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El pan de muerto, una viva tradición

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 A pesar de la crisis económica que golpea los bolsillos de las familias oaxaqueñas y de la invasión de otros tipos de pan de la temporada, nada ha logrado enterrar la elaboración artesanal del tradicional pan de yema, un manjar que no puede faltar en las festividades del Día de Muertos

 

 

José HANNAN ROBLES

 

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El tradicional pan de yema que ha dado renombre a Oaxaca, es un manjar obligado en las festividades del Día de Muertos.

Ni la crisis económica ni la invasión de pan de muerto elaborado sin tomar en cuenta las usanzas ancestrales de los panaderos oaxaqueños, que invaden las grandes tiendas departamentales, han podido frenar la tradición de elaborar el pan de muerto artesanal y en horno de leña.

Don Arturo Miguel Hernández Bautista, que desde sus primeros años vivió en su natal Santo Domingo, Tomaltepec, comunidad contigua a Santa María El Tule, mantiene vivo el rito de la elaboración del pan de yema dedicado a los difuntos, que según la creencia regresan a reencontrarse con sus familiares el 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre. Dice que la receta del Pan Elvirita, marca de su producto, se ha venido heredando de generación en generación.

La elaboración de este manjar la inició su abuelo Eliseo Hernández, utilizando únicamente materias naturales y el horno calentado con leña, la tradición la heredó a su hijo Luis Hernández y este a su vez a don Arturo Miguel Hernández Bautista.

Actualmente se encuentran al frente de la Panadería Elvirita sus hijos Luis Hernández Martínez y Arturo Hernández Martínez, quienes a pesar de haberse recibido de contador y médico veterinario, respectivamente, no dejan que la tradición familiar se pierda.

Santo Domingo Tomaltepec es considerada  como el linaje del pan, hay quienes la llaman la Capital del Pan.

En Fiallo 911 de esta ciudad donde se encuentra el centro de elaboración del pan de muerto, los panaderos traídos de Santo Domingo Tomaltepec, procesan los ingredientes: huevos, mantequilla, levadura, anís, canela, vainilla, harina y otros insumos que son secretos de la casa, dice don Arturo Miguel.

Los insumos se mezclan por espacio de 40 minutos, se deja fermentar por dos horas y se mete al horno que debe estar precalentado, donde dura alrededor de media hora.

En algunas poblaciones se acostumbra el pan resobado, elaborado sin mantequilla ni huevo, por lo cual es de menor precio.

Algo muy peculiar en este amasijo es el horno construido de adobe calentado por leña que le da un sabor único al pan Elvirita.

Existen diversas variedades de pan de muerto, dependiendo de la zona en que se elabore, pero el pan hecho en Santo Domingo Tomaltepec, es único dice Hernández Bautista.

Somos muy estrictos en observar las reglas tradicionales para elaborar el pan que cada año con motivo de Todos los Santos y Día de Muertos, llega no sólo a las mesas de los oaxaqueños sino de algunas partes del país, comenta.

Para complementar, con la misma tradición creamos el exquisito y espumante Chocolate Elvirita y el riquísimo Mole Elvirita en sus dos presentaciones: negro y rojo, agregó.

El pan de yema es elaborado por manos oaxaqueñas que se han encargado de hacerlo famoso en todo el país, en esta temporada como pan de muerto.

Producimos, refiere, el mole negro y rojo con una serie de insumos, muchos de ellos se han dejado de utilizar en el mole comercial, y el exquisito chocolate con sabor en su punto, como dicen los conocedores de estos mangares.

El empresario subraya que sus productos están hechos 100 por ciento con materias naturales.

De Fiallo 911 salen los productos Elvirita, a las sucursales ubicadas en el Mercado 20 de Noviembre local 219, entrando por la calle 20 de Noviembre y en Armenta y López 903.

 

Caen las ventas

 

Las ventas han decrecido por la situación económica del país, en años pasados en estas fechas las ventas eran más copiosas, sin embargo la gente sigue comprando aunque en menor cantidad, dice el panadero que asegura que la tradición no se pierde.

La forma y el sabor del pan de muerto, varía de una comunidad a otra y de un estado a otro.

En la Mixteca poblana se le da forma humana y se le pone azúcar blanca si es para niños y roja para adultos, es hecho con la misma masa que se utiliza para el bolillo.

En Oaxaca el pan de yema se consume diariamente, pero en casos especiales como el Día de Muertos es un pan grande que lleva caritas confeccionadas con harina. Hace algunos años era un arte realizar las caritas pues representaban reyes y reinas pintadas con vivos colores.

En el estado se acostumbra colocar el pan de yema en los altares que se ponen en los hogares, al lado de fruta, una taza de chocolate, la comida y bebida que le gustaba al difunto.

Los panes son de diferentes tamaños, se elaboran panes pequeños para los angelitos, niños que han muerto, que según la creencia llegan el I de noviembre.

Los alimentos puestos en el altar, donde se coloca un arco formado por cañas, se pueden consumir una vez que los difuntos adultos  hayan regresado.

 

 

 

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