se ha renovado, porque ya no hay gente talentosa como uno de sus fundadores Luis Castañeda Guzmán, ahora impera el pragmatismo que se reduce a alcanzar el poder y conservarlo, usarlo como las circunstancias se lo permitan.
Considera que al Partido Acción Nacional le pesan los años, porque una estructura envejecida que no se ha renovado se limita. Los partidos tienen que renovarse, es parte de la vida y cuando no lo hacen pagan caro la factura, sentencia.
Por ello, el investigador de la UABJO considera que el PAN necesita políticas para ser revitalizado y éstas tienen que ser producto de sus dirigentes. Requiere un proceso de renovación de cuadros, militantes e ideas.
Porfirio Santibáñez reconoce que el PAN ha sido un partido democrático y de oposición y a todos nos conviene que ese instituto sea fuerte y vigoroso, unido, con rumbo y claridad, con aspiraciones precisas y metas alcanzables para evitar la restauración del autoritarismo, el cual no está en retirada, se ha puesto en paréntesis pero podría regresar.